La larga sombra del capo Darsadze
La mafia georgiana dirigida por un ‘ladrón en ley’ encarcelado comete cientos de atracos en domicilios de España. La Policía le atribuye el 60 % de los robos en viviendas de la Comunidad de Madrid
Todo ocurrió a las 14.30 horas. Un fornido hombre de 75 años se desploma a la entrada de un restaurante en el centro de Moscú. Aslan Usoyan, alias abuelo Hasan, se desangra en segundos. El tiro de gracia del francotirador ha sido certero.
El asesinato el 16 de enero de 2013 del capo de la mafia georgiana de la rama de los Tblisi Aslan Usoyan llevó la firma de uno de los suyos. La negativa de este ladrón en ley (jefe) a reconocer a los nuevos líderes coronados en una cumbre criminal en Dubai un mes antes resultó letal. Los vor v zakone, cabecillas de una banda transnacional especializada en desvalijar pisos, no toleran la disidencia. Usoyan fue víctima del clan Kutaisi, según informes de la inteligencia.
El Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional investiga de cerca los movimientos en España de la mafia georgiana de los ladrones en ley. La Policía les atribuye el 60 % de los robos cometidos en domicilios en la Comunidad de Madrid, según ha podido saber EL PAÍS. Durante el primer trimestre de este año, 4.516 viviendas madrileñas fueron asaltadas, según el Ministerio del Interior.
A sus 44 años, Zviad Darsadze es el cabecilla de la mafia georgiana en España. Coronado vor en 2000, los investigadores describen a este hombre nacido en Kutaisi, la segunda ciudad del país caucásico, como un amante del lujo y los restaurantes exclusivos que carece de empleo conocido. Su tren de vida no encaja con los 3.504 euros que percibió oficialmente en 2010 como trabajador de una empresa de compraventa de frutas y hortalizas en Guadassuar (Valencia).
Darsadze es un capo con funciones de juez para dirimir disputas. Pero también un respetado oráculo en la toma de decisiones que combina el liderazgo con la supervisión de los asaltos, generalmente en tareas de vigilancia. Por estas y otras fechorías, el vor se encuentra en prisión desde el pasado año. La Policía le describe como el cabecilla de la red desmantelada en la Operación Aikon, que se saldó en julio de 2015 con una treintena de arrestos. Y frustró el saqueo de centenares de viviendas en la Comunidad Valenciana, Murcia y Cataluña. La Audiencia Nacional asume desde entonces la investigación al atribuir a la banda de ladrones en ley cientos de atracos en España y Europa. El juzgado de Instrucción número 43 de Madrid fue el primero en instruir el caso.
La organización tiene medio centenar de miembros. Solo Zviad y otro integrante más están en prisión. En el grupo destaca el hombre que hace las funciones de guardaespaldas, relaciones públicas y lugarteniente del vor, Archil Giorgobiani. Junto a él, Merab Toroshelidze se encarga de colocar la mercancía. Y también suministra los juguetes, que es como la banda denomina a las ganzúas e inhibidores de frecuencia que son adquiridos en una tienda de artículos de espionaje del centro de Madrid. El español Francisco F. actuaría supuestamente como intermediario del botín con tres casas de compraventa de oro de la capital.
Los jefes profesan fidelidad absoluta al hombre fuerte de la mafia georgiana, que corresponde con visitas al hospital a sus chicos tras los tiroteos. Citas clave como el cumpleaños de Darsadze, que se celebró en febrero de 2015 en un hotel de cinco estrellas de la zona de Avenida América de Madrid, sirven para aproximarse al vor. Y también para hablar de las shodkas (cumbres criminales) que se registraron ese año en Armenia y Turquía. Al cumpleaños del capo en Madrid asistió Varlam Kukhianidze, condenado en 1997 a siete años por secuestro y extorsión.
