Unas monjas afrontan una multa de 170.000 euros por restaurar un órgano en el que se inspiró Bécquer
La Junta de Andalucía abre un expediente sancionador en un convento de Sevilla por reparar el instrumento sin su autorización
Siempre toca bien, siempre, pero en semejante noche como ésta es un prodigio... [...] las voces de su órgano son voces de ángeles... A través de una vecina de Sevilla, el poeta Gustavo Adolfo Bécquer describe la magia que desprende el organista Maese Pérez cada vez que toca. Lo hace en una de sus Leyendas, la que transcurre en el convento de Santa Inés y en la que evoca las Navidades de 1861 en su ciudad natal. Bécquer toma como protagonistas a un anciano ciego virtuoso de las teclas y a un órgano que hacen las delicias de los asistentes a la tradicional Misa del Gallo. Un instrumento, que a diferencia del músico, era real. El órgano que inspiró al poeta sevillano para crear esta historia es hoy objeto de polémica después de que la Junta de Andalucía haya abierto un expediente sancionador, que contempla una multa de 170.000 euros, a las monjas clarisas de dicho convento por haberlo restaurado sin su autorización. El instrumento, al igual que el edificio, está considerado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1983.
La Administración autónoma no tuvo constancia de la reparación del órgano, obra de Francisco Pérez de Valladolid y datado a finales del siglo XVII, hasta mediados de octubre, cuando dos funcionarios acudieron al convento a supervisar unas obras en la fachada. Durante esta inspección y al detectar su ausencia, las monjas les informaron de que desde enero el instrumento estaba siendo restaurado en un taller de Alcalá del Río gracias a la Fundación Alqvimia Musicae, una entidad privada de naturaleza cultural sin ánimo de lucro. Los trabajos, de unos 150.000 euros y financiados por dicha organización, corren a cargo de los restauradores Abraham Martínez —también fundador de Alqvimia— y Jorge Anillo. "Su estado era deplorable tras años de abandono", asegura el abogado de las religiosas, Joaquín Moeckel.
Tras el aviso de los funcionarios, la delegación territorial de Cultura decidió abrir un expediente sancionador al detectar que las religiosas habían incumplido dos artículos de la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz. Según el documento remitido al convento, se había cometido una presunta infracción al no haber informado a la Administración de la nueva ubicación del BIC (art. 45.1) y otra por restaurarlo sin un proyecto previo debidamente supervisado y autorizado (art. 43.1). Ambas infracciones están penalizadas con 20.000 y 150.000 euros, respectivamente. "No se puede criticar a una Administración porque sea cumplidora de la ley", asegura el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, quien aclara que la situación del procedimiento, en periodo de alegaciones, es ya hoy diferente después de que la Comisión de Patrimonio haya autorizado el proyecto de restauración presentado a posteriori. "La Junta debe velar por el patrimonio. En este caso, ha habido suerte, son profesionales de prestigio y el proyecto cumple con la ley. Pero, ¿y si no hubiese sido así?, ¿y si no hubiera estado en buenas manos? ¿O si hubiese terminado en una casa de subasta? El Gobierno debe velar por el patrimonio", señala Vázquez antes de agregar que "hay que dejar que el procedimiento siga su curso y se resuelva".
"La Administración debe aplicar la ley en sus justos términos. No puede considerar una falta grave una acción tan nimia como la de carecer de una autorización previa, es un asunto de carácter formal. El único mal que hicieron fue no pedir permiso. Patrimonio ya ha dado el visto bueno al proyecto de restauración, las monjas sabían que el órgano estaba en buenas manos", señala Moeckel, quien apunta que la semana pasada presentó las alegaciones al expediente sancionador. Ante el revuelo, plataformas ciudadanas como MasLibres.org, impulsada por la asociación HazteOir, se han movilizado para pedir al Gobierno andaluz la retirada de la "injusta y desmesurada" multa. El pasado martes, la plataforma entregó a la consejería las casi 62.000 firmas que han conseguido.
La polémica restauración del órgano también ha sacado a la palestra el ruinoso estado en el que se encuentra el edificio y ha abierto un cruce de acusaciones sobre el convenio que Cultura y las religiosas firmaron en 1990 para su restauración. Moeckel acusa a la Junta de no haber cumplido con las cinco actuaciones que se comprometió a cambio de la cesión de una sala para exposiciones. Vázquez defiende que la Administración ha invertido 4,8 millones de euros en el convento, más del doble de lo establecido en el acuerdo firmado, que ascendía a 2,3 millones. "Cultura ha cumplido con creces. Buena parte de las actuaciones se han realizado", reconoce el consejero, antes de señalar que el convenio recogía unas limitaciones presupuestarias. Asimismo, ha apuntado que los próximos presupuestos andaluces cuentan con una partida para instalar un ascensor en el convento. "La Junta no ha cumplido con lo acordado en su día y si dice que se ha gastado más dinero es que no ha sabido gestionar", apunta el letrado.
Según explica Moeckel, los trabajos de reparación están casi listos y el órgano estará de vuelta al convento en las próximas semanas. La intención es que vuelva a sonar esta Nochebuena tras años de silencio. O, como ocurrió en la leyenda de Bécquer, que suene incluso después de la muerte de Maese Pérez: El órgano estaba solo, y no obstante, el órgano seguía sonando... sonando como sólo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico alborozo.
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