Siete días que reavivaron el temor al terrorismo en España
Una reconstrucción lineal de las causas y efectos del peor atentado yihadista perpetrado en suelo español desde el 11-M
Este 17 de septiembre se cumple un mes del peor atentado yihadista perpetrado en territorio español desde el 11-M. Murieron 16 personas, decenas se recuperan aún de las heridas y ocho terroristas perdieron la vida en distintos puntos de Cataluña. Esta es la reconstrucción lineal de unos hechos que reavivaron el temor a la amenaza terrorista en el flanco sur de Europa.
La explosión que precipitó el ‘plan b’
En la noche del miércoles 16 de agosto, un chalé de la localidad costera de Alcanar (Tarragona) fue escenario de una violenta explosión que las fuerzas de seguridad atribuyeron a una acumulación de gas resultado de actividades relacionadas con estupefacientes. En realidad era la base de operaciones de una célula yihadista liderada por el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, y compuesta por jóvenes criados e integrados en esa localidad catalana. El imán y otro miembro de la célula murieron mientras manipulaban las sustancias explosivas que habían almacenado durante semanas. Un tercero resultó herido y fue clave en la investigación.
El plan que trazaron durante meses de adoctrinamiento en secreto tenía como objetivo un espacio emblemático de Barcelona en el que pretendían hacer detonar potentes explosivos con grandes cargas de metralla. Dos furgonetas alquiladas debían servir para transportar las bombas, pero la deflagración accidental del chalé forzó un súbito cambio de planes en el que los vehículos debían cambiar de función: uno de ellos se encaminó el día siguiente hacia el corazón de la capital catalana.
Tres ataques en menos de 10 horas
La Rambla. La alarma saltó a las 16.30 de la tarde de aquel jueves de verano. La furgoneta que conducía Younes Abouyaaqoub embistió a toda velocidad a los peatones que ocupaban la avenida central. El primer balance de víctimas ascendió a 13 fallecidos y más de un centenar de heridos.
Zona Universitaria. Tras abandonar el vehículo a la altura del Teatre del Liceu, Abouyaaqoub huyó a través del Mercado de la Boqueria y se dirigió a pie a la Zona Universitaria. Allí apuñaló a Pau Pérez, que acababa de aparcar su coche, se llevó el vehículo y dejó el cadáver en el asiento de atrás. En su huida logró sortear un control de los Mossos.
Cambrils. Desde un restaurante semiderruido en Riudecanyes (Tarragona) en el que se refugiaron tras conocer la explosión de Alcanar, los otros cinco supervivientes de la célula se dispusieron a ejecutar un nuevo golpe, esta vez en Cambrils, tras hacerse con cuatro cuchillos y un hacha en un bazar de la localidad.
El plan era perpetrar una masacre a cuchilladas. La furgoneta que pensaban usar se accidentó horas antes y recurrieron al Audi A3 de uno de ellos. Con él llegaron a la ciudad costera sobre la una de la madrugada, atropellaron a varias personas y embistieron un coche de los Mossos. Todos murieron tiroteados por los agentes. Uno de ellos apuñaló mortalmente a una mujer antes de ser abatido.
Ver más: "Salí corriendo tras él sin saber que era terrorista" | Atentado en Cambrils en fotos
La ‘caza’ del asesino de La Rambla
La búsqueda del autor material del atropello masivo en La Rambla concluyó cuatro días después del atentado en una zona de viñedos de Subirats (Alto Penedés) en la que Younes Abouyaaqoub trató de esconderse. Alertada por vecinos que le reconocieron, la policía autonómica acordonó el área y le descerrajó 20 disparos tras constatar que exhibía un cinturón de explosivos (simulado) como el que usaron los yihadistas de Cambrils.
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Investigación y polémica política
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu se hizo cargo de la instrucción del caso y estableció que la célula yihadista estaba formada por 10 personas (no las 12 anunciadas inicialmente) y envió a la cárcel a los dos sospechosos que quedaban con vida (Driss Oukabir y Mohamed Houli). Otros dos detenidos (el hermano de dos de los terroristas muertos y el dueño del locutorio de Ripoll) quedaron en libertad.
En sus autos, Andreu ha determinado el papel que cada miembro de la célula desempeñó en la preparación y ejecución de los atentados [pinche en la imagen para ver los detalles].
Pasados los días de máxima alerta, en los que los gobiernos del Estado y de Cataluña se esforzaron por transmitir una imagen de colaboración, las lagunas en las labores de información, prevención y coordinación policial abrieron grietas y polémicas que el clima de tensión previo al referéndum del 1-O no hizo más que amplificar.
Cabos sueltos como el proceso de radicalización del imán y de los jóvenes reclutados, sus movimientos por Europa o que no saltara ninguna alerta tras la explosión del chalé de Alcanar se acabaron convirtiendo en arma arrojadiza entre administraciones, especialmente cuando El Periódico de Catalunya reveló que los servicios de inteligencia de EE UU avisaron de posibles ataques terroristas en “emplazamientos turísticos muy concurridos en Barcelona, específicamente La Rambla".
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Alerta reforzada y prevención en capitales
La alerta antiterrorista permaneció en el nivel 4 durante toda la crisis, tras escuchar el Ministerio del Interior las recomendaciones de los expertos de la Guardia Civil, la Policía, el CNI, los Mossos y la Ertzaintza. En el nivel 5, el máximo en la valoración de la amenaza terrorista, el Ejército se incorpora a las tareas de vigilancia, por lo que se optó por una solución intermedia que el ministro Zoido definió como "nivel 4 reforzado". Se desplegaría más seguridad en zonas de afluencia masiva de personas y en potenciales objetivos de atentado y se estrecharía la colaboración con policías locales y autonómicas en la reacción ante hipotéticos nuevos ataques.
Los ayuntamientos de las grandes ciudades españolas se apresuraron también a reforzar la seguridad de sus principales arterias con bolardos, maceteros y bloques de hormigón que cumplieran una función disuasoria, tal y como hicieron tras el atentado de Berlín contra un mercadillo navideño.
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Amenazas yihadistas en castellano
Una semana después de los atentados, el Estado Islámico, que había asumido la autoría de los ataques, difundió su primera grabación de vídeo en castellano con la amenaza expresa de nuevos atentados en suelo español. “Con el permiso de Alá, Al Andalus volverá a ser lo que fue, tierra de califato”, proclamó Muhammad Yasin Ahram Pérez, alias El Cordobés, hijo de una mujer malagueña que en 2014 se trasladó a Siria con toda su prole para servir al yihadismo.
Las víctimas
Las 16 personas muertas en los distintos escenarios de los ataques son de ocho nacionalidades distintas. Los heridos son originarios de una treintena de países. La última víctima mortal fue una mujer alemana de 51 años que permaneció en estado crítico hasta 10 días después de los atentados y de quien no trascendió la identidad. Esto es lo que sabemos de los demás fallecidos.
El impacto ‘online’
La demanda de información sobre los atentados en Cataluña queda fielmente representada en los gráficos de tendencias de Google. Barcelona fue con mucha diferencia el término de búsqueda más recurrente durante las horas posteriores al primer ataque terrorista.
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