“Me llamó mi marido y me dijo: ‘El ‘nen’ ha tenido un accidente. Y es grave”
La DGT impulsa una nueva campaña de sensibilización para reducir el número de ciclistas muertos en siniestros
"Tengo grabada su imagen... tirado en el suelo... con la manta por encima", relata Ana María Campo, emocionada, al recordar a su hijo. Jordi Recasens, de 35 años, circulaba en bicicleta por el centro de Barcelona cuando un conductor borracho lo atropelló. "Me llamó mi marido y me dijo: 'El nen ha tenido un accidente. Y me parece que es grave", añade Campo sobre esa trágica jornada de 1998, cuando Jordi murió. Dejó dos hijos de 2 y 6 años. Ahora, casi dos décadas después, su historia protagoniza una nueva campaña de la DGT, bautizada como Almas ciclistas, para "concienciar" y "sensibilizar" a los automovilistas de la importancia de respetar las normas de seguridad en la carretera.
"Mi hijo ya lo he perdido. Pero se pueden evitar nuevos muertos. Estoy convencida", remacha Campo. "Este spot busca dar voz a las víctimas para que puedan transmitirnos su experiencia y ayudarnos a salvar a otras muchas personas. Encima de cada bicicleta hay una vida. Una vida que debe ser respetada", ha apuntado este miércoles Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior. En 2015, 58 ciclistas murieron en un accidente de tráfico y otros 652 fueron hospitalizados.
La campaña Almas ciclistas, que se pone en marcha con motivo de la celebración este miércoles del Día de la Bicicleta, cuenta con una web que recoge las últimas rutas que recorrieron ciclistas que, como Jordi Recasens, fallecieron en un accidente de tráfico. "Es un intento de llamar la atención de todos para que, cuando nos crucemos con una bicicleta, seamos conscientes de que sobre ella hay una persona: un hijo, una hija, una esposa, un marido, un padre o una madre a la que la familia espera en casa", ha apostillado Zoido.
La web también recoge las historias, narradas en primera persona, de las víctimas. Así empieza la de Jordi Recasens: "Como cada mañana, me levanté temprano y cogí la bici para dar un paseo por la ciudad. Siempre recorro el mismo camino, desde mi casa hasta la montaña. Ese día parecía que iba a ser como todos los demás pero, mientras esperaba en un semáforo, noté un fuerte golpe por detrás. Todo fue muy rápido". Y así acaba: "Tal vez, si el conductor hubiese ido un poco más lento le habría dado tiempo a verme y reaccionar. Tal vez, si hubiese frenado a tiempo, mis padres, mi mujer y mis hijas no me echarían hoy tanto de menos".
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