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“Se vende droga aki”: la pintada que desenmascaró a un camello en Cádiz

Un traficante de heroína y cocaína acaba en prisión, después de que los vecinos de su bloque señalasen su ‘narcopiso’

Jesús A. Cañas
Pintadas en la pared que apuntan a la vivienda en la que supuestamente se vendía droga, en Cádiz.
Pintadas en la pared que apuntan a la vivienda en la que supuestamente se vendía droga, en Cádiz.

“Emosido engañado”; “Pues nos drogamos”; “Si te sumba el oido te escuchan”. A la lista de pintadas sui géneris convertidas en meme nacional, Cádiz puede sumar su propia contribución local: “Se vende droga aki”. Con ese contundente mensaje en llamativas letras rojas, unos vecinos de la popular barriada de Loreto han marcado a la policía el camino hacia un narcopiso. Y los delatores no se equivocaban. Justo en el bajo que quedó marcado, ha caído un activo traficante de heroína y cocaína que ha acabado en prisión.

Harto de ver cómo uno de los bajos de la calle Carlos Haya se había convertido un ir y venir constante de toxicómanos, un vecino anónimo decidió marcar el bajo con llamativas letras rojas en las dos fachadas del inmueble. “Se vende droga aki”, reza en una de las paredes, según la imagen compartida por la Policía Nacional. En el otro muro, el anónimo grafitero repitió el mensaje, además de señalar la vivienda exacta, el nombre del sospechoso y un “fuera de Loreto”. También hay recado para los propios agentes, a los que el vecino llega a considerar “cómplices” de la situación.

El mensaje surtió efecto en la Comisaría de la Policía Nacional en Cádiz que el lunes ha reconocido en un comunicado oficial que llegaron a “recibir numerosas quejas de los vecinos que llegaron incluso a propagar pintadas”, antes de detener al supuesto responsable del punto de venta de menudeo. “Aunque los vecinos nos alertan, en realidad ya sabíamos de la existencia de este punto”, asegura un agente gaditano. De hecho, antes de que apareciera el mensaje, los investigadores grupo segundo de la Udyco Bahía de Cádiz ya habían constatado el “intenso tránsito de compradores que a diario acudían a este domicilio”, según apunta oficialmente la institución en un comunicado.

Otra de las fachadas del edificio con pintadas.
Otra de las fachadas del edificio con pintadas.

Sin embargo, la desesperación de los vecinos con la situación que se vivía en la calle se topó con los tiempos que llevan las pesquisas para demostrar este tipo de delitos. “Los vecinos se piensan que en tres días o cuatro lo hacemos, pero debe ser una investigación bien hecha para que el juez nos dé los mandamientos de orden y registro”, apunta el mismo policía. Y es ahora cuando los agentes por fin han conseguido detener al sospechoso, un hombre que responde a las iniciales J. R. y para el que el juzgado de instrucción de guardia decretó su ingreso inmediato en prisión. “Para nosotros es un éxito, ya que es un punto de menudeo de droga”, apunta el investigador.

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Pese a no tener actividad laboral conocida, los policías encontraron en la casa del detenido 12.640 euros en efectivo. Los agentes creen que el sospechoso amasó este dinero a base de vender una adictiva combinación de heroína con cocaína, conocida como rebujito. Esta suma supone “una mezcla explosiva que dispara la adicción de los consumidores, convertidos en presa fácil de la ambición de los traficantes, que aprovechan el drama que sufren los consumidores para obtener pingues beneficios”, tal y como razona la policía.

Aunque la pintada de los vecinos haya convertido a este ‘narcopiso’ en viral, la situación no es nueva para este grupo de la Udyco de la capital. En los últimos dos meses ya suma 14 detenidos, acusados de menudear con drogas, tales como hachís, marihuana, rebujito o cocaína. Una de las operaciones más destacadas tuvo lugar el pasado mes de agosto, cuando la policía actuó en una finca ocupada en la calle Feduchy, donde se descubrieron hasta cuatro puntos diferentes de venta de rebujito que quedaron desmantelados, con 7 detenciones y 2 ingresos en prisión.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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