“La tecnología está creando una generación de personas muy solas”

Una plataforma digital le dio su primera oportunidad. Elísabet Benavent (Valencia, 1984) no podía imaginar entonces que en cinco años vendería dos millones de ejemplares de sus 20 libros publicados, el último de ellos Un cuento perfecto (editorial Suma). “Lancé mi primera novela a través de Amazon, sin tener ni idea de cómo se hacía. Pero descubrí que la autoedición era muy intuitiva”, explica la escritora de En los zapatos de Valeria, el inicio de la saga que le haría popular y que Netflix ha llevado a una serie que estrenará este año.

Fueron sus amigos los que le convencieron de que desempolvase aquellos escritos y su pareja quien le animó a buscarse un alias. “Mi marido estuvo muy rápido. Me dijo que no me abriese un Facebook de Valeria, porque si publicaba más libros tendría que renombrar mis redes. Usé mi nick de Twitter, Beta Coqueta, un apodo que me pusieron mis amigas y que se convertiría en mi alter ego”. En 2013, la valenciana trabajaba en el departamento de comunicación de una multinacional. “Se empezaba a hablar de la posibilidad de crear una línea de comunicación gratis. Amazon también te permitía linkar a tus redes y funcionó mucho el boca a boca”.

Hace unos meses, el “ambiente malsano” de Twitter hizo que Benavent se decidiera a abandonar. “No me apetece discutir. No es una cuestión de haters, el problema es que ya no se puede decir absolutamente nada. Te acaba insultando y amenazando gente que ni siquiera te sigue, que entra a propósito a hacer daño”. De ahí que se haya cambiado a Instagram. “Somos una generación de escritores que preferimos enfocar la energía en cosas que valgan la pena y no en encabronarnos. Suelo dedicar un par de horas diarias a responder una media de 100 mensajes. Hay una interacción importante”. Instagram se ha convertido en un espacio seguro, pero Benavent recomienda a sus lectores buscar el afecto tradicional. “Aunque tendemos a desahogarnos más fácilmente detrás de un avatar, siempre aconsejo que se refugien en la gente que tienen alrededor. A mí me sirvió cuando estuve mal. El alto número de followers al final no es el que te abraza por las noches”.

Por ello, en esa misma línea de pensamiento positivo elige Regreso al futuro como su película futurista preferida. “Me quedo con su parte naíf. La vi en el cine siendo muy pequeña y a día de hoy seguimos sin coches voladores [risas]. Luego me marcó Blade Runner, pero estas utopías apocalípticas me generan ansiedad”. Cree que el avance tecnológico “nos ha hecho dueños de nuestro tiempo, porque el verdadero lujo no lo da el dinero sino el tiempo”, pero en contrapartida ha creado a una generación adicta al móvil. “No sales de casa sin el smartphone, usas las redes sociales, se ha perdido el ir a la tienda del barrio a comprar, ahora se hace todo por Internet”, se lamenta. “En la era de la comunicación estamos infoxicados. Hablar mucho por teléfono no te acerca a la gente. La tecnología está creando una generación de personas muy solas”.

Descubriendo Google home

“Soy la persona más analógica del mundo y al principio era una discusión constante entre la voz de la maquinita en cuestión y yo”, explica en referencia a su nuevo Google Home. “Pero hemos hecho las paces. Nos tomamos el primer café de la mañana juntas, me cuenta qué tengo programado durante el día, le pido que me ponga música que me inspire… Creo que lo nuestro puede llegar a algo”.