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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Todo es mentira menos alguna cosa

Sobre todo es verdad este triste océano de desafecto

Juan Cruz
Diputados de ERC en una protesta en Barcelona.
Diputados de ERC en una protesta en Barcelona.PAU BARRENA (AFP)

Cabalgaremos sobre la mentira y sobre otras tristezas hasta el 1 de octubre y más allá.

A Joan Tardá le gusta la palabra tsunami, y la dice. “El 1 de octubre será un tsunami”. Te imaginas que un alud cae sobre Cataluña, y no sólo de votos. Asusta el uso de nombres de enfermedades para denominar fenómenos, pero no en el uso de accidentes (terremoto, estrangulamiento) para explicar qué suceder en la política. Un tsunami. ¿Y cómo sabe que será un tsunami? No se sabe cuánto hay que votar para que el voto valga. No se saben porcentajes, no se sabe nada. Pero habrá un tsunami. Dice Tardá, repiten otros.

Su colega Rufián, al que mira como si hubiera ensayado con él su circo, dice que Franco morirá el 1 de octubre. La sombra de la maldad es alargada para los aprovechados. Es ruin mentarlo para simular que vive. El 23F hubo un golpe de Estado en nombre de Franco, precisamente. Y murió el golpe y la Constitución siguió andando. La Cataluña de Rufián y de Puigdemont y de Forcadell y de Tardá da un golpe contra la Constitución, eso es verdad. Hay otros catalanes que no le siguen, pero no existen. Les hurtan Cataluña como si un país entero puede ser objeto de apropiación indebida. Els altres catalans sufrieron a Franco, como los otros españoles. Da tristeza decir que Franco vive y que los Rufián lo matarán el 1 de octubre. A fuerza de tsunami.

Los Tardá que se repiten en las radios y en las televisiones del país de Franco dicen que Europa será de inmediato su destino. Es mentira. No está la alfombra puesta. Lo que no es verdad se repite hasta el grado pegajoso de la mentira. Y es mentira también que el Derecho Internacional diga que Cataluña puede separarse. Es mentira, dígalo Assange o su porquero. Lo dicen ante periodistas u otros políticos, que dicen no con la cabeza, y ellos, estos Tardá, siguen hablando. Cuando ya no pueden más y les rectifican con vehemencia, esos muros de acero que hay en las caras de quienes mienten, ellos declaran que habrá un tsunami.

Ante este tsunami de mentiras la dialéctica tiene pocas armas. España es franquista, España nos roba, Europa está al alcance de la mano. La ONU nos ampara. Nada es verdad, sólo es verdad alguna cosa. Es verdad que hubo mesas petitorias contra el Estatut, es verdad que hubo torpezas, que las hay. Tantas cosas son verdad. Pero sobre todo es verdad este triste océano de desafecto. Eso sí que es un tsunami que habrá que llenar después del Día del Caudillo invocado por Rufián.

Hasta el 1 escucharemos más mentiras. Sólo es verdad la fecha, una flecha envenenada que va directa al corazón de catalanes y españoles. El tsunami está en marcha, se llama mentira.

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