Los amigos del español muerto en Filipinas apuntan a un montaje policial

Los amigos de Diego Bello, el español muerto en Filipinas durante una supuesta operación antidrogas el miércoles por la mañana, defienden su inocencia. Niegan que la víctima consumiera o distribuyera droga y apuntan a que la muerte de Bello, un coruñés de 32 años que llevaba dos residiendo en la isla de Siargao, se debe a los negocios de hostelería que había abierto en el país asiático.

“Le metieron nueve tiros, le pusieron una pistola en la mano y ahora dicen que era un traficante de drogas y que disparó primero”, asegura César Mañana, un amigo de la infancia de la víctima. La versión de la policía filipina asegura que el coruñés era un “traficante de drogas de alto valor” que llevaba 10 gramos de cocaína y 540 euros en el momento en el que lo dispararon. Mañana, que pensaba visitar a Bello en febrero, defiende que su muerte se produjo por una “extorsión de la policía”.

Los amigos del fallecido que se han comunicado con la familia explican que los esfuerzos de sus allegados se centran ahora en repatriar el cuerpo y que prefieren no hacer declaraciones sobre la actuación de la policía filipina, al menos, hasta que se produzca el traslado en los próximos días. El Consulado español en Filipinas está en contacto con la familia de Bello, según asegura la Oficina de Información Diplomática, que no confirma de momento la apertura de una investigación sobre las causas de su muerte.

Bello llegó a la isla hace dos años tras pasar cuatro en Australia y anteriormente en otros países como México y Honduras, donde había sido monitor de surf y buceo. También jugó en las categorías inferiores del Deportivo de A Coruña entre 2001 y 2003.