Ximo Puig meditará hasta el final si adelanta las elecciones al 28 de abril

Ante la insistencia sobre si adelantará los comicios, Puig recurre a la letanía que ha estado repitiendo en los últimos meses, en virtud del Estatut valenciano reformado que le faculta para ello: “Es posible ahora, pero no es probable. Es un proceso de reflexión en el que se han de valorar muchas cosas”. Las principales ventajas del anticipo son la “singularización” de la Comunidad Valenciana con respecto al resto de autonomías de régimen general y la mayor “movilización” que se espera en las generales “para frenar a las derechas”, según señala el líder del PSPV. Los inconvenientes: que el debate se centrará aún más en la política nacional y el hecho de que Compromís, el partido con el que está destinado, presumiblemente, a entenderse si se pretende reeditar un Gobierno progresista y los números cuadran, no está por la labor. “Estamos hablando y reflexionando con gente diversa, y por supuesto en esta reflexión entra Compromís”, apostilla Puig.

Los análisis son tan diversos como la volatilidad de los mismos. Lo cierto es que las encuestan indican ahora que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, podría arrastrar votos para Puig y los socialistas valencianos temen los efectos sobre las autonómicas de una posible victoria de la derecha en las generales un mes antes. Además, fuentes del partido recuerdan que el 28 de abril caerá en la Comunidad Valenciana en medio de un puente, que penaliza la participación.

Compromís, por su parte, no oculta su interés tanto por la coincidencia entre las autonómicas y las municipales como porque el debate discurra en el tablero local. La coalición liderada por Oltra confía en aprovecharse del tirón de candidatos como el alcalde de Valencia, Joan Ribó. El resto de fuerzas con representación en las Cortes Valencianas, en cambio, no verían mal el anticipo electoral.

El pasado verano, Puig puso por primera vez sobre la mesa la posibilidad de anticipar las elecciones, aunque señaló el peligro de una baja participación. En otoño, volvieron las apuestas de un posible anticipo al calor de la buena valoración que la ciudadanía tenía, según apuntaban las encuestas, del Govern del Botànic, formado por el PSPV-PSOE y Compromís, con el apoyo parlamentario de Podemos.

Puig asegura que no se arrepiente de no haber dado el paso adelante entonces. “No, el factor de la estabilidad del Gobierno era decisivo, así como las políticas que estábamos implementando”, dijo ayer.

Un factor que ahora también invoca Oltra. “Nuestra opinión es que no hay motivos para el adelanto cuando tenemos el gobierno más estable de la historia del autogobierno valenciano. En la legislatura solo ha cambiado una consejera y fue para convertirse en ministra. Un Gobierno se forma para cuatro años y los motivos para un anticipo deben ser políticos, como la inestabilidad o no poder aprobar unos presupuestos, y nosotros hemos aprobado cuatro. Juntarlas con las generales provocaría una inmersión en el debate español. Y hacerlo con las locales las valencianizaría por el factor proximidad”, afirma la líder de Compromís y vicepresidenta del Consell.