Montreal: del Circo del Sol y Leonard Cohen a la inteligencia artificial
El espíritu colaborativo entre universidades, empresas y gobiernos han llevado a convertir esta ciudad en un ecosistema de fama mundial.
Montreal es reconocida por su multiculturalidad, su industria aeronáutica y su talento artístico. También, desde hace algunos años, se ha consolidado como uno de los grandes polos en inteligencia artificial. La metrópoli de la provincia de Quebec se esfuerza para competir en las grandes ligas del pensamiento de las máquinas, en una especie de Silicon Valley entre la nieve. “Montreal tiene una de las mayores concentraciones de investigadores en inteligencia artificial en el orbe. A esto hay que añadir el espíritu colaborativo entre universidades, empresas y autoridades gubernamentales”, asegura Mark Maclean, director principal en Emprendimiento e Inversiones Extranjeras para las Américas de Montreal International, un organismo financiado con fondos públicos y privados que busca favorecer el desarrollo económico de la ciudad.
Mecanismos de traducción, análisis de imágenes médicas, predicciones en salud mental, reconocimiento de estilos artísticos, gestión bancaria, servicios al cliente, entre otros. Este ecosistema, que propicia el talento y brinda soluciones a problemas cotidianos, es el resultado del trabajo conjunto entre distintos actores.
Montreal aparece junto con San Francisco, Londres, Nueva York y Boston en los primeros sitios de varias listas de top AI hubs.
Montreal cuenta con alrededor de 125.000 estudiantes universitarios; unos 32.000 son extranjeros. Goza de alta reputación, dentro y fuera de Canadá, gracias a nivel académico, bilingüismo, calidad en instalaciones, mercado laboral y costes de manutención. Se ha convertido en un destino muy apreciado para quienes buscan adquirir competencias vinculadas con la inteligencia artificial, ya que distintas instituciones ofrecen programas especializados y existen centros de investigación del más alto nivel, tales como el Instituto Quebequés de Inteligencia Artificial (Mila), el Instituto de Valorización de Datos y el Centro de Investigación Informática de Montreal.
“Recibimos cada año cientos de solicitudes de todas partes del mundo. El proceso de selección es muy arduo”, sostiene Simon Lacoste-Julien, investigador del Instituto para Algoritmos de Aprendizaje y profesor de informática en la Universidad de Montreal. Lacoste-Julien explica que el centro está enfocado en investigación fundamental, pero también participa en transferencia de tecnología y en reflexiones sobre el uso ético de la inteligencia artificial. Montreal atrae a personas de distintas zonas del orbe, aunque también busca que los talentos locales en esta disciplina no tengan que cambiar de coordenadas. Lacoste-Julien ha sido uno de ellos. Tras 13 años en otros sitios (se doctoró en la Universidad de California en Berkeley), está instalado en la ciudad, donde trabaja en temas de optimización y teorías del aprendizaje profundo.
Las opiniones de Mark Maclean y Simon Lacoste-Julien concuerdan con las de otros expertos: el papel de Yoshua Bengio ha sido decisivo. Bengio, profesor de informática en la Universidad de Montreal y director científico del Instituto para Algoritmos de Aprendizaje, es uno de los popes mundiales en redes neuronales artificiales, un concepto que ha significado una revolución en el campo de la inteligencia artificial. La contribución de Bengio va más allá de sus trabajos científicos: tiende puentes con las empresas, dialoga constantemente con autoridades gubernamentales, vulgariza conocimientos en medios de comunicación y apoya a jóvenes investigadores.
La esfera de la inteligencia artificial en Montreal ha llamado la atención de grandes firmas en el sector. Facebook abrió un laboratorio de investigación que coordina Joëlle Pineau, profesora de la Universidad Mcgill. Google inauguró uno similar que está a cargo de Hugo Larochelle, joven científico que fue alumno de Bengio. Asimismo, Samsung, Microsoft y otras compañías de peso cuentan con espacios parecidos. “Estas empresas participan en el ecosistema montrealés y su llegada ha tenido un papel muy importante para situar a la ciudad como un centro mundial en investigación y desarrollo de la inteligencia artificial. También tienen una intensa actividad de investigación que contribuye de forma considerable al avance de la ciencia, en frecuente colaboración con las instituciones universitarias”, comenta Yoshua Bengio.
