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La española Clara Martínez se convierte en ‘número dos’ de Juncker

La alta funcionaria valenciana es la primera mujer en alcanzar el puesto

Clara Martínez Alberola con Jean Claude Juncker.
Clara Martínez Alberola con Jean Claude Juncker.comisión europea

España vuelve a los puestos clave en la UE tras una etapa de irrelevancia. Si el lunes Luis de Guindos vio despejado su camino hacia la vicepresidencia del Banco Central Europeo, este miércoles ha sido el turno de la española Clara Martínez Alberola (Valencia, 1963), nombrada por Jean-Claude Juncker como su número dos. Martínez Alberola tomará posesión del cargo el próximo 1 de marzo en sustitución del alemán Martin Selmayr, uno de los altos funcionarios más poderosos de Bruselas, que asciende a secretario general del brazo ejecutivo de la UE. La española, que hasta ahora desempeñaba la labor de jefa adjunta del equipo de Juncker, se convierte así en su jefa de gabinete. Con su ascenso, ha destacado hoy el propio Juncker, se rompe una secuencia indicativa de la falta de equilibrio de género del organigrama comunitario: es la primera mujer en alcanzar dicha cota tras 19 hombres. Tampoco hay entre sus antecesores ningún español.

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Selmayr se convierte en el más alto funcionario de la Unión —tras casi cuatro años siéndolo en la sombra— tras la renuncia del actual secretario general, el holandés Alexander Italianer. Y la Comisión Juncker se revitaliza así para el arreón final antes de las elecciones europeas de mayo de 2019. La crisis existencial de la Unión ya es historia. El crecimiento vuelve, la fase más aguda de la crisis migratoria ha pasado y el Brexit parece encarrilado: los problemas son más para Reino Unido, en medio de una potencial crisis política, que para Bruselas. Pero queda tela que cortar: Juncker tiene por delante la reforma de la Unión Económica y Monetaria, las negociaciones del divorcio con Reino Unido, los presupuestos post 2020 y varias medidas para paliar el problema migratorio, como la reforma del procedimiento de asilo.

Ese movimiento ha cogido a Bruselas con el pie cambiado. En una comparecencia anunciada pocas horas antes, Juncker ha destacado la capacidad de Selmayr ("alguien que sabe cómo se trabaja en la casa y que tiene conexiones en Europa") y ha subrayado el perfil de Martínez Alberola, su nueva mano derecha. "He decidido nombrarla —y ha sido mi decisión, no del Colegio de comisarios— porque a lo largo de los dos años y medio que lleva aquí he comprobado que tiene un conocimiento de los asuntos europeos fuera de lo común". Los comisarios han refrendado su designación sin oposición.

Clara Martínez es licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia, y pasó por el Colegio de Europa de Brujas, una cantera tradicional de cargos de la esfera comunitaria. Habla cuatro idiomas —inglés, francés e italiano, además del español—, y su carrera está estrechamente ligada a la Comisión Europea, donde trabaja desde 1991. En sus inicios se encargó de cuestiones legales relativas al mercado único, así como de la ampliación de 2004, cuando 10 nuevos países se unieron al club comunitario. Durante la Comisión del portugués José Manuel Durão Barroso formó parte de su gabinete durante dos mandatos consecutivos; en 2014 fue nombrada consejera de la dirección general de Justicia, desde donde finalmente recaló en el gabinete de Juncker, donde se ha ocupado, entre otras cosas, de la crisis migratoria y de las relaciones interinstitucionales.

España, en fin, sigue ganando parte del peso perdido con la crisis. Y el nombramiento de Selmayr recuerda aquella frase de Thomas Mann, "una Europa alemana". Berlín se hace con la secretaría general de la Comisión y con la del Parlamento Europeo. Tiene la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), al comisario de presupuestos del brazo ejecutivo y domina desde hace años el Consejo Europeo con el liderazgo incontestado de Angela Merkel. Hay alemanes en la Junta europea de resolución bancaria (el organismo que cerró el Popular) y en el Mecanismo de rescate europeo (Mede). Y hasta el BCE, en manos de Mario Draghi, puede acabar en manos alemanas: el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, es el favorito para suceder a Draghi después del nombramiento de Luis de Guindos, fiel aliado de Berlín durante los seis últimos años en el Eurogrupo. Juncker ha querido atajar el debate sobre la nacionalidad de los mandamases de la UE: "Estoy un poco harto de discutir cuestiones de pabellón, de bandera. Aquí no hay nacionalidades, hay sensibilidades nacionales. Cuando he contratado a alguien para mi gabinete o para otro lugar nunca le he pedido el pasaporte". "Lo primero es la cualificación y la competencia. Después entran en juego el género y la nacionalidad", añadió el comisario de Recursos Humanos, Günther Oettinger. Otro alemán, por cierto.

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