Guía para lograr que un nuevo emoji se incorpore a los móviles de todo el mundo

La aceituna tendrá su propio emoji. Su incorporación a este listado de símbolos se aprobó el pasado 29 de enero y a lo largo de este año irá apareciendo en las aplicaciones de nuestros móviles junto a otras novedades como un oso polar, un acordeón, un desatascador, una matrioska o la bandera que representa a las personas transgénero.

Aunque la reina de las tapas ya formaba parte del pictograma que simboliza un cóctel, para el emprendedor de origen libanés Ziad Wakim no era suficiente. “Soy un apasionado de la comida mediterránea y siento una conexión especial con este ingrediente porque mi abuelo paterno tenía olivos en su pueblo de Líbano y se dedicaba a la venta de aceitunas y aceite para completar su salario”, comenta a EL PAÍS Retina desde París, donde reside desde los 8 años.

Así que cuando Wakim se enteró de que cualquiera puede proponer la inclusión de nuevos emojis para que aparezcan en WhatsApp, Twitter, Facebook y el resto de aplicaciones, no lo dudó: “Están muy vinculadas a la cultura mediterránea, pero en realidad las aceitunas son bastante universales y resultan fáciles de representar con un dibujo, por lo que me pareció una buena idea incorporarlas al lenguaje de los emojis”.

La ampliación de este vocabulario no obedece al capricho de nadie, sino a la decisión de Unicode, el consorcio que regula la codificación de caracteres y símbolos para que puedan reproducirse correctamente en cualquier dispositivo. Y por norma general, convencer a esta asociación es una lenta y laboriosa tarea que puede agilizarse con la ayuda de Emojination, una comunidad online a la que recurrió Wakim para perfeccionar su propuesta y asegurarse de que cumplía con todos los requerimientos de Unicode. 

Activistas del emoji

Wakim descubrió Emojination durante una charla de su fundadora, Jennifer 8. Lee, que en 2015 creó esta red de colaboradores con el propósito de hacer más participativo el proceso de elección de nuevos emojis. “Hasta entonces costaba mucho más que una petición particular superara toda la burocracia de Unicode, así que la aprobación sobre todo recaía en los ingenieros blancos de San Francisco que formaban parte de ese consorcio.

Sus decisiones no eran malintencionadas, pero tenían bastantes sesgos porque se basaban demasiado en sus propias vivencias”, según Sebastián Delmont, un desarrollador de software venezolano que colabora en Emojination y responsable del emoji de la arepa, también incluido en la última remesa de enero. Tal y como explica Delmont, esta comunidad suele coordinarse a través de un grupo de Slack con más de 300 miembros (aunque de ellos hay realmente unos 30 activos de manera regular) al que acudió Wakim.

“Sentí una conexión emocional con su propuesta porque mi tío tenía una docena de olivos en el Mediterráneo francés, así que enseguida me uní a su idea y comenzamos a trabajar en ella de manera conjunta hasta tener el documento final”, recuerda Delmont.

En la práctica, esta red de colaboradores proporciona ayuda técnica gratuita a los particulares que inician una campaña a favor de un nuevo emoji: desde cómo presentar la solicitud en el formato adecuado hasta el diseño del primer borrador del icono, pasando por la recopilación de datos que demuestren la relevancia de la propuesta y justifiquen que tendrá un uso generalizado a nivel global. “Unicode es muy receptivo a este tipo de ayuda. De hecho, la fundadora de Emojination ahora forma parte del Subcomité de Emojis del consorcio, por lo que estamos muy involucrados en el proceso”, comenta Demont.

Para hacernos una idea de la garantía de éxito de Emojination, 40 de los 65 nuevos emojis aprobados en enero contaron con la ayuda de esta comunidad, mientras que otros 15 fueron ideas presentadas por particulares y los 10 restantes partieron de miembros institucionales de Unicode, entre los que se encuentran grandes firmas tecnológicas.

Por ejemplo, Google, muy implicada en este asunto porque se encarga de diseñar los emojis para dispositivos Android, ha visto aceptadas cinco de sus peticiones, presentadas con los siguientes nombres: persona con velo, persona con esmoquin, persona que da de comer a un bebé con un biberón, dos personas abrazándose y cara ligeramente sonriente con lágrima.

Jennifer Danil, directora de Diseño para el Programa de Emojis para Android, señala en un comunicado que estas propuestas responden a dos objetivos: priorizar diseños inclusivos que apoyen todas las variantes de género y ayudar a las personas a expresar empatía. En este mismo sentido, Google y Microsoft han respaldado la campaña iniciada a título particular por siete activistas para la aprobación del emoji de la bandera transgénero.

Una de las autoras de esta candidatura es Tea Uglow, directora creativa del Creative Lab de Google en Sydney, que puntualiza que todos aquellos grupos que no están representados en estos símbolos entienden la importancia de tener visibilidad en las pantallas, en las películas, en las revistas y en cualquier idioma. “Las personas trans podrán sentirse orgullosas al poder decir transgénero con un emoji. Haber conseguido que nuestros socios de Unicode nos apoyasen dando visibilidad a esto ha sido un gran paso para nuestra comunidad”, afirma Uglow.