La crisis estalla en el PSOE de Sevilla en pleno debate sobre la continuidad de Susana Díaz

La dimisión de cuatro miembros de la ejecutiva provincial del PSOE de Sevilla ha abierto una crisis en la agrupación socialista, la de mayor peso de Andalucía, y ha dado el pistoletazo a los movimientos internos para plantear una alternativa a la secretaria provincial, Verónica Pérez, y también a Susana Díaz. Hasta ahora, los socialistas andaluces mantenían un prudencial silencio a la espera de que Pedro Sánchez lograse su investidura. Alcanzada esa meta, el debate sobre la continuidad de Díaz empieza a hacerse oír.

Manuel Domínguez, secretario general del PSOE de El Viso del Alcor y exdiputado provincial; Jerónimo Guerrero, exalcalde de El Coronil, exdiputado provincial y miembro de comité director del PSOE andaluz, y Carmelo Cubero, exalcalde de El Real de la Jara y secretario general del PSOE local, presentaron este en la sede provincial socialista la renuncia a sus cargos en la ejecutiva. A estas bajas se une la del alcalde Camas, Rafael Recio, que se produjo la semana pasada. Recio ha precisado que su dimisión como responsable de Memoria Democrática fue por motivos personales y no obedece a “un payerlanteamiento que se alinee con la confrontación”.

Los dirigentes sevillanos alegan “falta de sintonía” con Verónica Pérez, a la que acusan de convertir la agrupación en una “sucursal de los intereses personales de Susana Díaz”, según afirmó Jerónimo Guerrero. Este dirigente asegura que la decisión está enmarcada en el proceso congresual que se abrirá en el PSOE andaluz para renovar la dirección regional. El congreso aún no tiene fecha y se celebrará después del federal, en torno al verano de 2020, aunque Ferraz puede alargar los plazos un año más.

Guerrero, que fue antaño un apoyo sólido de Díaz y Pérez, sostiene que el proyecto de Susana Díaz “está totalmente agotado, no solo desde que perdió la Junta, sino las primarias” frente a Pedro Sánchez. También cuestiona “la manera de ejercer la oposición” al Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos, por cuanto opina que los mismos que dirigieron el Gobierno andaluz “no pueden hacer frente” a los actuales gobernantes. “Hay que renovar”, dice Guerrero, quien afirma que el partido “no ha sabido reaccionar” a la sentencia del caso de los ERE y no ha puesto en valor “lo mucho” que el PSOE hizo durante los 37 años en los que gobernó Andalucía. Los críticos presentarán un documento para el debate sobre el “futuro” del PSOE andaluz.

Aunque los congresos socialistas no están convocados, los contactos entre dirigentes se han intensificado desde que Sánchez logró formar Gobierno. Díaz ya ha dicho que quiere repetir como secretaria general del PSOE andaluz y recuperar el Gobierno de la Junta. En las dos ocasiones en las que aspiró a ese cargo, nunca se celebraron primarias porque nadie logró los avales suficientes para plantear una batalla con urnas. Y como ha recordado el que fuera su portavoz parlamentario Mario Jiménez, ahora apartado de la primera fila, será la primera vez desde 1994 que el candidato a liderar el PSOE andaluz no tiene la poderosa varita de la presidencia de la Junta.

Ahora mismo en el PSOE andaluz no existe una alternativa ni clara ni declarada. Días atrás, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, no se descartó para aspirar al cargo. “Estoy para lo que los compañeros decidan”, afirmó en un desayuno informativo en Madrid, al tiempo que apostó por un “proyecto ganador” para Andalucía. Espadas es vicesecretario del PSOE de Sevilla y hasta ahora siempre había apoyado la continuidad de Díaz y todos los pasos que esta dio en el pasado.