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La tecnología ofrece nuevas profesiones a los estudiantes de Bellas Artes

La realidad virtual o las impresoras 3D facilitan que los alumnos sean artistas multidisciplinares. Pueden gestionar galerías de arte o diseñar experiencias de usuario

gettyimages

Los primeros atisbos de tecnología en los estudios de Bellas Artes comenzaron a utilizarse en los 80, pero eran ordenadores arcaicos con muy pocas opciones. Desde ese momento hasta el uso de impresoras 3D, tabletas gráficas y distintas realidades han pasado casi 40 años y, entremedias, el inicio de una revolución tecnológica que ha convertido a los artistas en profesionales multidisciplinares que también encuentran salidas como publicistas, diseñadores de páginas web, videojuegos, interfaces y analistas de experiencia de usuario. Estas nuevas profesiones se han convertido en una opción para los estudiantes de Bellas Artes a través de grados que unifican la carrera con el diseño y que buscan estar orientados a las necesidades de la industria.

A pesar del importante peso que ahora tiene la tecnología, todos los alumnos parten del territorio analógico y reciben una base donde se les enseña a esculpir con las manos y a dibujar en caballete. "Es muy importante que esto no se pierda, porque son los fundamentos básicos que cualquier estudiante de Bellas Artes tiene que dominar", explica Vanessa Ruiz, coordinadora del grado en Diseño Visual de Contenidos Digitales en el centro universitario U-tad. La diferencia respecto a hace unos años es que estos conocimientos luego se aplican de una forma digital. De hecho, los fundadores de este centro trabajaban en videojuegos y buscaban a gente que dominase las técnicas digitales. Les llegaban personas graduadas en Bellas Artes que tenían los conocimientos artísticos pero no dominaban las herramientas digitales. Por eso crearon los estudios que unen esos fundamentos básicos con las nuevas tecnologías.

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Pero el proceso de digitalización avanza a velocidades distintas. Hay quien vive aún a mitad de camino entre dibujar con carboncillo y hacerlo en una tableta gráfica. Muchos ilustradores dibujan en papel y escanean sus obras. "Parece un punto intermedio, un paso natural hacia un escenario en el que todos acabaremos trabajando directamente en digital", explica Juan Carlos Gauli, coordinador del grado en Diseño Multimedia y Gráfico en ESNE. Los alumnos de los nuevos grados aprenden técnicas como el video mapping, realidad virtual y aumentada, programación, diseño web y de aplicaciones y distintos programas de software de modelado en 3D.

El video mapping es una de las técnicas más llamativas y que ejemplifica perfectamente esta evolución. Consiste en proyectar sobre una superficie elementos que interactúan con ella y generan una nueva experiencia, algo parecido a la realidad aumentada. Así se ha hecho en varias ocasiones dando vida a edificios míticos de todo el mundo, entre ellos, la Plaza Mayor de Madrid en la celebración de su cuarto centenario.

Distintos cambios en la sociedad han alentado esta evolución de los grados artísticos. Ha cambiado nuestra forma de consumir, los motivos por los que nos gustan las cosas que compramos, las redes sociales, la importancia que le damos a tener una experiencia de usuario impecable. Esta evolución ha propiciado un cambio en la forma de pensar y crear cosas nuevas. "Ahora los clientes son más exigentes, buscan más personalización, más calidad y huyen de las cosas que parecen aburridas", explica Juan Carlos Gauli. "Es necesario utilizar herramientas nuevas para satisfacer nuevas necesidades aplicando conocimientos básicos".

Parece que los centros privados son los que tiran más del carro porque tienen una capacidad de adaptación más grande que la universidad pública. "Podemos reaccionar más rápido, seguir las tendencias del mercado y adaptar las asignaturas rápidamente", explica Gauli. La universidad pública avanza un poco más despacio: es un mastodonte al que le cuesta más tiempo implementar cambios y nuevas herramientas, pero también incorpora asignaturas como Modelización y Animación 3D, Tecnología Digital o diseño de videojuegos.

Preguntado por la forma de enseñar los trabajos del futuro, Javier Ordóñez, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, defiende que la universidad tendrá que cambiar y adaptarse a las demandas sociales, pero no para convertirse en una "máquina expendedora de personas especializadas, sino para crear plataformas en las que las personas puedan reciclarse en profesiones punteras". Ordóñez no termina de ver la idea de crear carreras especializadas para puestos que durante cinco años necesiten a especialistas y después desaparezca la demanda, para eso en concreto aboga por la formación profesional de calidad.

"Ahora mismo la oferta formativa es muy amplia en cuanto a Bellas Artes, pero no tanto con una formación específica de nuevas tecnologías", explica Vanessa Ruiz. "En la universidad pública el grado tiene algunos créditos de asignaturas de tecnología, pero más orientada a lo audiovisual y al tratamiento de la imagen". Juan Carlos Gauli estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y está de acuerdo con algunos de sus alumnos que vienen de universidades públicas: "La diferencia principal es que en las privadas hay más práctica que teoría y todos los profesores han estado trabajando de lo que enseñan".

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