El PP se divide sobre cómo hacer frente al auge de Ciudadanos
La formación de Rajoy duda entre la línea dura y la conciliadora con la de Rivera
Los líderes del PP dudan sobre cómo resolver el reto que les plantea Ciudadanos, un partido que es al mismo tiempo su gran rival electoral y su único aliado potencial para recuperar ayuntamientos y comunidades clave en las elecciones de 2019. Mientras que presidentes autonómicos como Juan Vicente Herrera (Castilla y León) o Alberto Núñez Feijóo (Galicia) abogan por asumir que habrá que llegar a acuerdos con la formación de Albert Rivera, la dirección nacional y otros líderes regionales, como Cristina Cifuentes (Madrid), apuestan por un discurso duro para detener la sangría de votantes que quieren cambiar de siglas.
La reunión que mantuvo Mariano Rajoy con sus líderes regionales el pasado 12 de febrero reflejó los distintos criterios que hay en el partido sobre cómo responder al auge de Ciudadanos. Entre los partidarios de asumir que hay que dialogar porque el rival ha llegado para quedarse —la minoría—; y los que apostaron por desgastarlo elevando el tono para reflejar sus "contradicciones" —la mayoría— hay un punto en común. Fuentes de la dirección nacional, dirigentes regionales y representantes municipales coinciden en opinar que el PP podría recuperar en 2019 ayuntamientos y comunidades perdidos en 2015 incluso sacando menos votos que entonces. ¿La razón? Que si el auge de Ciudadanos no termina en sorpasso, bien podría servir para completar ahora las mayorías que el PP no obtuvo por muy poco en lugares clave como Castilla-La Mancha, Aragón o el Ayuntamiento de Madrid.
"Ciudadanos está aquí para quedarse. No es ningún drama hablar y negociar con ellos", resumió el integrante de uno de los gobiernos autonómicos del PP. "El que más claro lo dice es Herrera, que es el que no los necesita para gobernar [sí necesitó su abstención en la investidura, pero también tenía la opción de UPL]", siguió. "Y a Feijóo, como no le ha pillado todavía la ola de Ciudadanos, no le preocupa", añadió sobre el caso de Galicia, donde los de Rivera no tienen representación. "¿Qué ocurre? Que hay una facción, una corriente, de que a Ciudadanos ni agua. En ella está la dirección nacional. Y Murcia y Madrid, que sí les necesitan [para sacar adelante las iniciativas de sus gobiernos autonómicos], están muy beligerantes".
"Nadie sabe cuál es la solución. Están los de ir frontalmente, para pararles en seco, y los de ir suave, para intentar seducir a su electorado, que es el mismo que el nuestro", resumió otro político del PP con peso específico en la organización. "Yo creo que no hay que atacarles de manera explícita, frontal, sino ponerles frente al espejo de sus contradicciones", añadió. "Pero Ciudadanos alimenta la confrontación porque nos deja solos y nuestros cuadros intermedios están en la línea de darle leña. Todo es muy complicado".
Aunque la dirección nacional ha apostado claramente por esa línea dura, la actitud de los líderes del PP varía en función de su dependencia de Ciudadanos.
Los dos partidos han firmado desde 2015 un pacto de investidura nacional y cuatro autonómicos (Madrid, Murcia, La Rioja y Castilla y León). El resultado de esa convivencia ha sido dispar y marca la actitud de los líderes de la formación conservadora ante el ciclo electoral de 2019, en el que coincidirán elecciones andaluzas, municipales, autonómicas y europeas.
Dirección nacional
Así, las tensiones del acuerdo nacional amenazan la estabilidad de la legislatura y han llevado a Rajoy a asumir un discurso duro: "Hay que dar la cara frente a los oportunistas. Somos el partido de centro derecha original, no un grupo de originalidades".
Al tiempo, el vínculo entre las dos partes ha quedado roto en Murcia y pende de un hilo en Madrid, donde Cristina Cifuentes encabeza las críticas más duras contra un partido "de ideología mutante", "oportunista" y que "dice cosas diferentes en un sitio o en otro".
Finalmente, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha abogado por un entendimiento que permita al PP mantener su poder institucional: "Debemos contar con Ciudadanos".
Muchos representantes del PP creen que la supervivencia del partido como fuerza hegemónica del centro derecha se jugará contra Ciudadanos en los próximos meses. Y eso está rodeando de tensión las decisiones estratégicas con las que cada uno está afrontando la presencia de un partido capacitado para competir por una bolsa de electores que hasta ahora tenía en exclusiva el PP.
La dirección nacional valida la apuesta por la línea dura. Considera que la formación de Rivera no se está comportando en el Congreso como un socio leal, y que actúa así porque "piensa que le puede rentar políticamente dejarnos solos", según argumentó ayer el diputado Carlos Rojas, portavoz adjunto en el Congreso. La formación conservadora tilda a Ciudadanos de "populista". Y rechaza lo que considera como constantes cambios de opinión sobre asuntos ya teóricamente tratados, caso de los Presupuestos de 2018, para los que se anunció un preacuerdo al que luego Ciudadanos ha añadido nuevas exigencias.
El desencuentro entre las dos formaciones se agudizó con las elecciones catalanas, en las que triunfó el partido de Rivera (36 diputados) y se hundió el de Rajoy (4). Los portavoces del PP se lanzaron a criticar a Ciudadanos por su apelación al voto útil. No obstante, las dudas sobre cómo afrontar el auge del partido de Rivera quedaron reflejadas en la reacción de Núñez Feijóo: "Lo que no podemos hacer cuando sacamos un mal resultado es echarle la culpa a los demás".
El Gobierno busca opciones para las pensiones
El Gobierno de Mariano Rajoy trabaja en fórmulas con las que compensar a los pensionistas que reciben prestaciones más bajas. Aunque el presidente se ha mostrado muy crítico con la propuesta del PSOE de volver a vincular las pensiones a la marcha de los precios, el PP le pide al Ejecutivo soluciones y a ningún dirigente de Génova se le escapa que su principal bolsa de votantes se encuentra llena de afectados.
"Se puede compensar las pensiones más bajas con otros instrumentos como los que estudia Montoro", reconocieron fuentes gubernamentales, que recordaron que el ministro de Hacienda ya ha avanzado su disposición a ampliar la exención de tributación del IRPF a los pensionistas de más edad.
"Yo he escuchado en el Consejo de Ministros decir al señor Montoro que estaba estudiando de qué manera podía favorecer, dentro de las pensiones, a aquellas que eran más bajas", añadió ayer el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, en la Cope. "Estudiaremos una forma para hacerlo. [Pero ligarlas al IPC] nos parece una mala idea".
Tras las multitudinarias manifestaciones de la semana pasada para reclamar una revalorización de las pensiones que supere el 0,25% previsto para 2018, el Ejecutivo ha visto cómo la polémica ocupa el corazón de la agenda política. Así, no solo la oposición le pide soluciones. También lo hacen algunos de los socios con los que el Gobierno intentará sacar adelante los Presupuestos de 2018, como Ciudadanos, el PNV, Nueva Canarias o UPN. E incluso la patronal. "Todos querríamos que [las pensiones] fueran más altas. Lo que tenemos que ver es qué posibilidades tenemos", dijo ayer el presidente de la CEOE, Juan Rosell.
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