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La crisis de Madrid recrudece la guerra en la cúpula del PP

El caso Cifuentes ahonda la discrepancia de criterios entre Cospedal y Martínez Maillo

Mariano Rajoy escucha a Fernando Martínez Maillo.Foto: atlas | Vídeo: VICTOR J BLANCO / ATLAS

La gestión de la crisis abierta por Cristina Cifuentes ha ahondado las diferencias existentes en la cúpula del PP que singularizan la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el coordinador, Fernando Martínez Maillo. Aunque Cospedal mostró una gran cercanía con la presidenta de Madrid hasta su dimisión, ahora mantiene el mismo criterio que Mariano Rajoy respecto a que la exlíder debe abandonar cuanto antes la dirección del partido regional. Rajoy decidirá quién es el sucesor, cuya condición inexcusable es que tenga un pasado intachable.

La crisis abierta por Cifuentes a raíz de las irregularidades que rodearon a su máster ha ahondado las divisiones existentes en la dirección del PP. De nuevo, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, fue por un lado, defendiendo a ultranza a Cifuentes; y el coordinador general, Martínez Maillo, por otro, puesto que cogió cierta distancia con la presidenta regional, aunque no se situara en el extremo contrario. La aparición del vídeo de Cifuentes en un episodio de 2011, cuando supuestamente hurtó de un supermercado dos botes de crema, dejó desolados a los defensores de la líder madrileña —especialmente al portavoz parlamentario, Rafael Hernando, y a Cospedal— por el hecho en sí mismo, pero, sobre todo, por entender que quiénes lo ponían en circulación la habían podido someter a un chantaje desde hace años.

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Lo ocurrido ha dejado en situación complicada a la número dos del partido, ya que incluso sostuvo que Cifuentes debía seguir en su puesto incluso aunque se perdiera el Gobierno de la Comunidad. Tras los reproches por cuál ha sido el papel de cada dirigente nacional en esta crisis, ahora sí se percibe la voluntad de remar todos en la misma dirección ante la gravísima situación en la que se encuentra el PP.

El camino que afronta el partido tiene tres jalones: la expresidenta no puede continuar al frente del PP de Madrid, debe haber una gestora y la dirección nacional ha de asumir el timón y cribar a los posibles candidatos para las elecciones de 2019.

Cospedal ya empezó a trabajar en esta línea el miércoles, antes de que Cifuentes anunciara su dimisión. La secretaria general se desplazó a la sede del Gobierno de Madrid, en la Puerta del Sol. No tuvo que decirle a Cifuentes que debía dimitir tras la difusión del vídeo, porque la líder regional ya tenía la decisión tomada, pero Cospedal sabía que su obligación y su responsabilidad era la de estar presente en esos momentos dramáticos, según fuentes conocedoras de la situación.

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Tras semanas defendiendo la continuidad de la presidenta de Madrid, el golpe fue especialmente duro para la número dos del partido, y así lo apreciaron todos los que la vieron ese día. Al tiempo, la crisis ha reavivado las críticas de quienes están alejados de Cospedal, a quien atribuyen su cercanía a Cifuentes por ser la presidenta madrileña una de las pocas —“si no la única”— líder territorial que la apoyaba. Otras fuentes, sin embargo, señalan que Rajoy es quien tiene la última palabra sobre todo, que apoya a su secretaria general, y que dejará que la crisis la gestione Martínez Maillo.

Este tiene la tarea de poner en marcha una gestora en Madrid, con el apoyo del vicesecretario Pablo Casado. En esta se implicarán diputados nacionales y autonómicos de confianza como Juan Carlos Vera, Álvaro Moraga o Alfonso Serrano. Sobre quién debe asumir la presidencia de Madrid hasta las elecciones de 2019 aún no hay una decisión tomada, porque Ángel Garrido, el número dos de Cifuentes, no cuenta con el apoyo de todas las partes implicadas. Más lejos aún queda la selección del candidato o candidata que presentará el PP a los próximos comicios. Este tendrá que tener un pasado completamente limpio, “sin mochilas”. Esta es la instrucción de Moncloa.

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