La Comisión Europea se desmarca de las críticas de Borrell a la euroorden en el ‘caso Puigdemont’
El alto representante de Política Exterior matiza que sólo pretendía hacer "pedagogía" al comparar el caso del 'expresident' con el de la etarra Natividad Jáuregui
La fuerte personalidad política de Josep Borrell y su beligerancia en el conflicto catalán han vuelto a poner en un aprieto a la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen, en la que el español ocupa la vicepresidencia de Exteriores. La Comisión se ha visto obligada este miércoles a precisar que el organismo “no comenta la aplicación de las órdenes europeas de detención y entrega”, después de que Borrell lamentara la actuación de la justicia belga en la petición española para arrestar y entregar al expresident Carles Puigdemont y de que recordara que Bélgica ni siquiera extradita a terroristas acusados de delitos de sangre.
Se trata de la segunda vez que Bruselas sale al paso de una actuación de Borrell, desde que fue designado en julio como vicepresidente y alto representante de Política Exterior, puesto que asumió el 1 de diciembre. En noviembre, cuando Borrell ni siquiera había tomado posesión del cargo comunitario, la Comisión reprochó al todavía ministro español de Exteriores que hubiese publicado en la red social Twitter un documento relativo a la euroorden cursada contra la exconsejera de la Generalitat Clara Ponsatí.
En el nuevo traspiés, la Comisión de Von der Leyen no ha reprochado en público las palabras de Borrell con las que critica la falta de efectividad de las euroórdenes cursadas en Bélgica. Pero el organismo se ha desmarcado de su vicepresidente y el propio Borrell ha tenido que volver a dar explicaciones.
“El alto representante de Política Exterior expresó su opinión personal”, ha señalado un portavoz de la Comisión a preguntas en rueda de prensa sobre los comentarios de Borrell. El mismo portavoz ha añadido que la aplicación de la euroorden es un procedimiento puramente judicial en el que la Comisión Europea no desempeña ningún papel, "así que en no comentamos casos individuales", ha dicho.
Las medidas palabras del portavoz denotan el malestar interno ante el pronunciamiento de un alto cargo comunitario criticando el sistema judicial de un Estado miembro. La Comisión suele desmarcarse de las opiniones personales de los comisarios, una circunstancia que el organismo suele capear recordando que se trata de políticos en activo con derecho a pronunciarse sobre los temas de actualidad.
En el caso de Borrell, sin embargo, la Comisión no ha recordado su condición de político como circunstancia exculpatoria. Y el propio exministro de Exteriores ha tenido que dar explicaciones en público este miércoles ante el revuelo provocado por sus declaraciones iniciales.
“Yo no he cuestionado para nada la independencia de un sistema judicial”, se ha defendido Borrell durante un encuentro con periodistas españoles en Estrasburgo. “Tienen mi respeto y las resoluciones que dicten habrá que aceptarlas y abstenerse de comentarlas, desde luego, desde mi función de vicepresidente de la Comisión”, añadió el alto representante.
Borrell ha asegurado que solo pretendía “hacer un ejercicio de pedagogía” al comparar el caso de Puigdemont con el de la etarra Natividad Jáuregui, también residente en Bélgica desde hace años a pesar de las peticiones de extradición cursadas por la justicia española. Este mismo año, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha condenado a Bélgica por negarse a colaborar en la entrega de una persona acusada de participar en al menos un asesinato. Estrasburgo condenó a Bélgica a indemnizar a los familiares de una víctima de Jáuregui por los “daños morales” causados por su falta de colaboración con España.
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