La Guardia Civil se embarcará en naves de rescate de migrantes
El objetivo, según el Ministerio del Interior, es "reforzar la seguridad" en algunos buques
El Gobierno ha decidido retomar un convenio vigente, pero con muy poco uso, entre la Guardia Civil y Salvamento Marítimo que permite que agentes del cuerpo embarquen en las naves de rescate “como refuerzo de seguridad”. El Ministerio del Interior asegura que la presencia de guardias civiles en los barcos no será generalizada, pero no aclara con qué criterios se aplicará.
Este convenio se utilizaba en contadas ocasiones y siempre con un agente destinado en el puerto “al que se llamaba sobre la marcha, se embarcaba y apenas tenía ningún papel a bordo”, explican desde CGT, el sindicato mayoritario de Salvamento Marítimo.
La primera asignación de agentes, según el sindicato, ha sido la de tres guardias civiles a la plantilla del Clara Campoamor, el buque más grande de la flota de Salvamento que ayer atracó en el puerto de Málaga, informa Nacho Sánchez. El remolcador, que puede transportar hasta 500 personas, suele ser el primer destino de los náufragos rescatados por las salvamares de Salvamento Marítimo, antes de ser trasladados al puerto designado para su desembarco.
La presencia de los agentes en el remolcador no será un caso aislado. Estos guardias formarán parte de la dotación de la nave de manera permanente mientras no haya una orden en sentido contrario, según las mismas fuentes. Salvamento Marítimo no ha querido confirmar la presencia de los agentes armados a bordo. Fuentes del Instituto Armado señalan que desde el propio se pidió apoyo para dar seguridad”.
El Ministerio del Interior ha confirmado que la Guardia Civil acompañará a la tripulación de algunos barcos de rescate “para reforzar la seguridad”, pero mantiene que “el embarque no va a ser con carácter general, ni en todos los barcos”. No ha aclarado, sin embargo, qué criterios se seguirán para determinar que una nave embarque o no agentes de la Guardia Civil.
Casablanca, trampolín de la emigración irregular
El aeropuerto de Casablanca, en la costa atlántica de Marruecos, continúa siendo la principal puerta de entrada para aquellos que pretenden emigrar de forma clandestina a Europa. El dato lo recoge un informe semanal de la Comisión Europea sobre inmigración y revela que la decisión de las autoridades marroquíes de comenzar a exigir desde el 1 de noviembre una autorización electrónica a los viajeros procedentes de Malí, Guinea Conakry y Congo-Brazzaville “no ha contribuido visiblemente a frenar la inmigración irregular”. Guinea y Malí, son la segunda y tercera nacionalidad más numerosa de los migrantes que alcanzan España, según las cifras que maneja Frontex, la agencia europea para la gestión de fronteras. Ambas nacionalidades supusieron cerca de un 60% del total de subsaharianos interceptados el año pasado en la frontera sur española.
Esta medida se implementa pocos días después de que el Gobierno se haya marcado el ambicioso objetivo de reducir en un 50% la cifra de migrantes que alcanzaron España de forma irregular en 2018: 64.298 personas. Uno de los ejes de este plan es replantear la participación de Salvamento Marítimo en el Estrecho de Gibraltar y el Mar de Albarán.
La idea es que Salvamento Marítimo, organismo dependiente del Ministerio de Fomento, continúe atendiendo naufragios cuando reciba llamadas de auxilio, pero que limite su papel en la búsqueda y rescate de embarcaciones de migrantes en apuros. El Ejecutivo pretende que los guardacostas marroquíes amplíen su ámbito de actuación y asuman más rescates.
El sindicato CGT muestra su recelo ante “el despliegue de un cuerpo militar en las operaciones de salvamento”. La presencia de estos agentes a bordo, según señalan, podría suponer una dificultad más en las ya de por sí difíciles maniobras que supone trasvasar personas desde una patera hasta el barco de rescate. “Si la Guardia Civil o quien sea viene a ayudar en las tareas de rescate son bienvenidos, pero su presencia como cuerpo policial puede llegar a suponer un riesgo añadido”. Otra cuestión, plantea el sindicato, es que los migrantes dejen de alertar de su situación de peligro por el temor de encontrarse a los agentes armados a bordo. “Tememos que la presencia de un cuerpo militarizado en las naves influya negativamente en nuestro trabajo”, alertan.
Las tareas de rescate de migrantes en el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán están bajo el comando del llamado Mando Único Operativo, cuyo responsable es, desde hace apenas mes y medio, el general de División de la Guardia Civil Félix Blázquez. El Mando Operativo Único, que coordina las operaciones de todos los organismos del Estado, desde las fuerzas y cuerpos de seguridad a la Armada o Salvamento Marítimo, se reactivó en agosto del año pasado. Un portavoz del Ministerio del Interior ha asegurado que la decisión se ha tomado conjuntamente entre la Guardia Civil y Salvamento Marítimo.
Tres pateras al día
La llegada de inmigrantes en pateras a las costas españolas durante el mes de enero ha sido muy superior a la del mismo periodo del año pasado. Durante los primeros 31 días de 2019 han desembarcado en España 4.104 migrantes, una cifra que supone multiplicar casi por tres los 1.396 desembarcados en enero de 2018, según los últimos datos del Ministerio del Interior. Estas personas llegaron a España en 98 embarcaciones, lo que arroja una media de tres al día. El año pasado fueron dos diarias de media.
Un avance espectacular ha sido el del puerto de Málaga que, según datos de Cruz Roja Andalucía, ha recibido en enero 1.560 personas frente a las 206 de hace un año. Los puertos gaditanos, Motril y Almería también han multiplicado por dos la recepción de personas llegadas en patera. Andalucía ha recibido 3.814 personas en este mes de enero según Cruz Roja.
Las entradas por tierra, mientras tanto, han caído un 31% en Ceuta y un 36% en Melilla. Las dos ciudades autónomas, cuyas fronteras experimentan un goteo constante de inmigrantes que se cuelan en territorio español, suman un total de 508 llegadas.
Marruecos, para quien España solicita a Europa más medios materiales y financieros tras una primera inyección de 140 millones de euros, se felicitó el mes pasado por interceptar una cifra récord de migrantes irregulares. Según las cifras del Observatorio Nacional de la Migración, dependiente del Ministerio del Interior, las autoridades marroquíes abortaron durante 2018 88.761 intentos de emigración clandestina hacia España, un 37% más que en 2017. Casi 30.000 de esos emigrantes fueron interceptados a bordo de pateras.
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