Podemos afronta los pactos con el PSOE con criterios distintos en cada territorio
Iglesias avisa a los socialistas contra la abstención. Errejón separa ámbito nacional y autonómico
Podemos ha mostrado en los últimos días que su estrategia política puede derivar en una relación contradictoria con el PSOE, distinta en cada territorio. Tras la dimisión de Pedro Sánchez y el nombramiento de la comisión gestora presidida por Javier Fernández, el partido de Pablo Iglesias ha emprendido una ofensiva contra los presidentes autonómicos socialistas lanzando una advertencia: si líderes territoriales como el aragonés Javier Lambán o el valenciano Ximo Puig, que gobiernan gracias a su apoyo, permiten que Mariano Rajoy siga en La Moncloa, habrá consecuencias.
Si llegara a producirse esta circunstancia y Podemos, en algunos casos junto a Izquierda Unida, retirara su respaldo al PSOE, acabaría favoreciendo indirectamente un giro conservador en esas comunidades. Se vio, por ejemplo, en Castilla-La Mancha, donde la semana pasada la formación emergente escenificó su ruptura unilateral con el presidente socialista, Emiliano García-Page, y provocó que la propia expresidenta, María Dolores de Cospedal, se ofreciera para sostener al Ejecutivo autonómico.
Este discurso choca, además, con el que aún mantiene la dirección nacional de Podemos, que insiste en la “obligación ética” de no renunciar a una alternativa a un Gobierno del PP. Lo afirmó ayer el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón. El número dos del partido evitó pronunciarse con nitidez sobre la oportunidad de la ofensiva contra el PSOE, pero sí resaltó que “una cosa es el escenario nacional y otra los escenarios autonómicos”. Al mismo tiempo, Iglesias ratificó el aviso a los socialistas: “Si hay presidentes autonómicos que colaboran en entregar el Gobierno de España al PP, yo calculo que nuestra militancia y nuestras direcciones tomarán nota”.
Esta estrategia repercute también en otro ámbito, el municipal, ya que el PSOE sostiene desde 2015 los Ayuntamientos de las principales ciudades gobernados por candidaturas impulsadas por Podemos o, como en Barcelona, incluso comparte las tareas de gestión. Representantes de esos municipios, que presentaron ayer en el Congreso una iniciativa para dejar sin efecto la reforma local del PP, reivindicaron estabilidad para sus Administraciones y no convertirse en moneda de cambio.
“La autonomía local que reclamamos vale también para la cuestión política. Hay diferencias en la relación con los actores y sería importante reclamar un respeto por los que no somos cartas de cambio ni peones de partidas en las que no participamos”, consideró la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre.
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