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La tarde “inolvidable” del escritor que no es capaz de recordarla

Un autor consigue un ejemplar de su primera obra, de la que no conservaba copias, y ahora busca a la mujer a quien se lo dedicó hace 35 años

Javier Arroyo
Ejemplar firmado de 'Carriles de silencio'.
Ejemplar firmado de 'Carriles de silencio'.EL PAÍS

Faltaba poco para la Navidad de 1984. Aquel 19 de diciembre, un miércoles, Andrés Cárdenas conversó un rato largo con María Luisa, una mujer que le había comprado su libro Carriles de silencio, ganador del premio Ciudad de Jaén en la categoría de libros de viajes. La charla debió ser amena y, de hecho, el autor la calificó entonces de "inolvidable". Hablaron de todo, también de libros. Al terminar, Cárdenas le dedicó así el ejemplar a su compañera de charla: "Para María Luisa, en recuerdo de una inolvidable tarde en que (también) hablamos de literatura". El azar ha devuelto ese libro a manos del autor. Han pasado 35 años y Cárdenas ha olvidado por completo aquella tarde inolvidable. Ahora, busca a María Luisa para que se la recuerde.

Andrés Cárdenas (Bailén, Jaén, 66 años) es un periodista y escritor afincado en Granada hace décadas. Con dos decenas de libros escritos, hace algún tiempo decidió ordenar las estanterías y se dio cuenta de que tenía ejemplares de todas sus obras excepto, precisamente, de la primera, Carriles de silencio. Ese libro le sirvió de mucho: "Además de para ganar mi primer premio literario, [me sirvió] para conseguir que me fichara el diario Ideal, gracias a que su director entonces era miembro del jurado", explica Cárdenas. De aquella obra, dice, se publicaron 400 o 500 ejemplares y él llego a guardar varios. Sin embargo, los fue prestando sin que se los devolvieran y al final se quedó sin ninguno. En búsqueda de un ejemplar, el autor acudió a una web donde se encuentran libros descatalogados y se hizo la magia. En pocos días tenía su ejemplar en casa.

El volumen que le llegó estaba usado y, sorpresa, dedicado por él mismo. Y de ahí la circunstancia de intentar dar con la persona con la que pasó aquella tarde inolvidable que ya no recuerda y, también, el interés por conocer el recorrido que ha hecho el libro. ¿Qué razón habrá para que, en estos 35 años, el libro haya pasado desde la estantería del comprador, que parece tuvo especial interés en comprarlo, al almacén de una tienda on line y de ahí, de nuevo, a la mesa del autor?

El autor, Andrés Cárdenas, con el ejemplar recuperado.
El autor, Andrés Cárdenas, con el ejemplar recuperado.EL PAÍS

No hay manera de que Cárdenas recuerde un solo detalle de aquello. Dar con María Luisa y preguntarle cosas es ahora su objetivo. ¿De qué hablaron?, ¿qué es lo que hizo aquella tarde inolvidable?, ¿por qué se deshizo del libro? Cárdenas admite que entra dentro de lo posible que lo de "inolvidable" fuera una exageración: "En mis firmas de libros, me reconozco como un autor generoso. Suelo hacer dedicatorias muy íntimas. Puedo poner 'para mi querido amigo' cuando en realidad apenas conozco a mi interlocutor".

El libro recuperado es especialmente emotivo para Cárdenas. Se publicó en 1984, pero su origen se remonta a 1979. Con 25 años, el periodista trabajaba para el diario Jaén. El plumilla propuso al periódico hacer un recorrido por las aldeas perdidas y vacías de la provincia. La oferta fue aceptada bajo unas condiciones muy especiales. El diario buscó un concesionario, que cedió un Seat Panda, explica Cárdenas, y luego lo acondicionaron para que él pudiera dormir con un saco de dormir en su interior. "Era verano, así que tampoco eso fue un gran problema", recuerda ahora. Estuvo tres meses girando con el coche por las sierras de Jaén y de allí salió una colección de artículos periodísticos que luego compiló para el libro con el que ganó el premio y con el que consiguió 500.000 pesetas. Entonces medio millón de pesetas suponía mucho más que los 3.000 euros del cambio actual.

Han pasado ya algunos días desde que Cárdenas hiciera pública la historia de su libro en la tribuna semanal que escribe en el diario Granada Hoy. Sigue sin noticias y no es demasiado optimista sobre la posibilidad de reencontrarse con su lectora. Sobre el devenir del libro, le han sugerido que puede ser que María Luisa o su familia, por las circunstancias que sean, hubieran decidido vender su biblioteca completa. "Por lo visto, no es raro que se haga", dice. Y a partir de ahí, el azar ha llevado el libro de vuelta a casa, a la de su autor.

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