El Gobierno busca contrarrestar la ofensiva de Puigdemont en Bruselas
El ministro Dastis avisa: "Vamos a hacer frente a cualquier intento de justificar algo injustificable jurídicamente"
El Gobierno español no asistirá impasible a la campaña internacional en defensa del referéndum que prepara el Ejecutivo catalán. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha anunciado este lunes que hablará con sus socios europeos para explicarles que la legislación española impide esa consulta. "Vamos a hacer frente a cualquier intento de justificar algo injustificable desde el punto de vista jurídico", ha advertido. El martes de la próxima semana el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el vicepresidente, Oriol Junqueras, y el conseller de Exteriores, Raül Romeva, defenderán en el Parlamento Europeo en Bruselas la celebración de la votación en una conferencia bajo el escueto título de El referéndum catalán.
Los eurodiputados de ERC Jordi Solé y Josep Maria Terricabras han sido junto a Ramón Tremosa, del Partit Demòcrata Europeu Català, los impulsores de la charla. El eurodiputado del Partido Popular, Santiago Fisas, se ha mostrado crítico con la visita: "Puigdemont, Junqueras y Romeva promueven algo que es ilegal, incluso defendiendo hacer un referéndum que no es compatible con las leyes, y eso pretenden defenderlo en la sede de la soberanía europea que es el Parlamento Europeo".
Esta no será la primera visita de Puigdemont a Bélgica. El pasado mes de mayo el presidente catalán eligió el país para realizar su primer viaje oficial al extranjero. Durante su periplo de tres días se reunió con representantes del Gobierno flamenco —dirigido por los nacionalistas de la N-VA, partidario de la independencia de Flandes— que manifestaron su apoyo a la consulta catalana.
La expedición del Govern no consiguió entonces el deseado golpe de efecto de entrevistarse con representantes de las instituciones europeas. Pese a que desde la Generalitat negaron cualquier acercamiento, portavoces comunitarios informaron de que recibieron por correo electrónico solicitudes en las que se pedían sendas reuniones con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y el de la Eurocámara, Martin Schulz. Ambos alegaron problemas de agenda para rechazar el encuentro. Tampoco está previsto que en esta ocasión vayan a producirse reuniones de alto nivel con líderes comunitarios.
La Comisión Europea ha insistido en todo momento en que una eventual independencia catalana supondría su salida automática del club comunitario. Tanto Jean-Claude Juncker como el anterior presidente, Jose Manuel Durao Barroso, han repetido una y otra vez la denominada doctrina Prodi: “Si una parte de un Estado miembro deja de ser parte de ese Estado porque se independiza, los Tratados ya no se aplicarían a este territorio”; esa región “se convertiría en un país tercero, que debería solicitar su entrada” y “estaría automáticamente fuera de la Unión”.
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