La ecuación digital secreta que toda empresa quiere resolver
Más tecnología no implica mayor digitalización, un proceso complejo del que aún hay pocos datos
Digitalización se ha convertido en la palabra mágica para las empresas. Conceptos como internet de las cosas, big data, cloud computing o medios sociales llenan informes y ponencias sobre el futuro de las compañías. Pero… ¿qué significa ser digital? ¿Qué variables o medidas concretas miden la digitalización? ¿Hay una fórmula magistral?
En lo primero que coinciden los expertos es que tener más tecnología no implica mayor digitalización. “Hacer más uso de las tecnología no significa estar digitalizado”, comenta Santiago Franco, socio de tecnología en el área de consultoría de PwC. El cambio hacia lo digital “tiene que aportar valor, bien como aumento de productividad o de cifra de negocio”.
Para los especialistas en transformación es precisamente la estrategia, el planteamiento y la consecución de objetivos lo que marca la verdadera digitalización. Fernando Rodríguez, director general de Capgemini Consulting en España, señala que el factor que determina que una organización sea “digitalmente superior” no es tanto la inversión en tecnología como “la alineación del proceso con la visión de la empresa a largo plazo, con su estrategia. La clave no es el uso de la tecnología, sino cómo se utiliza”.
- El misterio de la digitalización
Al tratarse de un proceso reciente, es difícil obtener datos concretos para conocer el nivel de digitalización de las empresas. Un motivo es que “no hay nada estandarizado”, como explica Pepe Cerezo, director de Evoca Media. “Prácticamente, acabamos de empezar”, comenta. Aún no existe una “metodología común” ni hay un “método científico” de medida. Cerezo apunta cuatro ejes para valorar si una compañía ha iniciado el camino hacia lo digital, como son la organización, la inversión en tecnología, la relación con los clientes y el enfoque hacia nuevos negocios.
PwC aborda esta cuestión cada año con la Encuesta sobre el Coeficiente Digital de las Empresas. La consultora ya refleja la falta de una definición única sobre el proceso de digitalización, incluso entre los directivos: mientras que la mayoría (un 53%) lo describe como las actividades relacionadas con innovación tecnológica, otra gran parte de los encuestados (el 41%) lo relaciona con las inversiones que se realizan para integrar la tecnología en cada una de las partes del negocio.
En los últimos años, tanto el INE como Eurostat (organismo estadístico europeo) han comenzado a hacer seguimiento de variables relacionadas con las tecnologías de la información. Pero al tratarse de datos parciales, es complicado realizar un retrato completo del proceso.
Además se añade el problema del escaso recorrido histórico, no solo en la toma de las muestras de información, sino que incluso algunas variables, vistas con la perspectiva de una década, resultan insignificantes (por ejemplo en 2005 se preguntaba a las empresas sobre el uso del email o si tenían intranet y extranet) y otras que entonces aún no se habían desarrollado (cloud computing, big data, etc).
- Equipamiento
El factor de equipamiento tecnológico de las empresas españolas apenas ha sufrido variación en 10 años, según la Encuesta sobre el uso de TIC y comercio electrónico que publica anualmente el INE: hace una década, un 97,4% de las empresas españolas aseguraba que utilizaba ordenadores para su operativa y casi el 90% tenía conexión a internet, tasas similares al 99,11% y 99,48% de 2016.
Mucho más notable es el despegue del negocio online: en 2005, un 3,49% de las empresas realizó ventas de comercio electrónico, frente al 20,14% de diez años después. Respecto a servicios digitales más avanzados, obviamente no hay histórico.
Comparando los datos con otros países europeos, las empresas españolas se encuentran dentro de la media en variables como las de equipamiento, conexiones a internet y publicidad online; están por encima en otras, como el uso de redes sociales y publicidad online, y ligeramente por debajo en servicios más complejos, como el uso de aplicaciones o software en la nube, procesos internos o análisis de bases de datos, según los datos recogidos por Eurostat.
- ¿Cómo está Europa?
Mientras que cerca del 20% de las compañías españolas (no incluye al sector financiero) ofrece venta online, la media de la Unión Europea está en el 18%. En cuanto a herramientas para empleados, un 59% de las empresas españolas asegura que ofrece a su plantilla acceso remoto, dentro de la media de Europa, situada entre el 59% y el 61%.
En cuanto al cloud computing, un 18% de las empresas españolas declara que compra este tipo de servicios, por debajo del 21% europeo. A su vez, un 8% de las compañías dice que analiza grandes bases de datos de sus clientes, cuando la media europea está en un 10%.
A pesar de esta batería de datos, es difícil extraer una conclusión firme sobre el nivel de digitalización en España. Al tratarse de un proceso complejo, con múltiples facetas y vértices, no se puede medir únicamente con datos objetivos, ya que también pesan (y mucho) los factores culturales o incluso las expectativas. Es por ello que los expertos analizan, mediante encuestas, las tendencias, las formas de planificación o la consecución de objetivos, entre otras variables de transformación.
- Transformación
En su informe sobre digitalización de 2017, PwC señala que el 56% de las compañías en España define como “alto o muy alto” su nivel digital. Los encuestados consideran que en los próximos cinco años, internet de la cosas, la inteligencia artificial y la robotización serán las tres tecnologías que más van a transformar el entorno y es en ellas donde están concentrando la mayor parte de sus inversiones.
Capgemini cuenta asimismo con un método para medir la digitalización de las organizaciones, basado en el análisis de cinco entornos: clientes (hasta qué punto se tiene una visión única, ofrece entornos sencillos a la clientela), operaciones (procesos internos alineados), uso de datos (integración de las bases de datos), uso de la tecnología (por ejemplo, soluciones móviles) y el factor cultural (trabajar con entornos de prueba y error). Además de todo ello, explica Fernando Rodríguez, es necesario una “gobernanza digital” es decir, establecer un orden y prioridades en la toma de decisiones.
Una circunstancia que diferencia la digitalización en España deriva de su estructura empresarial, ya que las pymes representan la gran mayoría del tejido: según datos del Directorio Central de Empresas, el 83% de las 3,2 millones de empresas de España tiene dos o menos asalariados. Además, las microempresas (de 0 a 9 empleados) suponen el 95,7% del total, 2,9 puntos por encima de la estimación para el conjunto de la UE en 2014 (92,8%).
Aunque en principio la digitalización de una pyme pudiera resultar un proceso más sencillo que en una gran organización, no siempre es así, hay reticencias. “El impacto de equivocarse es mucho mayor” en una empresa pequeña, asegura Santiago Franco, de PwC. “Desviar recursos a la experimentación es más difícil en las pequeñas”, añade, ya que el retorno es más lejano.
Dada la velocidad de los cambios, los expertos piden más inversión y apuesta firme desde las Administraciones. El objetivo: no perder el tren de la transformación.
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