El Gobierno quiere un relevo rápido y de consenso al frente de la Fiscalía
Rajoy quiere pactar con PSOE y Ciudadanos al sustituto del fallecido José Manuel Maza y querría que procediera de la carrera fiscal y que sea un jurista “de amplia experiencia"
El Gobierno se propone nombrar lo antes que permitan los plazos legales —unas tres semanas aproximadamente— al nuevo fiscal general del Estado, en sustitución del fallecido José Manuel Maza. Y quiere que el nuevo jefe del ministerio público, para el que ya busca candidato, preferentemente en la carrera fiscal, sea un jurista “de amplia experiencia y reconocido prestigio, que suscite el máximo consenso”, según fuentes del Ejecutivo. Aunque no está obligado, quiere obtener el consenso del PSOE y Ciudadanos, en un momento en que la Fiscalía juega un papel decisivo en los casos contra el secesionismo.
El fallecimiento inesperado del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, el pasado sábado en Buenos Aires (Argentina) de una insuficiencia renal, abre un nuevo periodo de interinidad en la cúpula del ministerio público, una institución que ha visto pasar a tres jefes en los últimos cinco años.
El Gobierno “es consciente de la delicada situación” en que queda la Fiscalía, que “necesita contar cuanto antes” con un nuevo jefe. Y ello a pesar de que se trata de una “institución sólida”, con una inercia de funcionamiento que le permite afrontar sin contratiempos este nuevo periodo transitorio, que puede prolongarse unas tres semanas.
Durante este intervalo, la jefatura la ostentará Luis Navajas, teniente fiscal del Tribunal Supremo y de la Fiscalía General del Estado. Este fiscal, encuadrado en el sector conservador, continuará previsiblemente la labor iniciada por Maza, especialmente en el asunto más trascendental que tiene entre manos: el desafío independentista catalán.
Zoido advierte de que no habrá impunidad para el odio en redes
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, advirtió ayer de que no habrá impunidad para los insultos en las redes sociales, en alusión a los vertidos contra José Manuel Maza, fallecido el sábado en Argentina. Zoido escribió en su cuenta de Twitter: “Mofarse de la muerte de una persona es algo mezquino, cruel e intolerable. No hay impunidad para los insultos y el odio en las redes sociales”. Tras el fallecimiento de Maza, algunos usuarios de las redes sociales lo insultaron e, incluso, celebraron su fallecimiento. Entre ellos, el dirigente de Podemos en Cataluña Cristian Fernández, quien incluyó una imagen de dos copas de champán brindando junto a la noticia de la muerte del fiscal del Estado. El exasesor del diputado de ERC Gabriel Rufián, Bernat Castro, que en la red se da a conocer como @Berlustinho escribió: “El fiscal Maza es baja para el Mundial de Rusia 2018” o “Descanse en paz, fiscal Maza, piense que el cielo es como la cárcel de Estremera, a más de uno ya le gustaría tener esos privilegios”. La organización juvenil independentista Arran publicó el sábado en su perfil de Twitter: “Fins mai, Maza” (“Hasta nunca, Maza”) junto a una foto cabeza abajo del fiscal.
Según fuentes del ministerio público, Navajas —que desarrolló parte de su carrera en el País Vasco y dio nombre al informe sobre la presunta corrupción en el cuartel de la Guardia Civil en Intxaurrondo— comparte en lo esencial la posición jurídica fijada por su exjefe ante el desafío independentista: las querellas por rebelión, sedición y malversación contra el cesado Gobierno de la Generalitat, encabezado por Carles Puigdemont, y la Mesa del Parlament presidida por Carme Forcadell. Estos planteamientos, además, han sido asumidos sin fricciones por los fiscales encargados del caso tanto en el Tribunal Supremo como en la Audiencia Nacional.
Lo más inmediato ahora será fijar la posición de la Fiscalía sobre la acumulación de ambas causas en el Supremo y los recursos que reclaman la libertad de los encarcelados.
15 años de ejercicio
Aunque el Gobierno tiene confianza en Navajas, no cree que responda al perfil del fiscal general del Estado, por lo que se propone activar el mecanismo previsto en el artículo 124.4, de la Constitución y en el Estatuto orgánico del Ministerio Fiscal.
El candidato debe ser un “jurista español de reconocido prestigio con más de 15 años de ejercicio efectivo de su profesión” y el nombramiento corresponde al Rey, a propuesta del Gobierno, oído el Consejo General del Poder Judicial.
Antes de su nombramiento, el candidato deberá comparecer ante la Comisión de Justicia del Congreso, que valorará su idoneidad para el cargo. La opinión de los diputados no es vinculante y ni siquiera está prevista una votación, pero después de que Maza fuese reprobado por el Congreso y, dada la carga política de los asuntos que deberá abordar la Fiscalía, el Gobierno quiere que el nuevo fiscal general tenga el “máximo consenso”. Es decir, que suscite al menos el respaldo de los partidos constitucionalistas —PP, PSOE y Ciudadanos— para que su examen en la comisión de Justicia del Congreso, previo al nombramiento, sea “lo más suave posible”.
La crisis catalana y los choques con los sucesivos ministros de Justicia han estado detrás de las dimisiones de los antecesores de Maza. El primer fiscal general nombrado por Rajoy, Eduardo Torres-Dulce, dimitió el 18 de diciembre de 2014 tras dos años en el puesto. Sus roces con el entonces ministro, Alberto Ruiz-Gallardón, por los planes de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y las discrepancias sobre la querella contra el expresidente de la Generalitat Artur Mas y los exconsejeros que prepararon la consulta soberanista del 9 de noviembre de 2014 provocaron su renuncia.
El 13 de enero de 2015 tomaba posesión Consuelo Madrigal, la primera mujer que ocupaba la Fiscalía General del Estado. Aunque el mandato previsto legalmente es de cuatro años, Madrigal abandonó el cargo después de que Rajoy consiguiera, el 30 de octubre de 2016, su segunda investidura. Madrigal no estaba dispuesta a aceptar los cambios en la cúpula del ministerio público que pedía el ministro de Justicia, Rafael Catalá.
Con estos precedentes, la designación de un fiscal de consenso debería devolver al ministerio público la estabilidad que le ha faltado en los últimos años.
No obstante, antes de que se inicien los trámites para nombrar al sustituto de Maza, el Gobierno se prepara para despedir a quien ha sido el máximo responsable de una de las más altas instituciones del Estado.
Está previsto que el féretro con sus restos llegue a Madrid en la madrugada del martes, en un vuelo regular desde Buenos Aires. “Aún no hemos acabado los trámites, pero creemos que es posible”, explicó el embajador español en Argentina, Javier Sandomingo, informa Federico Rivas Molina desde Buenos Aires.
El diplomático agregó que no era necesario realizar la autopsia, ya que falleció por una causa natural. “El médico sabe muy bien de que murió, un choque séptico”, agregó. La bacteria se instaló en el riñón “ingresó en la sangre y se extendió rápidamente por todo el cuerpo”, detalló.
Maza no respondió a los antibióticos y no pudo superar la crisis. En la Embajada no pusieron en duda la calidad de la atención médica. “Murió de una complicación muy grave que llevó a este inesperado desenlace”.
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