La ‘peligrosa’ amistad de los líderes juveniles de PSOE y PP
Omar Anguita y Diego Gago se felicitan de llegar a diputados y compartir debates y problemas comunes al frente de las Juventudes Socialistas y Nuevas Generaciones
Son de la misma generación, comparten su pasión por la política y tienen muchos gustos y problemas comunes. Han debatido juntos muchas veces, en público y en privado. Omar Anguita y Diego Gago son amigos y los líderes de las organizaciones juveniles del PSOE y el PP. Los dos coinciden ahora, además, como diputados del Congreso. Una felicitación de Gago a Anguita en las redes sociales por estrenarse esta pasada semana en la Cámara baja se convirtió en viral; y les extrañó. Ellos querrían “normalizar” su buena relación pero en sus partidos esa conexión, ahora, no resulta tan cómoda. El PP no permitió a Gago tomar un café con Anguita con EL PAÍS como testigo ni acudir a un debate televisivo juntos.
El pasado 4 de febrero, Omar Anguita tomó posesión formalmente de su escaño en el Congreso en sustitución de Beatriz Corredor. Había ido en la lista por Madrid, en el número 12, y el PSOE recabó el pasado 10-N solo 10 diputados en esa circunscripción. Las salidas de Dolores Delgado y Corredor movieron puestos y Anguita se estrenó en las Cortes como otro parlamentario más de la mayoría socialista que apoya al Gobierno de Pedro Sánchez. Desde la bancada de enfrente, entre las filas populares, un joven diputado le envió un mensaje de felicitación en Twitter que sorprendió y cosechó más de 1.000 réplicas: “Desde el fair play que siempre nos ha caracterizado y que nos ha llevado a tener debates razonados desde las diferencias lógicas, desearle el mejor de los éxitos a Anguita Omar en su nueva etapa como diputado representativo de la juventud socialista”.
Anguita contestó de inmediato, también en su Twitter: “He tenido el placer de compartir contigo viajes, debates... y siempre te digo lo mismo: eres un tipo brillante. Gracias por tu tuit y espero que podamos confrontar ideas mucho tiempo, pero también celebrar acuerdos. Gracias, una vez más, por tus palabras, amigo”. La charla y el buen tono, que no era inédito entre ellos, llamó mucho la atención en este clima de confrontación permanente y sin rehenes que parece vivir ahora la política española. Y más a ese nivel.
“No somos sectarios”
“Me ha sorprendido y chocado mucho que esta relación sea noticia porque para nosotros es muy normal, porque no somos nada sectarios, pero es verdad que esos comentarios en las redes han tenido mucha repercusión y eso dice bastante de cómo está la política y de que habría que intentar normalizar estas cosas y los mensajes positivos entre nosotros”, acepta Anguita.
Gago y Anguita son amigos, además de presidente de las Nuevas Generaciones del PP y secretario general de las Juventudes Socialistas. Se conocieron en noviembre de 2017, en un debate sobre la juventud organizado por el politólogo Pablo Simón, en la Universidad Carlos III de Madrid. Anguita llevaba entonces apenas cinco meses de líder máximo de su organización y Gago siete. Se saludaron brevemente en el comedor del campus y pasaron a cumplir con su primer debate en una confrontación diferente a la actual. En aquel momento, el que representaba al partido en el Gobierno, en ese caso de Mariano Rajoy, era Gago y Anguita a la oposición. Esas tornas han cambiado, primero tras la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa y luego tras las últimas elecciones generales, y admiten que eso sí se nota en sus discusiones.
En los siguientes meses coincidieron en algunas otras citas, pero la clave de su amistad se cuajó en un viaje organizado en noviembre de 2018 por la Embajada de Estados Unidos a las ciudades norteamericanas de Washington, New Hampshire y Reno para empaparse de cómo funcionaban allí las elecciones de mitad de mandato. Estuvieron dos semanas y en la gira coincidieron también con la política republicana catalana Marta Vilalta, el ahora ministro Salvador Illa o el experto en demoscopia José Pablo Fernández. Eran los más jóvenes de la comitiva y cuando la agenda se agotaba eran ellos los que se quedaban un poco más a tomar algo. Allí se conocieron mejor y constataron que tenían muchos intereses comunes, al margen de las diferencias ideológicas.
