De la cárcel a montar una empresa para lograr baterías sostenibles
Según el especialista en reciclaje electrónico Eric Lundgren, hay que desarrollar un sistema que evite el exceso de desechos cuando caiga el precio de los materiales.
Teniendo en cuenta el negocio en el que estoy metido, es muy posible que en algún momento alguna gran empresa se moleste, pero no tengo problema con eso, es la vida que he escogido". Eric Lundgren sabe de lo que se habla. Especializado en reciclar electrónica, en junio salió de la cárcel después de pasar un año entre rejas por atentar contra la propiedad intelectual de Microsoft mientras trataba de reciclar ordenadores. Su proyecto actual, transformar baterías usadas en sistemas domésticos de almacenamiento, equipos portátiles de energía solar y otras soluciones industriales también tiene su riesgo. "La mayor empresa de vehículos eléctricos del mundo ya me contactó, estaban molestos porque habían visto una de sus baterías en las fotos del artículo", dijo a El País Retina en referencia a una entrevista publicada en diciembre por Gizmodo.
BigBattery, la empresa que Lundgren diseñó desde la cárcel, no podía ser más actual. Según la eléctrica finlandesa Fortum, el negocio del reciclaje de baterías de litio ascenderá a 21 mil millones de euros en todo el mundo para 2025. Entre otros motivos, porque las minas en explotación no alcanzan para tantos coches eléctricos. Según un informe del Institute for Sustainable Future (Universidad de Tecnología de Sídney), para el 2022 la demanda de litio excederá los niveles de producción actuales y para el 2050 habremos agotado todas las reservas de cobalto del planeta.
Lundgren, que durante su encarcelamiento dio clases de reciclaje a otros presos (dice que dos de ellos ya salieron y montaron empresas relacionadas), tiene otra perspectiva. En su opinión, el problema de los próximos años no será la escasez de minerales sino el exceso de baterías hechas con otros materiales. Su tesis es que a los científicos les falta poco para desarrollar baterías con materiales mucho más abundantes que el litio o el cobalto. Lo que en principio parece una buena noticia para el planeta tendrá el efecto adverso de desincentivar el reciclaje de baterías si los componentes se abaratan demasiado.
Hasta ahora, el reciclaje de aparatos electrónicos se divide en dos grandes negocios: el de recuperar sus materias primas (como el cobalto) para revenderlas como commodities y el de reconfigurar los aparatos para volver a ponerlos en funcionamiento. Su empresa se dedica hoy a las dos actividades pero, en su opinión, la primera se va a terminar. "Las baterías del futuro usarán componentes muy baratos y la única manera en que vamos a tener una sociedad saludable es incorporando de forma masiva este reciclaje híbrido de reconfigurar las células y los módulos de las baterías viejas", explica.
El reciclaje híbrido del que habla tiene que ver con la forma de funcionamiento de las baterías, donde los módulos con peor rendimiento condicionan el desempeño de los sanos. "Una batería de Nissan, por ejemplo, tiene 48 módulos, y cuando uno de esos módulos pierde calidad, toda la batería baja de calidad”, dice. En su proceso, Lundgren abre la batería, saca las células defectuosas y prueba el resto para reconfigurarlas y combinarlas con otras en un nuevo módulo. Según Lundgren, el procedimiento le permite fabricar baterías con el mismo rendimiento que las nuevas.
Si es tan sencillo, ¿por qué los fabricantes de coches eléctricos no ofrecen ellos mismos el reciclaje? Según Lundgren, la explicación es sencilla pero el proceso no tanto. Dice que ha invertido cuatro millones de dólares en investigación y desarrollo para encontrar la mejor manera de separar las baterías viejas y darles nueva vida.
Con oficinas en Singapur, Hong Kong, China, EEUU y México, en la empresa de Lundgren entran scooters y coches eléctricos usados o chocados (y con la batería intacta), entre otros productos. Con ellos fabrican baterías para llevar de acampada, sistemas portátiles de energía solar, baterías domésticas y también industriales. Los precios, dice, son hasta 4 veces más bajos que los de Tesla en baterías domésticas. "La única diferencia es que yo no tengo una marca y un marketing guay".
De acuerdo con la entrevista en la revista Gizmodo, Spiers New Technologies, en EEUU; y Connected Energy e Hyperdrive Innovation en el Reino Unido también están trabajando en la renovación de baterías usadas. Según Lundgren, para que el negocio funcione hacen falta "números grandes": "Cuando empecé, teníamos una planta de 3.700 metros cuadrados, ahora tenemos 9.300 metros cuadrados en EEUU y y 150.000 módulos sólo de Nissan, y para el próximo año necesitamos tener 23.000 metros cuadrados, tenemos que crecer más rápidamente que las basuras".
Aunque no descarta volver a tener problemas legales, Lundgren dice que su experiencia con Microsoft le enseñó a moverse en el mundo de los negocios. "Todas las otras empresas que hacen reciclaje cobran por retirar las baterías, nosotros somos los únicos que les decimos que vamos a firmar un cheque y no a mandarles una factura, esta es nuestra forma de motivar a las empresas para que hagan lo correcto".
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