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Retina para Renfe

Grafitis en los trenes, un problema convertido en arte

Renfe busca concienciar sobre los incidentes que ocasiona esta expresión artística, presentada este año en ARCO con una puerta grafiteada y en exposición itinerante por diferentes ciudades españolas

El presidente de Renfe,Isaías Táboas (centro), flanqueado por el membro del comité de Transfesa, Samuel Nevado (izquierda), ty el director de Captrain, Pau Filella (derecha, presentando el tren Noé en Barcelona en septiembre de 2019.
El presidente de Renfe,Isaías Táboas (centro), flanqueado por el membro del comité de Transfesa, Samuel Nevado (izquierda), ty el director de Captrain, Pau Filella (derecha, presentando el tren Noé en Barcelona en septiembre de 2019. Getty Images

Nadie niega la expresión cultural y artística de los grafitis. Arte urbano que lo mismo se expone en paredes y muros que en vagones. Este último resulta especialmente problemático. Al menos así lo entiende Renfe. Según datos de la compañía, ha de destinar 25 millones de euros anuales en todos los gastos que conlleva preservar los convoyes, incluidos el aumento de la seguridad y la limpieza. Pese a esta circunstancia, la organización ha querido dar la vuelta a esta realidad convirtiendo una puerta de un tren con grafitis en una obra de arte. En marzo estuvo expuesta en ARCO —bajo el título de “La obra más cara”— y ahora mismo itinera por diferentes ciudades españolas para aumentar la concienciación social.

El objetivo de esta iniciativa pretende trasladar la relevancia social y económica que suponen las actuaciones de los grafiteros, que ponen en riesgo su propia integridad, la de los viajeros y la del personal de Renfe. “Todo arte tiene su espacio, pero el transporte público no es un sitio adecuado para plasmarlo”, explica el presidente de la compañía, Isaías Táboas. En los nueve primeros meses de este año, tal y como reflejan los datos de Renfe, el número de acciones de grafitis en trenes ascendió a 2.460 —una media de nueve diarias—, lo que supone un descenso del 10% con respecto al mismo período de 2018. “Queremos transmitir un mensaje y un ejercicio de concienciación social y ciudadana de lo que representan los grafitis”, añade.

La organización asegura que los grafiteros cada vez emplean más violencia y que, en muchos casos, se organizan para convertir en arte los propios trenes. El riesgo es tanto para los viajeros como para el personal de Renfe y vigilantes, que deben velar por la seguridad del servicio ferroviario. Incluso algunos grafiteros ponen en peligro su integridad física cuando atacan un tren en servicio, al saltar a las vías por las que pueden circular otros trenes. Cuando las pintadas se producen en trenes en servicio causan molestias y retrasos. En Cercanías Madrid, según las cifras manejadas por la compañía, las demoras por grafitis en trenes en marcha afectaron el año pasado a más de 200.000 usuarios.

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Uno de los métodos más utilizados por las bandas de grafiteros, en palabras de Renfe, es accionar indebidamente el aparato de alarma de los convoyes cuando están en servicio, lo que produce la detención de emergencia del tren, con las consiguientes molestias y retrasos para quienes viajan. Desde su Dirección de Seguridad, la compañía colabora con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a las que facilita información e identificación de los grafiteros. Con frecuencia, las actuaciones del personal de vigilancia permiten detenerlos, al sorprenderles justo en plena acción. Por delegaciones, el mayor número de incidentes se registró en la delegación este, con 1.369, lo que supone más de la mitad del total.

Recoge tu billete en Correos

Al margen del aumento en la concienciación social sobre los grafitis, sin infravalorar su capacidad artística, Renfe también ha añadido otros servicios de los que se podrán beneficiar los ciudadanos. Concretamente, gracias a un acuerdo firmado con Correos, quienes adquieran un billete para viajar en AVE y trenes de media y larga distancia podrán recogerlo en cualquiera de sus 2.400 oficinas multiservicios distribuidas por toda España. Esta iniciativa tiene especial trascendencia en las zonas más despobladas del país. Existen 1.297 oficinas que se encuentran en áreas rurales, donde residen más de 15 millones de habitantes y no existen puntos de acceso para la obtención presencial de billetes de Renfe.

El intento de Renfe por buscar nuevas áreas de negocio y mejorar las ya desarrolladas forma parte de una estrategia que le llevará a grandes cambios durante la próxima década. La innovación será fundamental para encarar esta transformación, pero al igual que colaborar con diferentes implicados en el sector, sean emprendedores u organizaciones más que centenarias. “La compañía está calculando atraer un total de seis millones de viajeros al ferrocarril al año procedentes de otros modos como el transporte por carretera y el avión”, afirma Táboas. El tiempo determinará si estos cálculos son correctos. Mientras esto sucede, el ecosistema ferroviario lo mismo avanza en el arte urbano que en la entrega de un billete casi a domicilio.

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