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Objetivo: que tu nevera fabrique bitcoins para ahorrar energía

Fabricantes como Intel están desarrollando un nuevo protocolo de producción de criptodivisas que requiera mucha menos energía manteniendo casi el mismo nivel de seguridad

Carlos Gómez Abajo
Getty Images

El fabricante de chips Intel quiere revolucionar la producción de bitcoins reduciendo drásticamente la energía que cuesta fabricarlos, pero manteniendo un nivel similar de seguridad. Su objetivo es poder utilizar para su producción los chips de los aparatos de los hogares, como un módem o un ordenador, que no estén siendo utilizados en ese momento para los procesos propios de los dispositivos.

La producción de bitcoins requiere un gasto importante de energía; en realidad no es muy grande, pero visto desde fuera, por gente ajena a este mercado monetario paralelo, hay quien puede considerar que es excesivo para un objetivo superfluo. La energía para producir bitcoins se emplea en realizar tareas criptográficas (resolver problemas matemáticos muy complejos) que garantizan la seguridad de la moneda y la fiabilidad de las transacciones.

“Cuando los bitcoins no tenían éxito el consumo era menor, y en contexto no es tan grande, teniendo en cuenta lo que ahorra respecto a lo que gastan por ejemplo las empresas en contabilidad y lucha contra el fraude. En mi opinión es un dinero bien tirado”, explica Víctor Escudero, ingeniero informático y manager global de integración de productos de ciberseguridad de S21sec.

En alguna ocasión se ha planteado que las tareas matemáticas que realizan los mineros se destinen a objetivos más “sociales”, como descubrir nuevos fármacos plegando moléculas, proceso que también requiere de procesos computacionales complejos. Pero esos proyectos no han salido adelante, porque los usuarios y mineros de bitcoins prefieren dedicar el esfuerzo al proyecto mismo. “No tendría sentido poner otro objetivo, solo unas pocas empresas estarían interesadas”.

Otra opción sería dedicar el minado, por ejemplo, a buscar nuevos números primos. “El problema es que con ese tipo de objetivos se pierde seguridad, porque es más fácil volver atrás a partir del resultado sabiendo que los criterios tienen cierta lógica”. En la práctica, lo que hacen los mineros es producir números al azar, que son premiados según criterios arbitrarios (por ejemplo, acabar en cinco ceros seguidos). Estos procesos requieren menos energía que los que tienen un fin más elaborado, y garantizan mejor la seguridad.

Además, los avances del hardware también han permitido producir los bitcoins de forma más eficiente (desde 2011 con el uso de tarjetas gráficas y desde 2013 utilizando circuitos integrados específicos). Intel quiere llevar ese objetivo mucho más allá: es la primera gran empresa que quiere cambiar el protocolo de producción de la criptomoneda más conocida, y producir microprocesadores (chips) adecuados a gran escala.

“Si consigues el 80% de seguridad con el 10% de gasto, es más que razonable”, señala Escudero. La idea de Intel es vender chips para cámaras de televisión, controladores de temperatura con termostato, routers domésticos… todo tipo de aparatos en los que el consumo de energía es fundamental. Los microprocesadores que en un momento dado no se estén utilizando para las funciones normales del aparato podrían usarse para minar bitcoins. El usuario podría beneficiarse de ello mediante diversos modelos: repartiendo el beneficio, u obteniendo financiación al comprar el dispositivo.

El software de blockchain Hyperledger Sawtooth, en el que está trabajando Intel, selecciona aleatoriamente qué usuarios podrán escribir cada bloque, es decir cuáles pueden minar en cada momento. De ese modo se evita el enorme gasto que supone que un número ilimitado de mineros pongan sus ordenadores a funcionar. La seguridad se basa en un sistema incorporado a las CPU (la caja de procesos del ordenador) de la marca, denominado Software Guard Extensions, que se puede controlar a distancia.

Algunos desarrolladores de aplicaciones de blockchain ya se han apuntado al proyecto de Intel, como PokitDok, proveedor de plataformas para compartir datos de salud. Y la Universidad Cornell (Ítaca, Nueva York, EE UU) está intentando mejorar por su cuenta la tecnología del fabricante de chips.

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Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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