La fiscalía pide 334 años de cárcel para un falso médico de Ferrol
El ministerio público lo acusa de causar la muerte de un hombre y lesionar a decenas de pacientes inventando enfermedades y tratamientos
José Manuel López Pérez, alias Coté, un popular y supuesto osteópata de Ferrol que atendió en su consulta a centenares de pacientes de toda España hasta su detención en 2008, se sentará en el banquillo con una petición de penas por parte de la fiscalía que suman 334 años de prisión. Casi una década después de que fuera arrestado y enviado a la cárcel, el ministerio público acusa a Coté de haber amasado una fortuna de más de cuatro millones de euros ejerciendo la medicina sin más estudios que el bachillerato, un negocio que provocó la muerte de un hombre y lesiones a decenas de personas. Al fallecido le diagnosticó Coté una inflamación de ganglios, pero él en realidad tenía cáncer.
El fiscal del caso Coté ha presentado esta semana el escrito de acusación de cara al juicio oral y en la larga lista de delitos que le imputa al falso médico de Ferrol incluye desde el homicidio por imprudencia grave hasta el intrusismo profesional, pasando por el blanqueo, la estafa, la falsificación de documentos oficiales y 63 delitos de lesiones con uso de instrumento peligroso.
Según el ministerio público, Coté ejerció como médico durante años rodeado en su consulta de decenas de prestigiosos títulos y reconocimientos de instituciones académicas y sanitarias, españolas e internacionales, que él mismo falsificaba. “En algunos casos los confeccionaba personal y materialmente, en otros encargaba su confección a terceros que desconocían su engaño y en otros los obtenía aportando datos falsos al correspondiente organismo”, puntualiza el escrito de la fiscalía. Con esta parafernalia, el acusado “consiguió atraer a su local de Ferrol, al que después sumó otro en Viveiro, a centenares de personas a las que cobraba importantes sumas de dinero por aplicarles falsos tratamientos dirigidos supuestamente a sanar enfermedades reales preexistentes, en algunos casos, o enfermedades inexistentes que él mismo ideaba y decía diagnosticar”.
La fiscalía detalla 129 casos de personas tratadas por Coté con masajes, acupuntura, inoculación de sustancias de toxicidad no determinada y “auténticas operaciones quirúrgicas”. En la lista constan afectados de todas las edades, incluidos varios menores, que acudían a la consulta del encausado procedentes no solo de otros puntos de Galicia sino también de Cádiz, Madrid, León y Asturias. Por sus servicios algunos llegaron a pagar más de 100.000 euros.
A una mujer aquejada de fibromialgia Coté le diagnosticó “incipientes tumores por todo el cuerpo”, le aplicó durante un año diversos drenajes e inyecciones y le cobró 54.000 euros. A una menor que llegó con una cojera leve la trató durante una década y le atribuyó, sucesivamente, desviación de cadera, escoliosis, esguince de tobillo, aplastamiento de vértebras y colon irritable. Y a otra niña que padecía amigdalitis, añade la acusación pública, le diagnosticó una leucemia y una “apendicitis crónica” y la sometió a terapias que él bautizó como “extracción de células para autotrasplante” y “tratamiento purificador”.
Coté llegó a convencer a una enferma de cirrosis biliar de que podía curarse sin someterse al trasplante hepático que le recomendaban en la sanidad pública, una solución que él sustituyó por “inyecciones en el paladar, la garganta y la espalda y a drenajes de líquidos”, señala la fiscalía.
El caso más grave de los relatados por el ministerio público acabó en fallecimiento. Se trata de un hombre que confió su salud a Coté durante siete años. El acusado le aplicó de nuevo inyecciones y drenajes para tratarle una inflamación en los ganglios pero el paciente resultó tener un cáncer en el suelo de la boca. La fiscalía sostiene que “dicha muerte fue ocasionada por el gravísimo retraso en el diagnóstico provocado por la conducta negligente del acusado”, ya que el carcinoma de suelo de boca es un tumor agresivo cuya “supervivencia está en evidente relación con el diagnóstico precoz”.
La fiscalía estima en 4,4 millones de euros las ganancias ilícitas que atesoró Coté con sus actividades, unos beneficios que compartió en régimen de gananciales con su mujer, M. S. R. G., que realizaba tareas administrativas en sus clínicas. Para ella el ministerio público pide tres años de cárcel por blanqueo de capitales y una multa de 8,9 millones.
Los títulos falsificados no solo le sirvieron a Coté para ganarse la confianza ciega de sus pacientes, señala la fiscalía, sino que le abrieron incluso las puertas de la Universidad. El hombre a quien ahora la fiscalía pide 300 años de cárcel participó en julio de 1999 en una reunión de trabajo con miembros de la Universidade de Santiago de Compostela para impulsar la impartición en ese campus de una titulación de medicina osteopática en la que el falso médico elaboraría los programas. El proyecto finalmente no se culminó. Con un supuesto título expedido después de su detención en 2008 logró hasta una homologación de la Universidad de Sevilla que luego fue anulada.
Mientras recibía pacientes en los años descritos por la fiscalía, Coté acumulaba dos condenas por intrusismo profesional y un delito de lesiones por imprudencia grave por hechos ocurridos en la década de los noventa.
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