Dos mossos admiten que ayudaron a huir a Puigdemont pese a la orden de detención
Los dos agentes y el historiador Alay declaran en la Audiencia Nacional acusados de encubrimiento por acompañar al expresidente catalán cuando fue detenido en Alemania
Tres de las cuatro personas que acompañaban al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont a bordo del vehículo en el que fue detenido el pasado 25 marzo en Alemania han admitido este lunes en la Audiencia Nacional que eran conscientes de que sobre el político independentista pesaba una orden de busca y captura internacional cuando decidieron ayudarle a moverse por Europa. Los mossos Xabier Goicoechea y Carlos de Pedro y el historiador Josep Lluis Alay comparecían ante el magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción 6, Diego de Egea, acusados de encubrimiento. El cuarto acompañante, el empresario Josep María Matamala –convertido en el acompañante de Puigdemont desde que éste huyera de España el pasado mes de octubre- no ha acudido a la cita tras no poder localizarla para entregarle la citación judicial. El juez ha ordenado este lunes a la Policía su localización para realizar el trámite.
Los dos mossos, que solo han contestado a las preguntas de su abogado, han sostenido ante el juez que viajaron desde Bélgica –donde se habían trasladado para colaborar en la protección de Puigdemont aprovechando que tenían unos días libres- para recoger al político y trasladarlo a Bélgica donde, aseguran, éste tenía intención de presentarse ante la Fiscalía blega tras conocer que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, había reactivado la euroorden de detención. Alay, que sí ha contestado a las preguntas de la fiscalía y del magistrado, ha mantenido la misma versión. Los tres interrogatorios han sido breves, según destacó el abogado defensor Jaume Alonso Cuevillas, quien insistió al término de los mismos que los hechos investigados "no tienen ninguna relevancia penal". El juez mantiene la imputación de todos ellos.
Los dos mossos fueron los encargados de conducir desde la localidad belga de Waterloo a Escandinavia el vehículo Renault Espace que el político utilizaba habitualmente en sus desplazamientos en Bélgica. Un trayecto de 1.600 kilómetros que tenía como objetivo recoger a Puigdemont, después de que este abandonara participara en Finlandia en un acto publico y se conociera la reactivación de la orden de detención contra él. En ese trayecto de ida, el vehículo fue controlado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), lo que permitió al servicio secreto conocer cuál era el recorrido que el político catalán pretendía seguir para retornar a Bélgica. En el viaje de vuelta, ya con los cinco ocupantes, el automóvil fue interceptado por la policía alemana en la gasolinera en la que habían parado para repostar a 30 kilómetros de la frontera con Dinamarca.
En la primera comunicación que las autoridades de Berlín remitieron a Madrid, tan solo ocho minutos después del arresto a través de la Oficina SIRENE —el órgano de colaboración policial entre los países del espacio Schengen—, solo se recogía la presencia de otros cuatro ocupantes en el vehículo, pero sin detallar sus nombres. Sin embargo, poco después, la Policía española identificaba a los dos agentes de los Mossos, a Matamala y a Alay.
Matamala es el empresario gerundense que ha permanecido al lado del expresidente de la Generalitat en todo momento desde que el político decidiera fugarse a Bélgica. Alay es profesor en la Universidad de Barcelona, además de comisionado de Relaciones Internacionales de la Diputación de Barcelona. Era la persona que acompañaba al expresident en una cafetería de Copenhague cuando en enero fue abordado por un espontáneo con una bandera española.
Los dos agentes de la policía catalana y el historiador fueron detenidos por la Policía en Barcelona días después del arresto de Puigdemont. De Pedro fue detenido en el aeropuerto de El Prat, donde acaba de aterrizar en un vuelo procedente de Bruselas. Goicoechea fue detenido poco después en las inmediaciones de su domicilio, en Vilassar de Mar, a 24 kilómetros de la capital catalana. Alay fue arrestado horas más tarde en Barcelona.
La Fiscalía dirige la investigación por encubrimiento contra los cuatro al considerar que prestaron ayuda a Puigdemont a moverse por cuatro países europeos pese a saber que se había dictado una orden de detención. Considera que idearon un plan que incluía medidas de seguridad para conseguir que el expresident llegase a Bélgica sin ser localizado.
Las balizas, secreto de Estado
El Gobierno ni confirma ni desmiente la instalación de balizas en el vehículo que Puigdemont utilizaba para moverse en Europa. En una respuesta parlamentaria al senador de EH-Bildu, Jon Iñarritu, el Ejecutivo saliente aseguraba el pasado 31 de mayo que "todas las actividades de investigación policial especializada que requieren el empleo de medios tecnológicos avanzados" se encuentran amparadas por la Ley de Secretos Oficiales y, por tanto, declinaba contestar.
Iñarritu había preguntado el pasado 28 de marzo, tres días después de que el expresidente de Generalitat fuera detenido en Alemania, "en cuántas ocasiones han utilizado funcionarios españoles balizas de seguimiento de vehículos en el extranjero en los últimos 10 años" y si se solicitó para ello autorización judicial. Todo ello después de que el entorno de Puigdemont asegurase que en Bélgica se había descubierto uno de estos dispositivos en el vehiculo que utilizaba el expresidente y de que aparecieran informaciones que apuntaban a que otro de estos ingenios había permitido seguir el automóvil desde Bélgica a Finlandia cuando fue a recoger al expresidente de la Generalitat y lo intentará retornar a Bélgica.
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