Rajoy reivindica exportar el espíritu de Ermua a la lucha global contra el terror
El Gobierno y el PP se vuelcan toda la semana en actos de homenaje al concejal popular asesinado por ETA hace 20 años
El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, ha centrado este lunes toda la atención en el comienzo de una semana de actos y discursos de homenaje al concejal popular Miguel Ángel Blanco, ejecutado por ETA hace 20 años. Rajoy ha reivindicado exportar el conocido como espíritu de Ermua, la masiva movilización ciudadana que se desbordó entonces por toda España contra la barbarie terrorista, como un símbolo de lo que se puede conseguir unidos en la lucha contra el terror. El jefe del Ejecutivo ha recordado que ese fue precisamente su mensaje este fin de semana en Hamburgo durante la cumbre del G-20 que reúne a los grandes líderes mundiales. Rajoy participará en varios actos convocados por el PP, en Madrid y el País Vasco.
El PP, además, quiere concentrarse en aprovechar el homenaje a Miguel Ángel Blanco para recordar que aún quedan batallas por ganar en el combate contra ETA, como ha recordado este lunes en la puerta de la sede central del partido su presidente en el País Vasco, Alfonso Alonso. La dirección nacional del PP ha convocado en Génova 13, en Madrid, a un centenar de dirigentes, en su mayoría de Euskadi, para recordar aquella semana trágica de hace 20 años. Tras presidir la cita semanal del comité de dirección, Rajoy ha bajado a la puerta del edificio y ha guardado con la cúpula del PP en Madrid y en el País Vasco un minuto de silencio. Sobre el frontal de la fachada se ha desplegado una lona con el rostro del edil asesinado con un mensaje: "Sigue dejando huella".
Rajoy ha remachado que con ese pequeño homenaje pretendían resaltar que Miguel Ángel Blanco no está solo "en el recuerdo, en la cabeza y en la mente de quienes somos del PP sino en todos los españoles". Luego ha añadido una mención específica para su familia, representada en el acto por su hermana Marimar, ahora diputada nacional del PP. "El espíritu de Ermua significó sin duda un cambio muy importante en la visión de muchas cosas por parte de mucha gente", ha dicho el presidente.
El acto ante la sede del PP transcurrió con tranquilidad y emotividad pero no exento de críticas, sobre todo a Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, por negar un homenaje a Blanco en el Ayuntamiento y el despliegue de una pancarta alusiva en el balcón municipal con el argumento de no tomar partido ante ninguna víctima. Esa equidistancia molestó a la propia Mari Mar Blanco, hermana del edil asesinado por ETA y responsable de la fundación que ha montado diversas actividades en Madrid y Euskadi durante toda esta semana.
Mari Mar Blanco matizó que recordar ahora a su hermano no es recordar solo a una víctima sino el principio del fin de ETA: “Es recordar el espíritu de Ermua y esa movilización ciudadana y esa concienciación cívica y democrática; es recordar como los ciudadanos y, especialmente la sociedad vasca, consiguió quitarse ese velo del miedo y es recordar como por primera vez la sociedad vasca y en general la sociedad española dio un paso al frente y quiso enfrentarse de manera cívica y democrática a los terroristas”.
El Ayuntamiento de Madrid ha rechazado colgar una pancarta porque, según su opinión, "supondría destacar a una víctima sobre todas las demás, lo que no parece procedente desde el punto de vista institucional".
La fundación Miguel Ángel Blanco ha preparado este miércoles su acto central de recuerdo en el Teatro Real con presencia y respaldo de varios ministros. La organización Movimiento contra la Intolerancia ha citado una concentración el viernes en la Puerta del Sol, sede la Comunidad de Madrid, que sí desplegará una pancarta alusiva. El fin de semana el propio Rajoy acudirá a Euskadi a participar en un seminario organizado por Nuevas Generaciones.
La ahora diputada popular ha ensalzado que el espíritu de Ermua logró, precisamente, acabar con aquel terrible silencio amparado entonces por muchas capas de la sociedad vasca. En esa línea crítica, Alfonso Alonso, presidente del PP vasco, ha lamentado que pese a haberse superado en estos 20 años el drama de los atentados siga vigente sin embargo el interés de algunos, y ha citado expresamente a Arnaldo Otegi y los dirigentes de Sortu, por convencer con su relato equidistante entre víctimas y verdugos. Alonso ha cuestionado que Sortu aprovecha su presencia en el Parlamento vasco y otras instituciones públicas para intentar imponer otra visión de lo que realmente pasó y no se sume a los actos de condena al terror.
Mariano Rajoy, por su parte, ha sacado otra conclusión para el futuro de aquella tragedia que conmocionó a España: "Las víctimas del terrorismo merecen el apoyo y el esfuerzo y todo lo que podamos hacer por ellas y también las víctimas del terrorismo pueden convertirse, como de hecho lo están haciendo, en uno de los argumentos más importantes para luchar contra el terrorismo aquí y fuera de aquí". Rajoy ha rememorado que ese planteamiento ya lo hizo este pasado fin de semana en la última reunión del G-20 en Hamburgo.
El máximo dirigente del PP ha destacado también que con las referencias ahora a Miguel Ángel Blanco se defiende con su memoria "el derecho de todas las personas a la vida, a expresarse libremente y a los derechos fundamentales que todos tenemos". Rajoy ha repudiado "a todos aquellos que pretenden liquidar la vida y sus derechos como ciudadanos".
El PP promoverá a través de su grupo municipal en el Ayuntamiento de Madrid un acto de recuerdo este martes, el miércoles habrá el tradicional concierto en el Teatro Real y otro convocado en la Puerta del Sol y el fin de semana, sábado y domingo, Nuevas Generaciones celebrará su escuela de verano en Euskadi con la presencia de Rajoy.
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