La llegada de inmigrantes bate su récord en España
El Ministerio del Interior computa 41.594 entradas irregulares, superando las cifras de 2006
Del 1 de enero al 30 de septiembre de este año han entrado en España de forma irregular 41.594 personas, según datos del Ministerio del Interior. La cifra supera el récord histórico alcanzado durante la conocida como crisis de los cayucos en 2006, cuando 41.180 personas llegaron a España.
Las llegadas exclusivamente por mar, sin embargo, aún no han superado las registradas en 2006, cuando desembarcaron 39.246 personas en las costas españolas, fundamentalmente (un 81%) en Canarias. El destino principal ahora son las costas andaluzas, adonde han llegado la inmensa mayoría de los 36.674 migrantes que se han lanzado al mar para alcanzar Europa.
La vía marítima ha crecido un 196,6% desde 2017 y en esta ya han muerto 363 personas, según la Organización Internacional de Migraciones. La vía terrestre por Ceuta y Melilla, utilizada por 4.920 personas que saltaron las vallas o superaron la frontera clandestinamente, ha aumentado apenas un 4%.
España es desde julio la principal ruta migratoria del Mediterráneo, superando las rutas hacia Italia y Grecia, las más transitadas tradicionalmente. La decisión de Italia y Malta de cerrar sus puertos a los migrantes rescatados en el Mediterráneo y los acuerdos con Turquía —para deportar a este país a todos los que lograran llegar a Grecia— y con Libia —para que asuma el control del flujo migratorio en sus costas— son algunos de los factores que han perfilado un cambio de tendencia desde 2015. Pero no son los únicos.
El éxodo marroquí
Las tensiones políticas y sociales en Marruecos son un factor relevante y están empujando los jóvenes al éxodo. La cifras facilitadas por el Ministerio del Interior revelan que entre los llegados por mar en la primera quincena de septiembre había un 37% de marroquíes. El porcentaje va en aumento. En enero eran un 19% de los desembarcados y un 22% en agosto.
Buena parte de los marroquíes que emigran hacia España, según el relato de diversas ONG, son rifeños. Las protestas de 2016 y su posterior represión, en 2017, impulsaron la emigración irregular hacia Europa, según la agencia europea de fronteras Frontex. Los marroquíes son, por otro lado, los inmigrantes más fáciles de expulsar por las autoridades españolas gracias a los acuerdos bilaterales con el país vecino. A pesar de que las motivaciones para migrar no son exclusivamente económicas, la secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí, manifestó este martes en Marruecos que España no los ve como represaliados. “En las últimas semanas hemos recibido solicitudes de asilo político por parte de marroquíes. Eso nos preocupa mucho porque Marruecos no es un país a cuyos habitantes se concede asilo o refugio. Sabemos que la mayoría hacen esas solicitudes para demorar sus expulsiones. Pero las vamos a resolver de forma exprés, con todas las garantías”.
Más allá del incremento de la llegada de marroquíes, estos no son los más numerosos. La base de datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), registra que la principal nacionalidad de los migrantes que llegan a España por la vía marítima y terrestre es la guineana (25%) seguida de la maliense (16%).
Casi 600.000 regularizaciones en 2005
A pesar del relevante aumento de llegadas de inmigrantes a las costas españolas, organizaciones humanitarias, expertos en flujos migratorios y el Gobierno relativizan las cifras. España lleva años asumiendo un volumen considerable de extranjeros y la experiencia de regularización de 2005 muestra que la llegada de 41.000 personas no debería ser sinónimo de crisis.
En el proceso de regularización de inmigrantes de 2005, España recibió 691.655 solicitudes de residencia y concedió 578.375. Las principales nacionalidades que se contemplaron en el proceso fueron Ecuador (139.700), Rumanía (118.300) y Marruecos (86.000).
En el marco de la legalización de los inmigrantes que trabajaban en la economía sumergida, la mayoría de las solicitudes llegaron de tres sectores: el servicio doméstico (31%), la construcción (21%) y la agricultura y ganadería (14%).
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