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“Una estrategia de intoxicación y enredo”

Las asociaciones de fiscales acusan al independentismo de sembrar dudas interesadas sobre el Estado de derecho

Entrevista a Pere Aragonès, vicepresidente de la Generalitat de Catalunya.
Entrevista a Pere Aragonès, vicepresidente de la Generalitat de Catalunya. JUAN BARBOSA

Las declaraciones de Pere Aragonès, pidiendo a Pedro Sánchez que “oriente” a la Fiscalía General en favor de los presos independentistas, han sentado como un tiro entre los fiscales. Los representantes de las dos asociaciones mayoritarias –la Asociación de Fiscales (AF) y la Unión Progresista de Fiscales (UPF)—han coincidido en atribuir las declaraciones del vicepresidente de la Generalitat a la “estrategia de enredo e intoxicación” puesta en marcha por el independentismo catalán para hacer creer que en España no existe la separación de poderes. Para Emilio Fernández García, presidente de la UPF, las declaraciones de Aragonés son “un disparate” con un objetivo muy concreto: “Tratar de confundir interesadamente, haciendo pensar a la gente que en realidad la situación procesal, o de incluso de prisión, de determinadas personas obedece a que el Gobierno quiere que estén ahí. Y que puede cambiar cuando el Gobierno crea que ya no deben estar. Como si aquí hubiera una pirámide con un faraón que sería el presidente el Gobierno cuyos designios obedeceríamos todos. Pero eso afortunadamente no es así y ellos lo saben. No me cabe ninguna duda de que lo saben. Pero ellos quieren hacer ver que todo lo maneja el Gobierno central”.

La presidenta de la Asociación de Fiscales, Cristina Dexeus Ferrer, interpreta las declaraciones de Pere Aragonès en el mismo sentido: “Se trata de una estrategia muy propia del independentismo, que quiere generar la opinión de que el Gobierno, el Poder Judicial y la Fiscalía somos todo uno y el Gobierno hace y deshace dentro de la Justicia. Hay que recordarles que estamos en un Estado de Derecho y que hay separación de poderes. Y, por tanto, el presidente del Gobierno no puede indicar a la Fiscalía lo que puede hacer o dejar de hacer. Por tanto, la fiscalía actuará autónomamente. Yo estoy convencida de ello”.

Tanto Dexeus Ferrer como Fernández García advierten además que los cuatro fiscales de Sala encargados de la acusación –Consuelo Madrigal, Javier Zaragoza, Fidel Cadena y Jaime Moreno—tienen una trayectoria “muy dilatada y muy sólida” que convierte en “impensable” la posibilidad de que acepten presiones que puedan apartarlos de su labor profesional. “La fiscalía es una institución jerárquica”, explica Fernández García, “y el Estatuto de la fiscalía prevé que el Fiscal General o que el Fiscal Jefe pueda órdenes o instrucciones, tanto genéricas o como órdenes directas de un asunto determinado, pero es impensable que la fiscal General exprese siquiera a estos fiscales qué deben hacer. Los fiscales tendrán que poner en conocimiento de la fiscal general sus pasos procesales, pero con libertad de criterio. El pensar que todo esto es una especie de cuartel en el que se funciona a golpe de corneta es una idea muy equivocada”.

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