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Rajoy cree que el PSOE no perdería ni un voto por apoyar sus Presupuestos

El presidente perfilará este lunes con su equipo un plan para sacar adelante las cuentas

Javier Casqueiro

Mariano Rajoy mantendrá una reunión interna con su equipo este lunes para perfilar el plan político para sacar adelante los presupuestos para 2017. Por ahora no tiene apoyos para que sean aprobados pero mantiene que el calendario ideal sería presentarlos a finales de marzo y no necesariamente con el PSOE. “No quiere ser aprovechategui”, dicen en su entorno, ni forzar más a ese partido. Pero recuerda que el PP respaldó las cuentas públicas en Asturias y Extremadura y no pasó nada: “Votar los presupuestos a otro no quita un voto”.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.Javier Lizon (EFE)

La negociación para intentar presentar unos presupuestos del Estado para 2017 arranca esta próxima semana en serio. Hasta ahora ha habido contactos y tomas de posición, con distintos partidos, pero el calendario empieza a apremiar. Rajoy sí ha comunicado en su entorno que no pretende prolongar sin fin la situación de prórroga de las cuentas públicas en la que se está actualmente y también que quiere tramitar su proyecto, para que pase por la cámara baja como máximo a finales de marzo. Ese es lo que él llama su “escenario ideal”. Las prioridades en el comienzo de la negociación también son evidentes: primero contactarán con los socios de investidura (ya ha habido sondeos a Ciudadanos y Coalición Canaria) y en los próximos días harán lo mismo primero con el PNV y luego con el PSOE.

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El mensaje político del Gobierno y el PP pasa por meter presión al máximo al PSOE para que una vez que apoyó el techo de gasto de las administraciones públicas y los objetivos de estabilidad ahora no se baje con los presupuestos de esa línea de trabajo. A ese argumento añaden que el PSOE no debería oponerse tan tajantemente a negociar las cuentas cuando aún no conocen los números y el reparto de las principales partidas. Rajoy, sin embargo, quiere dejar una puerta entreabierta de salida para el PSOE. “No voy a forzar la máquina”, ha llegado a indicar. Le concede más importancia a que el PSOE permitiese la aprobación de los límites de gasto y en privado ha comentado: “Con eso me puedo manejar, especialmente fuera de España”. El jefe del ejecutivo se refiere así a que ese compromiso de no gastar más de lo permitido ha sido bien visto en Europa por los socios de la UE.

Ni Rajoy ni el PP renuncian a que el PSOE pueda variar su oposición total a tratar sobre los presupuestos. El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, subrayó el viernes tras el Consejo de Ministros que si los presupuestos nuevos no salían adelante habría muchos problemas para realizar algunas transferencias pendientes a las comunidades autonómas. El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, que es el que negocia los primeros contactos con otros grupos, cuantificó ese día en más de 4.000 millones de euros esas partidas que no se podrían traspasar a autonomías gobernadas ahora por distintos partidos. El titular de Fomento, Íñigo de la Serna, intervino también para destacar que todos los presidentes y consejeros de su ramo con los que se ha entrevistado en estas semanas le han demandado la aprobación de los nuevos presupuestos. Todas estas presiones persiguen el mismo fin: convencer al PSOE de que tener esas cuentas al día podría beneficiar a todas las administraciones y a todos los ciudadanos.

Rajoy suele recordar ahí para que el PSOE lo entienda que el PP apoyó en su momento los presupuestos socialistas en comunidades como Asturias y Extremadura y luego no lo pagó electoralmente. Rajoy sí remarcó en la Conferencia de Presidentes a todas las autonomías que el Estado aún recauda a día de hoy menos que en 2007 (antes de la crisis) y abona 40.000 millones de euros más en pensiones.

La tentación moderna del populismo

El presidente español, Mariano Rajoy, quiso introducir ayer en sus charlas privadas con los jefes de Estado y de Gobierno de los países del sur de Europa reunidos en Lisboa un consejo que se toma como declaración de principios frente al populismo.

Salió el debate sobre lo que está sucediendo en algunos países del norte europeo, donde empiezan a calar lemas populistas como ha sucedido con la extrema derecha de Marine Le Pen en Francia o Nigel Farage en Reino Unido, y Rajoy cuestionó ante sus colegas la utilidad de caer en el efecto mimético, según fuentes de La Moncloa.

Le parece que “apuntarse a esa tentación moderna es un desastre” que no produce réditos electorales sino “a perder con indignidad”. Mantiene que a España “no le ha ido tan mal con el bipartidismo” de estos años.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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