El Rey recibe la lista de líderes para celebrar la ronda de consultas

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha entregado este jueves al Rey la lista de los líderes políticos con los que el jefe del Estado se entrevistará en su quinta ronda de consultas para buscar un candidato a la investidura. Felipe VI ha recibido a Pastor en el Salón de Audiencias de La Zarzuela, donde ambos se han saludado antes de entrar en el despacho oficial. La ronda se celebrará el lunes y el martes próximos. El siguiente paso es la determinación de la agenda de estas audiencias, cuyo horario no será comunicado hasta el viernes por la Casa del Rey. En las cuatro rondas anteriores, el Rey ha recibido a los representantes de 14 partidos con representación parlamentaria (todos los que están en el Congreso excepto ERC y Bildu, que prefirieron no acudir).

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La situación de inestabilidad política que vive España reviste de importancia el discurso que el Rey pronunciará este viernes en Oviedo, en el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias. A pesar de que fuentes de La Zarzuela consideran que el discurso más relevante del Rey es el de Navidad, como en sus años de Príncipe lo fue el de estos galardones, los 10 meses de Gobierno en funciones, los acontecimientos que han sacudido al PSOE con el decisivo comité federal del domingo, la inminente ronda de consultas y el vencimiento del plazo para salvar la XII Legislatura conforman un contexto difícil de eludir para el jefe del Estado en uno de los dos parlamentos anuales que elabora su equipo por completo (el otro es el de Navidad).

Las palabras de Felipe VI se producirán en un momento crucial para la resolución del bloqueo, circunstancia que hace previsible que el Rey, como es habitual en sus parlamentos de mayor trascendencia, aborde este asunto trascendental para España. Entre la anterior entrega de los Premios Princesa de Asturias, que fue su primer discurso como Rey, y esta, la situación política ha sufrido un vuelco inédito en España. La prolongada interinidad, sin embargo, ha reforzado el perfil de Felipe VI. El deterioro electoral del bipartidismo y el prolongado bloqueo por parte de los partidos han intensificado el protagonismo del Rey por su encargo constitucional medular en el proceso de investidura.

El acto, que se celebra en el Teatro Campoamor, contará, además, con la presencia de algunos de los actores decisivos para el desenlace del bloqueo. La Fundación Princesa de Asturias suele invitar cada año a los representantes de los grupos mayoritarios del Congreso de los Diputados. La dimisión de Pedro Sánchez en el cargo de secretario general del PSOE, como consecuencia del desgarro producido en el partido, desplaza la representación hacia el presidente de la gestora, Javier Fernández, que será también el representante del partido en la ronda de consultas del Rey. Fernández, como presidente de Asturias, es vicepresidente de honor de la fundación, cargo que ya lo situaba en la mesa presidencial del acto. La crisis del partido ha dado relieve a su figura y este año será uno de los focos de atención durante la ceremonia.

Aunque la fundación no informa sobre los asistentes a la gala, entre ellos faltará el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que ha declinado la invitación aduciendo que los científicos tienen que emigrar para poder trabajar y que faltan políticas de apoyo a la cultura. Sí estará presente, en cambio, el de Ciudadanos, Albert Rivera, que ya acudió en la pasada edición, a pesar de la condición extraparlamentaria de su partido en ese momento.

Las invitaciones son uno de los motivos de las críticas que acompañan cada año a la gala. El hecho de que los galardones sean un acontecimiento de la máxima relevancia (más de 800 periodistas acreditados) y que el aforo del Teatro Campoamor sea de 1.313 localidades, convierten el acto en un pedestal muy codiciado. Las diversas plataformas y partidos de izquierda que protestan durante el acto en la plaza de la Escandalera, en las inmediaciones del teatro, suelen reprochar el criterio endogámico que determina las invitaciones. La fundación, por el contrario, considera que no es un acto cerrado porque, atendiendo la limitada capacidad del teatro, comprenden una amplia representación de la sociedad, en la que no faltan el Ejército y la Iglesia.