_
_
_
_
_

Ciudadanos decide negociar con el PP el Gobierno de Andalucía sin excluir a Vox

La intención de Rivera es que el PP acepte un acuerdo de Gobierno que presida Ciudadanos y que el PSOE lo permita absteniéndose en la investidura

Albert Rivera, tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional de Ciudadanos. Eduardo Parra Europa PressFoto: atlas | Vídeo: ATLAS
Elsa García de Blas

En la partida de ajedrez que se abre para gobernar Andalucía, Albert Rivera ha movido ficha y está dispuesto a jugar con Vox si hace falta para ganarla. La ejecutiva de Ciudadanos decidió este miércoles iniciar una negociación con el PP para un pacto de Gobierno en Andalucía presidido por su candidato, Juan Marín. La jugada de Rivera busca presionar al PSOE para que acabe absteniéndose ante ese acuerdo, y no renuncia a contar con Vox incluso dentro de ese eventual Gobierno. Su candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, se revolvió contra esa posibilidad: “No puede haber acuerdos con Vox”.

La estrategia manda en la cúpula de Ciudadanos, donde los debates no están tanto en el terreno de los principios como en el de la táctica y las opciones de victoria. La dirección está muy alineada en optimizar sus recursos: nadie olvida que son un partido pequeño y nuevo que sin embargo disputa la partida de tú a tú con los grandes. Albert Rivera consiguió que saliera adelante “por unanimidad” su plan para tratar de hacerse con la presidencia de la Junta de Andalucía tras el descalabro electoral del PSOE. Incluso aunque ello implique no desmarcarse de la extrema derecha.

Rivera compareció tras la reunión de la ejecutiva nacional, compuesta por 37 dirigentes, para anunciar que esta había instado al secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, y al comité autonómico andaluz a que abran una negociación “prioritaria” con el PP sobre el Gobierno de Andalucía. Se trata de llegar a un “pacto de Gobierno estable”, explicitó Rivera, en el que se negocien personas y políticas, lo que da a entender que será un Ejecutivo de coalición, aunque no quiso darlo por cerrado.

Más información
La posibilidad de cerrar Canal Sur divide al PP
Un cordón sanitario intermitente para la extrema derecha en Europa
El dilema de Ciudadanos

Ciudadanos confirmó por la tarde en que Villegas y el secretario general del PP, Teodoro García, ya han tenido una primera conversación y se han emplazado a hablar en los próximos días para cerrar una reunión la semana próxima.

Ese acuerdo dejaría fuera de la Junta al PSOE tras 36 años de gobiernos socialistas. “Los andaluces votaron cambio y vamos a ejecutar el cambio. Le pido al PSOE que asuma la derrota, que asuma que se ha acabado y pasa a la oposición”, subrayó Rivera. El PSOE estará fuera de la mesa de negociación que abrirán PP y Ciudadanos en los próximos días, pero se le pedirá colaboración. Utilizando el mismo argumento de la candidata socialista. “Le pido a Susana Díaz que no bloquee Andalucía, porque ha perdido y no tiene mayoría”, enfatizó Rivera.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La dirección de Ciudadanos cree que hay posibilidades de que el PSOE pueda acabar absteniéndose para tener un papel en la gobernabilidad andaluza en lugar de dárselo a Vox. Y es ahí donde entra la estrategia de no descartar al partido de extrema derecha. Si lo descartaran, defienden en la dirección, el acuerdo con el PP no sería aritméticamente viable sin el concurso del PSOE, lo que les daría menos fuerza para negociar con los socialistas.

Rivera está dispuesto a no descartar a Vox ni siquiera para entrar en ese Gobierno de coalición. Ayer llegó a decir que sería “irresponsable” excluirlo. “¿Puede asegurar que no van a llegar a ningún acuerdo con Vox?”, le preguntaron los periodistas. “Nuestra prioridad absoluta es que Juan Marín lidere la Junta de Andalucía. A partir de ahí, con cinco partidos políticos sería una irresponsabilidad descartar todos los escenarios encima de la mesa”, respondió hasta en dos ocasiones.

No le preocupa a Rivera que se visualice a Ciudadanos como capaz de pactar con la extrema derecha, aunque esa posición ya está tensionando las costuras del partido. Su candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, que reclamó que no se llegue a ningún acuerdo con Vox.

Rechazo de Valls

El ex primer ministro de Francia, donde los partidos tradicionales no han llegado a acuerdos con Le Pen, fue rotundo en rechazar que el partido de Rivera pueda pactar con Vox. “Ciudadanos es un partido liberal, progresista y profundamente europeísta. Estoy seguro de las convicciones de Ciudadanos, no puede haber ningún pacto con Vox”, incidió en la SER, donde añadió: “Cualquier coalición es legítima, salvo con fuerzas que vulneran la Constitución”.

En la dirección de Ciudadanos creen que no rechazar a Vox no les supone tanto coste. Según sus estudios, el partido de Santiago Abascal les ha arañado en las elecciones andaluzas tantos votantes a ellos como a la izquierda. El 2-D Ciudadanos habría perdido en favor de Vox unos 45.000 votantes, por los 30.000 del PSOE y los 10.000 de Adelante Andalucía, según ese análisis. Los populares, 170.000. Es decir, que este partido no estaría tan penalizado y su penetración sería bastante transversal. En los cálculos de Ciudadanos está también que un importante porcentaje de su electorado no ve tan mal a Vox. La sensibilidad más socialdemócrata de Ciudadanos —el partido nace impulsado en parte por ex del PSC— justifica que es solo una estrategia negociadora. Otra cosa sería encontrarse en la tesitura real de pactar. Pero esa es otra pantalla.

De momento, Ciudadanos aguanta la tensión con Valls (ayer el exprimer ministro socialista, Rivera y Arrimadas celebraron un acto en Barcelona sobre la Constitución) y con sus socios liberales europeos, mientras sus posibles alianzas con la extrema derecha están ya en los editoriales de diarios europeos como Le Monde. Lo más sensible es su acuerdo con La République en Marche!, el partido de Emmanuel Macron, para ir juntos a las europeas de 2019.

La partida de ajedrez será larga y los demás también juegan. El PP exige la presidencia de la Junta, porque ha quedado por delante en escaños, y ayer ya advirtió de que “o preside Moreno Bonilla o, elecciones”, dijo la portavoz parlamentaria, Dolors Montserrat. La presidencia del Parlamento andaluz e incluso los pactos futuros en autonómicas y municipales estarán en la negociación.

Vox no pedirá entrar en el Gobierno. Su líder, Santiago Abascal, rechazó ayer “ni cargos ni cargas”, informa Javier Casqueiro. Sí planteará eliminar la ley de memoria histórica o la de género, reclamará el cierre Canal Sur (aunque admiten que no tienen mayoría suficiente para cambiar eso en el estatuto), la devolución al Estado de las competencias en Educación y Sanidad y la supresión del artículo que define Andalucía como “una realidad nacional”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_