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Medusas venenosas llegan a las playas alicantinas por los fuertes vientos

El Levante ha traído a las costas valencianas estas falsas medusas de gran tamaño

Sara González
Trabajadores retiran medusas peligrosas de la playa de  Ceuta el pasado 15 de abril.
Trabajadores retiran medusas peligrosas de la playa de Ceuta el pasado 15 de abril. GOBIERNO DE CEUTA (Europa Press)

Docenas de falsas medusas, también llamadas carabelas portuguesas, han llegado a las playas alicantinas este fin de semana después de ser arrastradas por fuertes vientos desde el Estrecho de Gibraltar. Las picaduras de este organismo marino, de color fosforescente y con tentáculos que pueden llegar hasta los 30 metros, tienen mucho más veneno que las picaduras habituales de medusas y pueden llegar a ser muy peligrosas, ocasionando dolores intensos. La playa de San Juan, ubicada en Alicante, permanece cerrada este lunes "por si aparecen más" pero también por el temporal que azota la zona y ha puesto la ciudad en aviso amarillo, según ha informado el Ayuntamiento. 

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"No han aparecido grandes acumulaciones sino ejemplares sueltos en distintas playas", explica por teléfono Gabriel Soler, director del Instituto de Ecología Litoral, cuya función principal es la de contribuir a la conservación de los ecosistemas marinos y que depende de la Comunidad Valenciana. Este domingo, un grupo de paseantes encontró varias carabelas portuguesas en distintos puntos de la playa alicantina, según han informado diarios locales. La semana pasada, el departamento de salvamento y socorrismo de Benidorm encontró también 14 ejemplares de esta especie en las playas de la localidad. Más alejado, en la isla de Formentera, el servicio de limpieza retiró un total de 100 ejemplares que se encontraban en la arena de las playas. 

La carabela portuguesa, de nombre científico Physalia physalis y con un diámetro máximo de 30 centímetros, tiene su hábitat en el océano Atlántico. Se la reconoce por su flotador rosado, visible en la superficie. Cualquier contacto con sus tentáculos puede resultar peligroso, incluso si está en la arena ya que la toxina permanece activa por lo menos hasta 24 horas "en condiciones de sequedad", como lo explica un documento emitido por la Consejería de Medio Ambiente de Valencia. El veneno de la especie puede afectar gravemente a niños, personas alérgicas y mascotas, produciendo urticaria, mareos y vómitos. Por eso, según explica el Instituto de Ecología Litoral, "ante una proliferación es mejor no meterse en el agua". 

Sin embargo, son pocas las carabelas portuguesas que han llegado al litoral valenciano y según han indicado este lunes por teléfono un portavoz del Ayuntamiento alicantino, "no han vuelto a aparecer desde el fin de semana". La razón de su llegada se debe a los fuertes vientos que han azotado la zona. "Vienen de una masa de agua atlántica que ha entrado por el Estrecho y el Levante las ha acercado. No se mueven por sí solas sino que van donde el viento las lleva", explica Gabriel Soler. "Conforme van subiendo por el mar Mediterráneo se van dispersando", agrega. Según el director del centro de investigaciones, la llegada de esta especie a las costas no es un fenómeno frecuente pero entra "dentro de lo normal" y ya ha sucedido en años anteriores.     

"En cuanto cesa esa componente principal de vientos del Levante y entran, por ejemplo, vientos de Poniente, se alejarán e irán desapareciendo, como ha ocurrido en otros años", asegura Soler, aunque, según el director, pueden tardar algunas semanas en irse por completo. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Alicante ha izado la bandera roja en caso de que aparezcan más pero sobretodo por el fuerte oleaje. También ha dado algunos consejos en caso de picadura: lavar la zona con agua marina, quitar los restos o trozos con pinzas y si aparecen síntomas más graves como náuseas o vómitos, acudir al hospital. 

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