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Libertad sin cargos para los detenidos por la pelea en una procesión de Málaga

La policía sitúa el origen de la estampida en una disputa por sillas en el recorrido del Cautivo

Un hombre mira el trono de Jesús el Cautivo, este Lunes Santo en Málaga.
Un hombre mira el trono de Jesús el Cautivo, este Lunes Santo en Málaga.JORGE ZAPATA (EFE)

La estampida que se vivió la madrugada del pasado Martes Santo en Málaga durante la procesión de Jesús Cautivo, se queda, de momento, sin responsables. El Juzgado de Instrucción 1 de la ciudad andaluza ha decretado la puesta en libertad de los tres detenidos por participar en la pelea que supuestamente originó esa avalancha, ocurrida en calle Carretería pasadas las 2.00. El magistrado Antonio Navas ha pedido a la policía que continúe con la investigación para identificar a quienes “provocaron o participaron” en los incidentes y ha excluido a los tres arrestados del proceso hasta que se aclaren los hechos, según fuentes judiciales.

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La policía ha hecho pública esta misma mañana la detención de esas tres personas por un posible delito contra la libertad de conciencia. Se trata de tres varones de 32, 23 y 22 años, de nacionalidad española. El origen de la reyerta que supuestamente originó la estampida durante la procesión de Jesús Cautivo de Málaga habría estado en una disputa relacionada con las sillas que particulares colocan en la acera de esta calle para ver el desfile. Uno de los arrestos se practicó el miércoles y los otros dos ayer jueves.

Una de las personas que ha comparecido ante el juez es un toxicómano que ha reconocido haber participado en la pelea, según estas mismas fuentes. La policía había informado de que uno de los detenidos se presentó en la comisaría y confesó que era el causante de los desórdenes. Sin embargo, el testimonio de este toxicómano se cuestiona porque cuando sucedieron los hechos pudo haber estado ingresado en una unidad de agudos (de corta estancia) de un hospital malagueño. Los agentes intentan confirmar esta posibilidad y, en caso de que así fuera, no habría podido intervenir en los altercados. El juez ha descartado que los incidentes fueran llevados a cabo con la intención de cometer un atentado contra el sentimiento religioso.

Los hechos se desencadenaron pasados unos minutos de las dos de la madrugada del martes. El Cautivo es una de las imágenes más populares de la Semana Santa de Málaga y cada Lunes Santo congrega a decenas de miles de personas en la calle. El incidente dejó dos heridos leves y escenas de pánico, con público, nazarenos y músicos corriendo por las vías aledañas y huyendo sin saber muy bien de qué. La imagen del Cautivo estaba más o menos por mitad de Carretería y la de la Virgen de la Trinidad acababa de encarar esta calle, tras pasar por el recorrido oficial, cuando comenzó el revuelo.

Una mujer se cortó en una pierna con una valla y un hombre sufrió un golpe durante la avalancha. Hubo, principalmente, muchos nervios e histeria colectiva. Los testigos explicaron que la multitud salió corriendo por todos lados. La gente utilizó bares y portales de edificios para refugiarse. La procesión quedó interrumpida durante aproximadamente 20 minutos, aunque una vez controlada la situación, se recompuso y los titulares de la hermandad continuaron con su estación de penitencia en dirección al barrio de la Trinidad.

La policía, tras 10 días de investigación y visionar las cámaras de seguridad de la zona, ha situado el origen de la avalancha en una pelea y ha practicado los primeros arrestos por estos hechos. No habría habido ninguna intencionalidad de provocar el pánico en la calle, como supuestamente ocurrió durante la Madrugá sevillana, cuando ocho personas fueron arrestadas por provocar varias estampidas en distintos puntos del centro de la ciudad durante las procesiones.

El juez decretó el ingreso en prisión de tres de ellos, los que portaban barras metálicas, por vandalismo, desórdenes y delitos contra los sentimientos religiosos. Otros cuatro quedaron en libertad con cargos. Uno de los investigados, de origen senegalés, aceptó una multa de 480 euros por gritar “Alá es grande” en un punto con una alta de concentración de público donde se produjo una de las avalanchas. Tanto en Málaga como en Sevilla, a raíz de estos hechos, se ha abierto el debate sobre cómo mejorar la seguridad durante las procesiones de Semana Santa.

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