Identificado el cadáver de Heidi Paz, novia de César Román, El Rey del Cachopo
El torso encontrado en una nave del empresario ha dado positivo al cotejarse con el ADN de la familia de la joven
La historia de El Rey del Cachopo, un personaje extravagante que producía una sonrisa con sus andanzas de trilero en el mundo de la restauración, se ha teñido de sangre. La policía identificó este jueves el cadáver de Heidi Paz Bulnes, la última pareja de César Román Viruete, desaparecido a finales de julio tras llevar a la quiebra a sus empresas y dejar tras de sí importantes deudas. El asunto ha dejado de tener gracia.
Los agentes le comunicaron a la madre de la joven que el torso escondido en el interior de una maleta, hallado en agosto por los bomberos en una de las naves de Román, pertenece a su hija, que tenía 25 años, según informó la Jefatura Superior de Policía. La familia llevaba meses preocupada por el destino de Heidi.
Gloria Bulnes denunció en julio la desaparición de su hija, que tenía dos hijos de corta edad en Honduras. La primera hipótesis fue que había huido junto a César Román, escapando de las deudas que había generado. Entre ellos surgió una relación cuando trabajaban juntos en una de las cinco sidrerías que él regentaba en Madrid.
Román llenó su Facebook de fotografías que daban cuenta de su noviazgo. Cuando se conocieron él acababa de romper con una mujer, con la que estuvo a punto de casarse. Román golpeó a su perro en la cabeza con una pala, lo que provocó que la policía lo detuviera. Años atrás se había separado de su pareja de toda la vida, que le acabó denunciando por malos tratos. Sobre él pesa una orden de alejamiento.
La repentina desaparición de ambos generó dudas cuando los investigadores conectaron a Román con el trozo de cadáver encontrado en el almacén de Usera, a nombre de una de sus compañías. La policía le enseñó a Gloria Bulnes las imágenes de una maleta que ella no supo identificar. Dentro estaba el cuerpo cercenado. El 13 de septiembre los investigadores le tomaron pruebas de ADN para cotejarlas con los del cadáver y determinar si el tronco, que fue encontrado carbonizado en un fuego que sofocaron los bomberos al ser alertados por un vecino, era de Heidi Paz. No hubo respuesta hasta ahora.
En un primer momento, según informaron en su día fuentes cercanas a la investigación, no existía una relación directa entre un caso y otro. Con el tiempo se ha demostrado que esa hipótesis era errónea. Expertos consultados sostienen que el análisis de unas pruebas de ADN puede demorarse como mucho una semana o dos y no logran entender los motivos por los que se ha tardado tanto tiempo en identificar el cadáver. Fuentes policiales argumentan que el retraso ha sido motivado por el exceso de trabajo en el laboratorio de la Policía Científica, que realiza este tipo de análisis. "La única manera de identificarlo era por el ADN. Los restos estaban en muy mal estado. Estaban cubiertos de sosa cáustica", añaden estas fuentes.
La sospecha es que el trabajo lo hizo un experto. El empresario ha sido denunciado por sus socios en el negocio A Cañada Delic Experience, un delirante proyecto, con el cachopo por bandera, que se expandió por la ciudad a la velocidad de la luz. En un año y medio, Román había abierto cinco restaurantes, reunió una flota de motos para repartir el plato asturiano en cualquier rincón, consiguió el apoyo de un banco para crear una franquicia y apareció constantemente en los medios de comunicación como un chef de cierto prestigio. Todo ese mundo que generó a su alrededor con sorprendente facilidad se ha derrumbado por completo.
En el pasado dejó multitud de estafas de medio pelo en el mundo de la política y el periodismo: la vida de César Román era una gran mentira. Como el francés Jean Claude Romand o el estadounidense Christian Longo, la huida hacia adelante del falso empresario, falso periodista y falso político ha acabado derivando en un crimen. Falta aclarar su papel en él, aunque para los investigadores se trata del principal sospechoso. ¿Otra opción a barajar? Que su propia desaparición no haya sido voluntaria.
La hermana de Heidi, Vanessa Paz, se temía lo peor hace dos semanas. Hablaba por teléfono desde Miami con este periódico. "Mi hermana trabajaba en un restaurante de César Román. Mi hermana hacía poquito que cumplió 25. Es una niña engañada y estafada. Él hizo caer en sus mentiras a un montón de gente y mi miedo es que pudo hacerle algo a mi hermana".
Ya intuía que estaba muerta.
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