Cuatro años y medio de cárcel para dos policías por golpear a un detenido hasta partirle la pierna
Las cámaras de la comisaría de Arrecife captaron el inicio de la agresión
Nelson Lemes caminaba a trompicones por los pasillos de la comisaría de Arrecife el 28 de abril de 2010. El joven, que tenía entonces 22 años, andaba descalzo, sin camisa y con las manos a la espalda, inmovilizadas por los grilletes. Lo conducía el agente Airam Pérez, de 23 años, que lo llevaba agarrado por el cuello con la mano derecha, mientras sujetaba la porra con la izquierda. Hasta que, como captaron las cámaras de seguridad, el policía asestó un fuerte rodillazo al arrestado, al que tiró al suelo. Una agresión que sirvió de prólogo a otra “brutal” paliza, en boca de los magistrados que han juzgado el caso, que Pérez y Juan Carlos Gutiérrez, un subinspector de 44 años, le propinaron después al chaval. En una habitación con la puerta cerrada, lo golpearon hasta romperle una pierna, según ha declarado probado esta semana la Audiencia Provincial de Las Palmas, que ha condenado a los dos agentes a cuatro años y medio de cárcel.
“Los dos policías sometieron a Nelson a sufrimientos físicos y mentales, al agredirle de forma brutal y reiterada. Le golpearon con la defensa reglamentaria en la espalda y en la pierna; y con la punta del zapato en la boca”, subrayan los jueces en su sentencia, donde detallan que Lemes tardó 211 días en curarse de sus heridas. “Además, la conducta [de Pérez y Gutiérrez] tenía por finalidad represaliar el comportamiento previo de Nelson en el parque [donde fue detenido]”, remacha el dictamen del tribunal, que considera a los dos agentes culpables de un delito de torturas y otro de lesiones. También los condena a nueve años de inhabilitación absoluta.
Una historia que arranca, minutos antes, en un parque situado junto a la calle del Alcalde Ginés de la Hoz, de Arrecife (Lanzarote). Lemes y su hermano Yari Damián, de 25 años, llegaron a este enclave sobre las doce y media de la tarde en busca de dos individuos que “habían tenido un problema con su sobrino”. Al localizarlos allí, los asaltan. Uno consigue huir, pero al otro lo acorralan contra la pared y le empiezan a propinar patadas y puñetazos. En ese momento, aparecen dos efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, que se interponen entre los atacantes y su víctima. Y, entonces, mientras tratan de reducirlos, los dos jóvenes agreden a los agentes.
Al poco tiempo, entran en escena otros cuatro policías que habían llegado al lugar. Entre ellos, Airam Pérez, al que Nelson Lemes le propina una patada en la boca cuando lo metía en el coche para trasladarlo a comisaría. Precisamente allí, un rato después, el agente se vengaría de él, según recoge la sentencia de la Audiencia Provincial, que ha absuelto a otros cuatro policías acusados de la agresión. A los hermanos, por su parte, los ha condenado a seis meses de cárcel por un delito de atentado a la autoridad y dos faltas de lesiones.
Todos los agentes, incluido los dos condenados, negaron su participación en la paliza. “Y ninguno de los restantes funcionarios policiales que declararon como testigos, que estuvieron en el lugar de los hechos o en sus inmediaciones, aseguraron haber presenciado o escuchado nada que pudiera sugerir que el acusado Nelson fuese agredido en la comisaria. Pero otras pruebas —como las grabaciones de las cámaras y los informes médicos— nos llevan a la firme convicción de la comisión de los expresados delitos”, concluyen los jueces.
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