Caen cuatro presuntos yihadistas que hacían propaganda desde Guipúzcoa y Lugo

Cuatro presuntos yihadistas, tres hombres y una mujer, han sido detenidos en operaciones policiales desarrolladas en Guipúzcoa y Lugo por su presunta implicación en delitos relacionados con enaltecimiento, adoctrinamiento y pertenencia a órganos de propaganda terrorista. La presunta terrorista de 45 años capturada en Lugo, que ya había sido detenida por la Guardia Civil el año pasado, había celebrado públicamente los ataques perpetrados en Barcelona y Cambrils en agosto de 2017. E incluso ha mostrado su intención de replicar en Galicia un atentado de características similares, aunque nada indica que estuviera preparando un ataque.

La mujer, que según afirman fuentes policiales asumió los postulados más violentos de los grupos yihadistas tras convertirse al islam, había aprovechado su puesta en libertad para moverse con máximas medidas de seguridad con la intención de eludir la vigilancia de los investigadores. Ocultaba su actividad en Internet y en redes sociales, además del uso de comunicaciones telefónicas y su comportamiento en la vida real.

La Guardia Civil ha procedido nuevamente a su detención, “atendiendo a la reincidencia y el incremento del nivel de riesgo para neutralizar esta amenaza a la seguridad pública” para poder determinar si la mujer pudiera estar siendo instrumentalizada o influenciada por otros grupos, informa el instituto armado.

Investigadores de la Brigada Provincial de Información de San Sebastián, bajo la coordinación de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, también capturaron este martes a tres individuos marroquíes de 27 años y han registrado sus domicilios en las localidades guipuzcoanas de Urretxu, Ibarra y Urnieta. Los detenidos, que formaban un grupo homogéneo y cohesionado, y se habían introducido en los círculos salafistas de la provincia de Guipúzcoa. Comenzaron como consumidores de propaganda que el grupo terrorista Daesh publicaba a través de Internet y fueron aumentando su actividad virtual, pasando a ser ellos mismos los que difundían en sus redes sociales mensajes de incitación al odio y a la violencia.

Además, empleaban sus perfiles para distribuir imágenes cruentas de los conflictos bélicos sirio e iraquí, acompañadas de comentarios alentando la confrontación religiosa y la destrucción de Occidente y sus aliados. La investigación ha constatado que los detenidos habían adquirido cierta capacidad de captación y adoctrinamiento dentro de su comunidad virtual.

Sin embargo, a raíz de recientes operaciones policiales y ante el temor a ser detenidos, empezaron a adoptar medidas de seguridad en sus actividades y comunicaciones a través de Internet. Aunque desde ese momento sus movimientos virtuales descendieron, los investigadores averiguaron que los arrestados habían empezado a interactuar en el plano real con otros individuos para difundir su pensamiento radical. La investigación se ha desarrollado bajo la supervisión de los juzgados 3 y 5 de la Audiencia Nacional y la coordinación de la fiscalía.