Y algo de ética
El temor a que las grandes compañías hagan un uso indebido de la inteligencia artificial es un tema que preocupa a escala mundial. Bengio responde sobre la relación de estas firmas con el Instituto para Algoritmos de Aprendizaje, del cual es director científico: “Estas empresas nos brindan financiamiento, pero por contratos específicos que buscan estimular la investigación fundamental en aprendizaje automático. Se trata de cantidades modestas comparadas con lo que recibimos de fuentes gubernamentales. Nuestra independencia está asegurada. Por ejemplo, nada nos impide expresarnos públicamente sobre temas sociales vinculados con la inteligencia artificial”.
Bengio evoca en su explicación la Declaración de Montreal, publicada el 4 de diciembre, que busca promover el uso responsable de la inteligencia artificial. Este documento es el resultado de una serie de consultas entre distintos actores (investigadores, políticos, empresarios, líderes sindicales) para que los algoritmos no actúen bajo agendas ocultas, el mundo académico goce de independencia y se evite que estos conocimientos se utilicen con fines bélicos. De esta forma, la comunidad montrealesa en inteligencia artificial aspira a estar a la vanguardia ética en el tema.
A finales de los años noventa, el Gobierno de Quebec decidió crear una serie de condiciones para favorecer la presencia de compañías de videojuegos en la provincia (especialmente en Montreal). Así, las autoridades gubernamentales ofrecieron estímulos fiscales y ayudaron a que las firmas reclutaran a empleados locales. Medidas parecidas están sirviendo para apuntalar el ecosistema de la inteligencia artificial. El Gobierno de Quebec autorizó una inyección de 500 millones de dólares canadienses (unos 325 millones de euros) en cinco años para el financiamiento de centros de investigación y de nuevas empresas. El año pasado, el Gobierno federal asignó a la provincia 40 millones de dólares (unos 26 millones de euros) pertenecientes a la Iniciativa Pancanadiense en inteligencia artificial. Asimismo, a principios de diciembre, el primer ministro Justin Trudeau anunció 230 millones adicionales a Quebec (unos 140 millones de euros), dentro del Programa de agrupaciones de cadenas aprovisionamiento en inteligencia artificial. A esto hay que añadir el financiamiento federal de cátedras en universidades para distintos temas tecnológicos.
Impulso de 'startups'
Con estas condiciones, las startups de Montreal enfocadas en la inteligencia artificial se cuentan por decenas. Varias de ellas se distinguen por su dinamismo y rápido crecimiento. Por ejemplo, Dialogue se especializa en ofrecer servicios en telemedicina, ya sea a través de consultas por vídeo o a través de un sistema de gestión de medicamentos. La firma Botler AI propone un asistente virtual que brinda consejos jurídicos gratuitos a las víctimas de acoso o agresión sexual.
Otra más es Data Performers, creada en 2016 y que cuenta ya con 22 empleados. Mehdi Merai es su consejero delegado. Este tunecino de 31 años de edad está concluyendo un doctorado en aprendizaje automático en la Universidad Concordia. “No vendemos un producto, sino una solución que se adapta a distintos problemas”, comenta. Data Performers ofrece por ejemplo Specter, un programa que detecta objetos en un vídeo. Puede servir para identificar el modelo específico de una prenda de ropa (como una especie de “Shazam de la moda”). Merai añade: “También funciona para verificar que todos los trabajadores en una construcción porten los aditamentos de seguridad”. Los empleados de Data Performers provienen de 6 países distintos, elemento que refleja la multiculturalidad de Montreal. “Tenemos diversidad en cuanto a orígenes, pero también respecto a competencias. Trabajamos juntos matemáticos, programadores, ingenieros eléctricos, administradores de empresas. Esta diversidad natural es una de las grandes fuerzas de la ciudad”, afirma Mehdi Merai.
Mark Maclean, de Montreal International, subraya que la urbe canadiense se ha convertido en el sitio ideal para fundar una startup en inteligencia artificial. El saber académico está ahí, al igual que el apoyo gubernamental. A su vez, los recursos para dar un espaldarazo a los innovadores son considerables. “Reconocidos aceleradores de empresas tecnológicas participan con nosotros. Los ciclos de financiamiento se anuncian de forma cotidiana. Tenemos el caso de Founderfuel, Creative Destruction Lab y TandemLaunch. Asimismo, Techstarts seleccionó a la ciudad para lanzar su primer acelerador en inteligencia artificial”, agrega Maclean. Montreal, la urbe del hockey, el Cirque du Soleil y Leonard Cohen, se consolida como un centro de esta tecnología al más alto nivel.
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