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Decenas de miles de personas exigen el acercamiento de los presos de ETA

Una multitudinaria manifestación reclama al Gobierno pasos hacia "una paz sin vencedores ni vencidos"

Mikel Ormazabal
Familiares de presos de ETA encabezan la marcha en Bilbao.
Familiares de presos de ETA encabezan la marcha en Bilbao.F. DOMINGO-ALDAMA

La consigna reivindicativa de este año era “Yo denuncio”, simbolizada en unos cartelones con la forma de una mano cerrada y el dedo índice extendido. Ese dedo acusador ha plagado este sábado las calles de Bilbao en la tradicional manifestación que se organiza en enero a favor del acercamiento de los presos de ETA a Euskadi. Decenas de miles de personas —78.000, según fuentes próximas a la organización; 65.000, según fuentes de la policía municipal consultadas por la agencia Efe— han secundado una movilización impulsada por la red ciudadana Sare, que ha girado en torno a la siguiente reclamación: exigir “el respeto de los derechos humanos de los presos” y dar pasos “hacia la resolución del conflicto” para lograr una “paz justa y duradera”, “sin vencedores ni vencidos”.

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Más de cinco años después de la declaración de ETA en la que anunció el fin de su actividad armada, la movilización ha repetido el guion de los últimos años, con la reclamación del fin de la dispersión de los reclusos y su aproximación al País Vasco como principales eslóganes. Solo el entorno de la izquierda abertzale ha desplegado a toda su plana mayor en la cita, a la que se han adherido representantes de ERC y la CUP, y de los sindicatos LAB y ELA. La marcha, que también pretende ser un alarde de unidad y fuerza en torno a las reivindicaciones de los presos etarras, no ha contado esta vez con la presencia de ningún representante del PNV, como ocurrió en 2014, ni de las principales instituciones vascas.

El portavoz de Sortu, Arkaitz Rodríguez, ha reprochado al PNV y a los representantes del Gobierno vasco que no hayan participado y ha dicho que si hubiesen estado presentes, el fin de la dispersión “estaría más cerca”.

Dos columnas formadas por familiares de presos y las furgonetas Mirentxi que emplean estos los fines de semana para acudir a las visitas carcelarias han abierto paso a la muchedumbre, encabezada por una pancarta con el lema Derechos Humanos, Resolución y Paz. Los presos vascos, a Euskal Herria, que portaban, entre otros, los expresos Juan María Olano y Mertxe Galdos; los portavoces de Sare, Joseba Azkarraga y Begoña Atxa; y dos víctimas del terrorismo, Edurne Brouard, hija del dirigente de HB asesinado por el GAL, y Rosa Rodero, viuda del mando de la Ertzaintza muerto por ETA Joseba Goikoetxea.

Precisamente, Rodero ha comentado que el objetivo de la manifestación es reclamar que se “cumpla la legalidad” con los reclusos, procediendo a su acercamiento a cárceles próximas a Euskadi. “Aquí estamos reivindicando los derechos de los presos a poder estar cerca de su casa”, ha dicho antes de arrancar la marcha.

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Beneficios penitenciarios

La manifestación se ha celebrado cuando en el seno del colectivo de los presos EPPK se ha abierto un debate sobre la estrategia que deben seguir estos para suavizar sus condenas y acelerar su excarcelación. La dirección del EPPK acepta ahora que sus miembros se acojan a los beneficios penitenciarios que recoge la legislación, como está defendiendo en los últimos tiempos Sortu, la formación que lidera Arnaldo Otegi, frente a la presión que ha recibido de ATA (Amnistía Ta Askatasuna), el principal grupo disidente entre los reclusos, defensor de una tesis más intransigente y beligerante con el orden penitenciario.

ETA tiene en estos momentos a 349 activistas en cárceles de España (267 miembros), Francia (76), Inglaterra (uno), Portugal (uno) y Suiza (uno) —otros tres cumplen prisión atenuada en sus domicilios—, de los cuales solo dos (Aitzol Gogorza y Txus Martín) permanecen en centros penitenciarios del País Vasco y una mayoría (98 presos), alejados a más de 800 kilómetros de sus familiares en cárceles de Andalucía.

Sare y otros organismos que apoyan a este colectivo han denunciado la “vulneración de derechos humanos” que sufren los penados y sus allegados por esta circunstancia y han reclamado el acercamiento “a casa” de los reclusos. En una comparecencia reciente, expresos de la banda reclamaron la aplicación “generalizada” de liberaciones “condicionales” de los activistas de forma “anticipada” al cumplimiento íntegro de sus penas.

Los organizadores de la manifestación destacaron la víspera la “pluralidad” de los participantes, aunque la iniciativa de Sare solo ha sido secundada por los partidos que integran la coalición EH Bildu (Sortu, Alternatiba y Aralar). Ninguna otra formación vasca se ha sumado a la movilización, salvo la secretaria general de Podemos Euskadi, Nagua Alba, quien aseguró que iba a asistir “a título personal”. El número dos de este partido, Íñigo Errejón, se ha adherido a través de un mensaje en la red social Twitter, donde ha publicado un llamamiento a llenar las calles de Bilbao. También lo ha hecho Arnaldo Otegi, ausente al encontrarse en Berlín, donde ha intervenido en la conferencia Rosa Luxemburgo.

Representantes del PNV, PSE y Podemos han expresado su apoyo al acercamiento de los presos de la banda terrorista, aunque han preferido ausentarse. El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, ha afirmado que no se dan todas las condiciones para que su partido se mezclara hoy entre los asistentes, y ha recordado que, para que eso fuese posible, ETA y la izquierda abertzale “deberían reconocer que fue un error dar más valor a una causa [política] que a la vida humana”.

El PNV sí asistió a esta manifestación por los presos de ETA en enero de 2014. En aquella ocasión, ante la decisión de un juez dela Audiencia Nacional de prohibir la movilización que había impulsado una entidad ciudadana, el PNV y Sortu llegaron a un acuerdo para asumir la organización de la convocatoria, a la que asistieron varios dirigentes de la formación peneuvista, Ortuzar entre ellos. El PNV reconoció después sentirse traicionado por la izquierda abertzale porque los gritos proferidos durante la marcha a favor de la banda terrorista quebrantaron el pacto al que los partidos habían llegado para que fuese silenciosa.

Desde entonces, el PNV no ha participado en las sucesivas manifestaciones que se han celebrado en estas fechas en Bilbao. Los socialistas vascos, que no han ocultado su disposición a favorecer un cambio de la política penitenciaria que permita el acercamiento de los reclusos a cárceles vascas, tampoco han enviado a ningún representante. La exconsejera vasca Gemma Zabaleta lo ha hecho también a título individual.

La manifestación ha concluido frente al Ayuntamiento de Bilbao, donde los periodistas de ETB Andoni Aizpuru y Nerea Alias han leído un comunicado en el que se denuncia “a quienes mantienen actitudes basadas, no en la política, sino en algo tan visceral como la venganza”. “Una lógica perversa como la de los vencedores y vencidos, que intenta imponer desde la justicia vindicativa lo que no pueden ganar en las urnas, ni en los corazones de Euskal Herria”, dice el escrito.

“No vamos a cejar en el empeño de avanzar. Ni un paso atrás. Y si lo damos, será para coger impulso y no parar hasta conseguir que todos los presos y presas regresen a Euskal Herria”, han advertido.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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