En libertad sin fianza Kiko ‘el fuerte’, el último gran capo del hachís
La Audiencia de Cádiz considera que no hay indicios suficientes para vincularlo con un delito de narcotráfico por el que se acusa al sucesor de los Castaña
Manuel P. L., conocido como Kiko, el fuerte, el sucesor del clan de Los Castaña en el trono del reino del hachís, está en libertad sin fianza, después de que la sección de Algeciras de la Audiencia Provincial de Cádiz así lo dictaminara en un auto de 13 de contra el que no cabe recurso y que ha contado con la oposición de la Fiscalía. El fuerte apenas ha estado en prisión provisional dos meses, después de que fuera detenido el pasado 21 de noviembre en una macrooperación de la Guardia Civil cuyo amplio despliegue evidenciaba la importancia que este narco había ido adquiriendo desde la caída en desgracia de los hermanos Isco y Alberto Tejón, los Castaña, de los que Kiko había sido esbirro.
En el auto, la magistrada sostiene que la detención a finales de noviembre de 2019 de El fuerte no puede “relacionarse de alguna forma directa” con un alijo que la Guardia Civil incautó el día 4 de octubre de ese mismo año, “ni con las embarcaciones ni vehículos presuntamente utilizados para la comisión del delito”. La juez entiende que “la existencia de relaciones y diferentes reuniones entre el apelante y el resto de investigados” –en la operación de noviembre se detuvo a otros 17 miembros de su organización- no pueden considerarse como “indicios suficientes” de la participación de Manuel P. L. en el delito de narcotráfico por el que está siendo investigado. Esto, unido a que la ponente niega la existencia de riesgo de fuga o de destrucción de pruebas es lo que motiva su puesta en libertad.
Fuentes de la Fiscalía remarcan que la Audiencia considera que sí hay indicios de delito, pero que no son de suficiente peso, informa Jesús A. Cañas. "Para poder justificar la Prision hace falta que concurran indicios racionales bastantes para poder considerar que la persona respecto a la que se acuerda la medida puede ser autor de un delito, pero eso no significa que no se le vaya a acusar", señalan. La decisión de la sala supone un duro revés para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que habían alertado de la preponderancia que ese narcotraficante había ido adquiriendo desde la entrada en prisión de los hermanos Tejón.
El ascenso de Kiko el fuerte en el escalafón del contrabando de hachís del Campo de Gibraltar (Cádiz) sigue el patrón de las novelas sobre la mafia. Un empleado modelo, fiel a los líderes del clan, que empieza a utilizar sus redes para su propio beneficio y va amasando dinero y ganado autoridad hasta que decide instalarse por su cuenta y desafiar a sus mentores. Tras el encarcelamiento de los Castaña, él era el único capo que estaba introduciendo por la costa grandes cantidades de hachís en narcolanchas.
Sus brutales modales, que empleaba tanto en las persecuciones de la Guardia Civil –puso en peligro la vida de tres agentes en una de ellas- como con los suyos, contribuyeron a forjar su aura de peligrosidad. Fiel al estereotipo de algunos grandes narcotraficantes, no hacía ostentación de lo que ganaba. Siempre mantuvo su nivel de vida humilde en la barriada de El Zabal, en La Línea de la Concepción (Cádiz), una apariencia que le sirvió para ocultar sus verdaderas ambiciones a sus antiguos jefes. El dinero que ganaba lo invirtió en la compra de terrenos, propiedades inmobiliarias y en abrir gimnasios, uno de sus lugares favoritos, en donde saciaba su obsesión por el culto al cuerpo para conseguir la musculatura que le valió su apodo.
El fuerte se movía con aparente inmunidad por La Línea y se había convertido en un objetivo escurridizo para los investigadores. El 4 de octubre, frente a las costas de Mijas, los ocupantes de una narcolancha de su clan hicieron volcar a tres agentes de la Guardia Civil que los estaban persiguiendo. Un helicóptero del cuerpo obligó a los narcos a rescatarlos. Las imágenes rápidamente corrieron por las redes sociales. En esta operación, precisamente con la que la Audiencia de Cádiz no encuentra vinculación directa con Kiko el fuerte, se incautaron tres toneladas de hachís y se detuvo a los tripulantes de la embarcación.
Para atrapar a Manuel P. L. se puso en marcha una macrooperación Fortín en la que intervinieron 150 agentes del GAR, el OCON y las Comandancias de la Guardia Civil de Algeciras y Málaga. En la acción se realizaron 13 registros en La Línea y San Roque, en Cádiz, y Estepona y Marbella, en Málaga y se intervinieron grandes sumas de dinero, vehículos de alta gama, embarcaciones de lujo y un arma.
Su patrimonio, se le calcula una fortuna de 20 millones de euros, lo ocultaba tras los muros de algunas de esas viviendas que había adquirido con tanta reserva en La Línea. El fuerte no tendrá que tocar ni un céntimo de su dinero ya que la sala de Algeciras no le ha impuesto la obligación de presentar una fianza. Tiene la obligación, eso sí, de entregar su pasaporte, comparecer semanalmente en los juzgados y no abandonar el país.
En noviembre, la Audiencia de Cádiz, revocó la decisión de un juez de La Línea que había ordenado la libertad bajo fianza para los Castaña. Solo Isco pudo salir de la cárcel, ya que su hermano se encontraba cumpliendo una pena anterior. Esa decisión, como ha ocurrido con el caso de Kiko el fuerte, provocó un profundo malestar entre la Fiscalía y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero pudo recurrirse con éxito. Entonces, los magistrados sí apreciaron que existía riesgo de fuga –estuvo huido casi dos años- y que no tenía arraigo social o familiar para determinar su vuelta a prisión. En el caso de su heredero en el trono del tráfico de hachís, la instrucción deberá profundizar más. "Hay que finalizarla", inciden fuentes cercanas a la Fiscalía.
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