Los salarios antes, durante y después de la crisis
Los sueldos siguen por debajo de sus máximos, que paradójicamente se alcanzaron en plena recesión
La semana pasada escribí con Nacho Carretero sobre el progreso del mundo. Usamos docenas de datos para mostrar cómo se redujo la pobreza y se ganó en salud, seguridad o educación. Pero entre esas cifras, di una mal sobre los salarios España —cometí un error al corregir por inflación—. A continuación muestro la evolución de los salarios según Eurostat.
El primer gráfico representa la evolución del salario neto para un trabajador.
Desde el año 2000, el salario medio pasó de 19.500 a 20.600 euros. Una subida de apenas el 6% en 15 años. Entre 2000 y 2007 los salarios estuvieron planos. Al llegar la crisis, paradojicamente, subieron. En realidad se produjo un efecto composición: los despidos se concentraron en trabajadores de salarios bajos —como los temporales—, que desaparecían de la estadística, y eso hizo que el salario medio subiese. Esto es habitual en recesión. Las bajadas salariales, por distintas razones se producen y se observan más tarde.
Para analizar salarios medianos en lugar de medias, disponemos de las cifras en bruto que también recoge Eurostat. El gráfico siguiente representa los salarios medianos por hora y por año (en empresas de más de diez trabajadores), junto a la evolución del salario mínimo.
El salario por hora ha subido un 10% desde 2002, pasando de 9 a 10 euros. El salario anual ha subido un 5%, hasta los 20.600 euros. El salario mínimo apenas subió un 7% entre 2000 y 2016, una vez corregido el efecto de la inflación. Son subidas exiguas. Llevar las series más atrás es complicado porque Eurostat no ofrece datos directamente comparables. El INE ofrece medias y tampoco observa grandes cambios. En 1980 el salario por hora era de unos 8 euros actuales, pero a principios de los noventa se habían alcanzado ya los 12 euros. En 2002, según Eurostat, el salario medio era de 11,3 euros y en 2014 de 11,8.
Todos los datos hasta ahora se refieren a salarios. Muestran la evolución de las retribuciones que reciben los trabajadores. Podemos complementar esa información con las cifras de renta disponible. Ahí se incluyen salarios, pero también otras fuentes de ingresos como las rentas del capital o los subsidios.
La renta mediana por hogar ha caído un 17% desde 2009, pero sigue siendo un 38% mayor que en 1996. Pasó de 10.000€ a 13.350€, por cada adulto sin hijos. Ese es el valor mediano, el que divide la distribución de los hogares en dos mitades, unos más ricos y otros más pobres.
En el gráfico muestro también la renta de los deciles 1 y 9 (la renta de la persona que gana menos que el 90% de las personas, y la de quien gana más que el 90%, respectivamente). Esos datos reflejan la desigualdad de ingresos por hogar. Sirven, además, para recordarnos cómo aumenta en nuestro país: la desigualdad empeoró por abajo. Desde 1996, la renta del "decil rico" subió algo menos que la renta mediana (un 33% frente a un 38%). La brecha entre los ricos y las rentas medias no se ensanchó. En cambio, la desigualdad aumentó por abajo. Desde 1996 la renta del decil más pobre subió solo un 11%, frente al 33% que ganó el decil rico y el 38% que ganaron las rentas medias.
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