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Muere una fisioterapeuta española en Afganistán tiroteada por su paciente

La sanitaria Lorena Enebral Pérez ha sido atacada en un Centro de la Cruz Roja por un enfermo habitual que llevaba el arma escondida en su silla de ruedas

Javier Casqueiro
Lorena Enebral Pérez, en el centro, en una imagen publicada en Facebook por Holystic Pro-África.
Lorena Enebral Pérez, en el centro, en una imagen publicada en Facebook por Holystic Pro-África.

La fisioterapeuta española Lorena Enebral Pérez, de 38 años, fue asesinada ayer en el norte de Afganistán por uno de sus pacientes habituales mientras trabajaba para la Cruz Roja Internacional en un centro especializado en la recuperación, sobre todo, de niños, mujeres y hombres mutilados por causa de la guerra. La sanitaria, experta en este tipo de tratamientos en zonas en conflicto, fue atacada por un joven de la localidad que escondió su arma en su silla de ruedas.

El ataque letal se registró a primera hora de la mañana de ayer (10.20 hora local) en el interior del centro ortopédico del grupo de ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Mazar-i-Sharif, al norte de Afganistán. Lorena Enebral, experta en fisioterapia y rehabilitación pediátrica, llevaba trabajando en la zona desde mayo de 2016. Antes había colaborado con distintas organizaciones humanitarias volcada en la discapacidad infantil en Etiopía y Uganda. Era su especialidad y su pasión, por lo que abandonó trabajos más fijos y mejor remunerados en centros neurológicos en Madrid, como recordaba ayer uno de sus excompañeros, Pablo Llanes, de Holystic Pro-África.

“Era más valiente que nadie, muy generosa y hacer ese tipo de rehabilitaciones era su gran ilusión, su pasión, y para lo que priorizó todo por su gran amor por los niños”, destacó Llanes. Lorena Enebral era muy conocida y respetada en ese ámbito profesional de los fisioterapeutas.

Las circunstancias exactas del ataque y su autoría están aún por determinar pero tanto fuentes de la Cruz Roja internacional como de las autoridades afganas sí confirmaron que Lorena Enebral recibió al menos un disparo mortal por un joven al que se consideraba “un paciente regular” del centro. Hay divergencias sobre la identidad del autor. Tras recibir el impacto la sanitaria fue conducida al hospital de la base militar de la OTAN en Camp Marmal, donde falleció.

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"Tenía un don especial para los discapacitados"

J. C., Madrid

“Lorena era un espíritu libre y sin prejuicios, un chorro de aire fresco con unas ganas de ayudar llevadas al extremo y tenía un don especial para atender a los niños discapacitados: era espectacular”. Así la recordaba ayer María Palacios, directora del Centro de Rehabilitación Infantil Contigo, de Aravaca, donde la fisoterapeuta Lorena Enebral tuvo su último trabajo en Madrid, cerca de la casa familiar en Pozuelo donde vivió con sus padres y sus tres hermanos, antes de probar hace cinco años un curso de cooperante en África y de ser fichada por la Cruz Roja Internacional.

La policía local comunicó a los responsables del CICR que el hombre armado que protagonizó el ataque fue identificado como Muhammad Naseem, de 22 años, un joven que “había escondido la pistola en su silla de ruedas” que luego utilizó para disparar contra la víctima, según el portavoz policial, Shir Jan Durrani. El jefe de Seguridad de la Policía de Balkh, Abdul Razaq Yaqubi, añadió por su parte que el joven procedía de la cercana provincia de Baghlan, llevaba al menos 19 años siendo paciente de la clínica y llegó acompañado de otra persona, también en silla de ruedas. “Disparó a la trabajadora española una única bala y el atacante fue detenido inmediatamente por los guardias de seguridad del centro antes de que pudiese disparar una segunda bala o dañar a alguien más”, afirmó el alto mando policial. El centro estaba protegido por guardias de seguridad privados y no por las fuerzas afganas.

Tanto Naseem como su acompañante, procedentes de la insegura zona de Baghlan, donde los talibanes tienen gran presencia, han sido arrestados, explicó a Efe el portavoz de la policía de Balkh.

“Lorena, con toda su energía y alegría, era el corazón de nuestra oficina en Mazar, estamos devastados”, señaló la jefa de la delegación del CICR en Afganistán, Mónica Zanarelli. Colegas de Enebral recordaron ayer a su compañera por “su gran sonrisa y su actitud radiante” y como una profesional muy competente y dedicada a su trabajo y a sus pacientes, especialmente los niños.

Los trabajadores de la Cruz Roja en ese centro vuelcan su labor en ayudar a las personas que han sufrido una amputación o que padecen alguna discapacidad para llevar una vida lo más activa posible mediante tareas de recuperación física, educación, empleo y deporte. El CICR tiene actualmente siete centros de rehabilitación que fabrican más de 19.000 miembros artificiales al año, desde brazos a otros dispositivos ortopédicos, y atienden a cientos de miles de pacientes.

Ahmad Ramin, portavoz del CICR, calificó el suceso como un “incidente aislado” pero en febrero pasado la Cruz Roja tuvo tuvo que suspender sus operaciones en Afgagnistán tras sufrir el el asesinato de seis de sus trabajadores y el secuestro de otros dos, que han sido liberados hace apenas seis días. En diciembre otro cooperante español de la Cruz Roja fue secuestrado en la provincia norteña de Kunduz y liberado cuatro semanas después.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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