Detenidos dos presos por la muerte de un triple asesino desaparecido en agosto de la cárcel de Ourense
El cuerpo del parricida apareció enterrado en una granja. Los funcionarios de la cárcel de Pereiro de Aguiar descartaron la fuga desde el primer momento
Fernando Iglesias Espiño mató a su mujer y sus dos hijos, de 12 y 18 años, en la localidad de Jinámar (Gran Canaria) en 1996. El pasado agosto, cuando llevaba cumplidos en la prisión ourensana de Pereiro de Aguiar 22 de los 25 años de condena por el triple asesinato, accedió a un permiso del que nunca regresó. El juez decretó prisión comunicada sin fianza para los dos detenidos a los que acusa de un homicidio/asesinato en concurso con robo con violencia. Todo indica que el presunto crimen se produjo durante el mismo fin de semana del permiso del que el triple asesino no regresó.
Su cuerpo ha sido encontrado este jueves con signos de violencia enterrado en una granja de una aldea del municipio de Piñor de Cea (Ourense). La Guardia Civil, que sospecha que el crimen puede estar relacionado con el cobro de una herencia por parte de la víctima, ha detenido a otros dos reclusos conocidos del fallecido. Uno de ellos se encontraba en libertad con una pulsera telemática y explotaba la granja en alquiler y el otro disfruta de constantes permisos carcelarios, según apuntan fuentes de la investigación.
La hipótesis de la fuga de triple asesino de Jinámar fue prácticamente descartada desde un primer momento por los profesionales de la prisión ourensana, que consideraron la escasa pena que le quedaba por cumplir al reo y por el hecho de que estaba clasificado en tercer grado.
Fernando Iglesias tenía 41 años cuando cometió el crimen en su domicilio familiar del barrio de Jinámar, el 15 de octubre de 1996. Su pareja, de 39 años, le había anunciado que quería poner fin al matrimonio y esa noche, tras una discusión, la mató a golpes en la cocina con una herramienta. Después, asesinó a su hija de 18 años, que estaba viento la televisión, y al pequeño, de 12, que ya se había acostado. Golpeó a todos y después remató a las dos mujeres con un cutter. Iglesias reconoció haber golpeado y degollado a su esposa, su hija mayor y su hijo menor durante el juicio: "Los maté porque me pusieron de muy mala leche y me cegué".
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