Diego Gago tiene ahora 32 años, es de Vigo, donde fue concejal, es licenciado en Derecho Económico, tiene un máster y su último trabajo, antes de la política, fue como delegado para Galicia y Asturias de la empresa Barceló Viajes. Antes, durante la carrera y para ayudar en los ingresos, fue contratado varias navidades para promocionar nuevas cámaras digitales en El Corte Inglés. Fue el que más vendió. En abril de 2017 fue nombrado presidente de Nuevas Generaciones. Entró de diputado por Pontevedra, como número dos, tras las elecciones y ahora se especializará en la comisión de Transición Ecológica. Consciente de las críticas que se hacen a los jóvenes que prosperan en política desde las organizaciones juveniles, Gago asegura en sus entrevistas que no se ve toda la vida en cargos públicos y sí preparado para volver a la actividad privada.
Omar Anguita es de Madrid (Vallecas), tiene 29 años, y lleva 20 viviendo en Rivas. Cursó la carrera de Turismo, pero se enfocó desde los ocho años en llegar a ser piloto comercial, su gran sueño. Con esa meta fijada, y recursos económicos justos en casa, hizo cursos de azafato, se marchó a vivir y aprender bien inglés a California y hasta trabajó una temporada en Vueling. A la espera de pilotar vuelos comerciales pronto, Anguita se ubicará ahora en el Congreso en las comisiones de Derechos de la Infancia y la Adolescencia y de Calidad Democrática.
Lo que más les unió al principio, además de hobbies y sarcasmos comunes, fue comprobar cómo sus problemas internos para hacerse escuchar como líderes juveniles dentro de organizaciones políticas tan fuertes eran tan similares. “Compartimos generación y muchos retos y problemas, como ganar espacio en partidos tan grandes”, resume Anguita.
Diferencias ideológicas
En 2019, con tantas citas electorales, Anguita y Gago se fajaron en una decena de debates de todo signo. Pero se guardaron respeto. Discrepan sobre la calidad en la creación de empleo, sobre la importancia de la educación pública para el ascenso social o sobre economía en general. Gago es más liberal y Anguita más intervencionista. Sus referentes son distintos, Feijóo y Casado para el popular, Rubalcaba, Chacón, Madina, Zerolo y, claro, Pedro Sánchez, para el socialista.
Pero la amistad y la cordialidad continúa viva. Desde los dos bandos enfrentados del hemiciclo se envían whatsapps, bromean sobre su voto y hasta esperan quedar para salir por Madrid. Nadie les ha reprendido aún por esa conexión. En el caso de Anguita, al contrario, hasta se lo han valorado: “Me han dicho que está muy bien mostrar la normalidad también en el Congreso y saber diferenciar la política de la vida social”. A Gago no le dejan hablar con los medios sobre su buena relación con un rival político, que tampoco es nueva en el Parlamento, pero a sus amigos sí les ha confesado que “fuera del terreno de juego político se llevan bien hace años al margen de las diferencias ideológicas”.
El 'ogro' Abel Caballero en Vigo y los datos del paro
El veneno de la política les picó pronto a los dos. Diego Gago se afilió a las Nuevas Generaciones del PP a los 16 años pero reconoce que donde ha adquirido sus "canas" ha sido en su último mandato como concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Vigo, donde el socialista Abel Caballero es un ogro con 20 ediles y los populares con cuatro las pasan canutas para que se escuchen sus críticas.
Omar Anguita, que milita desde los 14 en las Juventudes Socialistas muy influido por una madre activista, le chincha mucho a Gago con ese abultado resultado a su favor en Vigo. Gago replica y atiza a Anguita en sus debates con los problemas de empleo cuando el PSOE gobierna España. De lo que no les gusta hablar, ni en público ni en privado, es de la corrupción. Los dos creen que es un problema endémico que perjudica a todos.
Los dos tienen aficiones comunes y, para empezar, se sientan en las ejecutivas nacionales de sus partidos en representación de sus organizaciones juveniles. Ambos practican el pádel y siguen solteros con pareja.
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