“Felipe VI se siente apoyado en este momento pero sabe que eso puede cambiar”
La periodista Ana Romero escribe 'El Rey ante el espejo', un libro en el que desvela que la abdicación de Juan Carlos I empezó a prepararse en 2012
Hace 40 meses que Felipe VI inauguró el reinado de España tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I de los que tan solo nueve meses los ha vivido con cierta normalidad. La monarquía quedó en entredicho al final de la etapa del anterior rey, España entró en un bloqueo institucional sin precedentes, sin gobierno durante un año, y parte de la sociedad catalana y sus gobernantes desafiaron al Estado al plantear la independencia. Este es el marco del relato en el que desarrolla El Rey ante el espejo de la periodista Ana Romero (La Esfera de los Libros) tras entrevistar a docenas de interlocutores que reconstruyen el final de Juan Carlos I y el primer trienio de su hijo.
"La obsesión de Felipe VI es que los españoles no sean juancarlistas, felipistas o leonorcistas, en su momento, sino que valoran la institución de la Monarquía porque la consideren útil", apunta Romero. "No lo tiene fácil", añade. El Rey es reconocido en este momento "pero sabe que eso puede no ser así en un momento dado", afirma la periodista, fruto de las conversaciones con muchos interlocutores pero, sobre todo, con los dirigentes políticos actuales. Su llegada contó con muchos colaboradores que, además, contribuyeron a que la salida de Juan Carlos se hiciera de la mejor manera posible.
En este libro revela que la abdicación de Juan Carlos I empezó a prepararse en 2012 y sus cuatro protagonistas principales fueron el director del CNI, general Félix Sanz Roldán, y los tres jefes de la Casa del Rey anteriores al actual, Jaime Alfonsín. Alberto Aza, Fernando Almansa y Rafael Spottorno. Un hilo conductor entre su anterior obra, "Final de Partida", y la actual recorre los avatares del padre del actual Rey entre los que juega un papel relevante su amiga íntima. Corinna Larsen. En la nueva obra hay menciones a la princesa Corinna que ha tratado de impedir, a través de requerimientos legales, que fuera simplemente mencionada, lo que no ha conseguido. El papel y la personalidad de la reina Letizia ocupan un capítulo del libro a través de los testimonios que Ana Romero ha podido recabar.
Cataluña ha sido y es una de las principales preocupaciones del Rey. Su discurso del 3 de octubre, llamando a la restauración de la legalidad constitucional, lo forzó él mismo al considerar que era su obligación al ser el símbolo de "la unidad de España". El Monarca es consciente de que no gustó a buena parte de los catalanes por lo que la brecha ahí está. El Rey no ha vuelto a Cataluña desde el 26 de agosto, cuando participó en la manifestación tras los atentados de Barcelona.
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