La red de Darsadze es familiar. Y en ella figura la esposa del vor, responsable de supervisar las transferencias; el hermano del jefe, encargado de una célula de siete atracadores. Y un vástago del cabecilla que adquiere pisos en Georgia con el dinero de la organización, según las pesquisas.
Tras hacerse con el botín, la mercancía planea a través de un alambicado entramado de blanqueo compuesto por sociedades pantalla, peristas, correos humanos rumbo a Georgia y transferencias a través de agencias como MoneyGram, Ria Money o Western Union. El dinero acaba en Rusia en una obschack, una caja común o hucha que centraliza los flujos de capital de todas las facciones europeas de vor v zakone. Darsadze se encarga de decidir las cantidades enviadas desde España, pero también controlaría el dinero recaudado en Francia y Alemania, según los agentes. Del bote común salen los beneficios que se reparten los capos y la financiación de esta compleja telaraña criminal, que está siendo investigada por la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) y la Guardia Civil en La Rioja por algunos golpes a viviendas cometidos en Calahorra (24.000 habitantes) y Arnedo (15.000).
Las pesquisas revelan vínculos del vor Darsadze con homólogos en Francia, Italia, Alemania, Austria, Suiza y Grecia. La Policía relaciona al ladrón en ley de España con una empresa que roba coches en Bélgica y Alemania para su posterior venta en Europa del Este.
Una red de confidentes con tentáculos en Europa informa al vor Darsadze en tiempo real sobre los arrestos. El protagonista de esta historia recibe informes telefónicos sobre los hombres que no se avienen a la autoridad. Uno de estos reportes llegó desde Grecia en febrero de 2015. Al otro lado del móvil estaba Zara Ambroladze, condenado a siete años de prisión por tráfico de armas.
Zviad Darsadze es un hombre con un poder omnímodo. Así lo demostró en una conversación en marzo de 2015 cuando aleccionó a un colaborador sobre cómo encarrilar a un grupo díscolo. “Hazles llegar mis palabras. Me follo a sus madres. Diles que es el mensaje de Zviad”.
investigacion@elpais.es
Llaves mágicas y marcadores
La mafia georgiana asentada en España tiene sus cuarteles generales en Madrid y Alcobendas, donde reside el entorno del jefe Zviad Darsadze. Desde el centro del país, los corpulentos atracadores planean el saqueo de cientos de viviendas.
Procedentes en su mayoría de las ciudades georgianas de Tbilisi y Kutaisi, la banda de los vor v zakone actúa como una maquinaria itinerante. Mediante un enjambre de pisos patera –que figuran a nombre de mujeres georgianas, ucranianas y rusas- la red campa a sus anchas por España y Europa, según informes policiales.
La organización actúa en grupos de cuatro. Dos vigilan en el exterior de las viviendas móvil en mano mientras que el resto comete el asalto en sigilo. Un marcador, plástico transparente de una cajetilla de tabaco situado entre el marco y la puerta, confirma previamente que hay vía libre. La casa está vacía.
Los ladrones en ley combinan las ganzúas con el eficaz magic key, un artilugio reservado para cerrajeros profesionales pero que se puede comprar por Internet sin dar explicaciones. El aparejo posibilita abrir un portón acorazado en quince minutos y fabricar una llave con la puerta cerrada. Otra variante es el bumping, una técnica que consiste en introducir una llave en la cerradura y golpearla con un objeto hasta que cede.
La banda de los ladrones en ley prefiere trabajar de día en invierno. Y comienza su jornada de atracos a partir de medianoche en verano, según informes policiales.
Para despistar a los investigadores, los ladrones manejan documentación falsa. Se hacen pasar por ciudadanos de Lituania, República Checa, Bulgaria y Polonia. Disponen además de decenas de móviles y usan programas de llamadas gratis por Internet como Skype o Viber por seguridad. La mayoría son reincidentes y tienen antecedentes por robo con violencia o falsificación. Salen de prisión y vuelven a las andadas, concluyen informes policiales.
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