Los socialistas encuentran un salvavidas en la gobernabilidad del País Vasco
El partido trata de superar su descalabro electoral sin cuestionar el liderazgo de Idoia Mendia
“Los 126.000 votos y los nueve parlamentarios obtenidos en las elecciones son un resultado que está muy por debajo de lo que esperábamos”. Idoia Mendia, secretaria general de los socialistas de Euskadi, no pone peros al descalabro de su partido en las autonómicas vascas del 25-S. “El resultado no ha sido bueno”, reconoce.
El PSE-EE, que tuvo en sus manos el Gobierno vasco con Patxi López entre 2009 y 2012, ha pasado a ser la cuarta fuerza en el Parlamento. Su implantación es cada vez más exigua, y es especialmente dolorosa la pérdida de algunos de sus bastiones, como los municipios de la Margen Izquierda vizcaína (Portugalete o Barakaldo), también Ermua, Eibar o Irún. Ya en 2011 dejó escapar San Sebastián tras 20 años de dominio con Odón Elorza al frente de la alcaldía.
La entrada de Elkarrekin Podemos, la baja participación en estas últimas elecciones y el “ruido” del PSOE han sido los tres factores que explican, puertas adentro, la debacle de los socialistas. Estos han perdido 21.000 votos con respecto a las elecciones municipales y forales de 2015, en gran medida, sostiene la dirección del PSE, por la irrupción del partido de Pablo Iglesias, que, además de rebañar muchos de los votos que antes caían del lado socialista, ha provocado una mayor fragmentación del mapa político vasco.
La desmovilización ciudadana se ha traducido en un descenso de la participación el pasado 25-S. Votaron 95.000 personas menos que solo unos meses antes, en las generales de junio.
Y la crisis interna del PSOE, que ha estuvo muy presente en la campaña, hizo que el mensaje y las propuestas del PSE quedarán “distorsionado”, considera Mendia. “El comportamiento electoral del PSE está ligado a la fortaleza del PSOE”, añade. Obtuvo sus mejores resultados en Euskadi cuando el PSOE era fuerte en los comicios de 2004 y 2008, por ejemplo. Se cumple así esa teoría que los socialistas vascos tienen muy interiorizada: "Cuando el PSOE ha estado fuerte, nosotros somos fuertes. Y cuando el PSOE es débil, los socialistas vascos también”.
Hay “fatiga electoral” en el electorado tradicional socialista, y se aprecia en los resultados que se dieron el 25-S en localidades como Portugalete, Ermua o Irún. El PSE solo ganó, y por un margen pírrico de 58 votos, en Lasarte-Oria (Gipuzkoa), con el PNV pisándole los talones. El partido de Andoni Ortuzar ha sido el gran beneficiario de la división del voto de izquierdas entre los socialistas y Podemos. Así, los nacionalistas han ganado, salvo el citado caso de Lasarte-Oria, en los ocho restantes municipios con alcalde socialista: Eibar, Irún, Pasaia, Zumárraga, Moreda de Álava, Iruña de Oca, Portugalete y Ermua.
¿Y a partir de ahora qué?, se preguntan en el PSE. El varapalo electoral ha suscitado en las filas socialistas una necesidad de repensar el proyecto y abordar una refundación integral, aunque el liderazgo de Mendia no se cuestiona por la militancia.
La nueva conformación del Parlamento autonómico, con un PNV que necesita un socio para asegurar la estabilidad del futuro Gobierno que presidirá Iñigo Urkullu, otorga a los socialistas vascos un papel protagonista. “Los nueve escaños del PSE pueden ser más influyentes de lo que inicialmente podíamos pensar”, afirma una parlamentaria electa del partido. El PNV abrirá una segunda ronda de contactos con EH Bildu y el PSE para tratar de encontrar un aliado durante la próxima legislatura.
“Los socialistas acordaremos”, dijo Mendia a su comité nacional, “si sirve para hacer de Euskadi una sociedad en la que quepamos todos”. Dirán no si la mayoría nacionalista se emplea para dividir y no se respeta la pluralidad de la sociedad vasca, puso como condición. “Tenemos las manos libres” para pactar con el PNV, insiste la secretaria general de los socialistas vascas.
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