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Un Borbón en el país de sus antepasados

Los reyes ensalzan en Luisiana las raíces españolas de Estados Unidos

Miguel González
Felipe VI y la reina Letizia, durante su visita a Nueva Orleans.
Felipe VI y la reina Letizia, durante su visita a Nueva Orleans.Gerald Herbert (AP)

En el barrio francés de Nueva Orleans hay una calle que se llama Bourbon, como el whisky. Un azulejo en una esquina explica que cuando la ciudad pertenecía a la corona española, entre 1763 y 1803, la calle se llamaba Borbón. No aclara si era en homenaje al entonces rey de España, Carlos III, o a su antepasado francés Luis XIV, que dio nombre a la Luisina.

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Aunque la flor de lis, símbolo de la dinastía, figura en la bandera de Nueva Orleans, ningún rey Borbón había pasado por aquí en sus 300 años de existencia. Al menos hasta el jueves.

Por eso no es extraño que la ciudad recibiera a la pareja real española, Felipe VI y la reina Letizia, entre curiosa y alborozada y que hasta la alcaldesa, la afroamericana LaToya Cantrell, se arrancara con unos pasos de baile a ritmo de jazz para darle la bienvenida en el aeropuerto Louis Armstrong.

El tercer centenario de la fundación de Nueva Orleans —una ciudad que se ha reconstruido varias veces desde las cenizas, la última tras el paso del huracán Katrina, en 2005— es una buena ocasión para recuperar una historia que se remonta a un siglo antes de la llegada del May Flower cargado con peregrinos anglosajones a las costas de Massachusetts, cuando los conquistadores españoles exploraron el delta del Misisipi.

"La presencia de España aquí en Luisiana no es suficientemente conocida, a pesar de la abundancia de meticulosas investigaciones por parte de historiadores y académicos. Debemos trabajar para que esta herencia española y, sobre todo, su perdurable legado aquí, sea más ampliamente conocidos", ha asegurado el Rey en su discurso en el Gallier Hall, donde recibió las llaves de la ciudad.

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El empeño por situar a España en el imaginario colectivo de este país viene de lejos. El estadounidense medio identifica a británicos, franceses, italianos o irlandeses, pero confunde a españoles con hispanos o mexicanos. Ya en 2015, los Reyes visitaron San Agustín (Florida), la primera ciudad en el actual territorio de Estados Unidos, para subrayar sus raíces españolas.

El propósito de la exposición Memorias Recobradas, visitada por los Reyes en el Cabildo de Nueva Orleans, un edificio construido a finales del siglo XVIII como sede de la Administración colonial, no es solo poner en valor una etapa en la que la ciudad pasó de tener 3.500 a 50.000 habitantes y se convirtió en una urbe "integradora y mestiza" en palabras de Felipe VI, como no lo serían en mucho tiempo los 13 estados fundadores del país.

Más importante, por desconocida, según el comisario de la exposición, José Manuel Guerrero, es subrayar la decisiva contribución española a la independencia de los Estados Unidos, primero de manera encubierta, a través del comerciante vasco Diego de Gardoqui; y luego ya abiertamente, con un ejército multirracial formado por españoles, canadienses, indios y negros libertos comandado por el gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez, que derrotaría a los británicos en Baton Rouge, Mobile y Pensacola. La exposición, patrocinada por Iberdrola, completará su periplo estadounidense en Washington y Miami.

Con todo, el principal legado de España en EE UU no es historia sino que está vivo, Son los más de 50 millones de hispanos que, en palabras de Felipe VI, "quieren preservar su idioma y están orgullosos de hablarlo". Con un presidente que ha eliminado el castellano de su web oficial y ha demonizado la inmigración hispana no parece el momento más propicio pero, como subrayan fuentes diplomáticas, este empeño empezó antes de que Trump llegase a la Casa Blanca y continuará después de que se vaya. A fin de cuentas, el magnate estadounidense acaba de celebrar sus primeros 500 días en el cargo, mientras que los Borbones tomaron posesión de estas tierras hace más de 300 años.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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