La juez ve indicios de homicidio en el guardia civil que disparó contra el batería de Los Piratas
La acusación pide cuatros años de cárcel para el agente y el fiscal, el archivo
La magistrada del Juzgado de Instrucción 2 de Ponteareas (Pontevedra) ve indicios de un delito de homicidio por imprudencia grave en la actuación del agente de la Guardia Civil que el 26 de agosto de 2015 disparó contra el batería del grupo de rock Los Piratas, Javier Fernández, y le causó la muerte. La juez ha puesto fin a la instrucción al emitir un auto de transformación de la causa a procedimiento abreviado. La fiscalía mantiene su petición de sobreseimiento por entender que el agente actuó en legítima defensa mientras que la acusación particular pide una pena de cuatro años de cárcel y seis de inhabilitación por homicidio por imprudencia profesional grave. "Por decoro, porque la familia no quiere hacer de esto un negocio, no hemos pedido una indemnización concreta, sino que hemos presentado las bases reglamentarias para que la juez estime la cantidad que crea adecuada considerando que el fallecido tenía 40 años y ha dejado viuda y un bebé".
Javier Fernández, conocido en el mundo musical como Hal 9000 (el nombre del ordenador de 2001, una odisea en el espacio), padecía prácticamente desde la disolución del grupo vigués, en 2004, un trastorno bipolar por el que estaba a tratamiento. Los guardias que acudieron a su domicilio aquel día, alertados por los vecinos, creyeron encontrarse ante un supuesto caso de violencia machista, según el testimonio que esgrime el instituto armado. Al intentar tranquilizar a Fernández, que se encontraba bajo un brote psicótico, la víctima reaccionó con mayor agresividad y cogió un tenedor y cubiertos de la cocina con el que agredió a uno de los agentes. Eso llevó a su compañero a disparar el arma "en una zona no vital, el abdomen", sostiene la Guardia Civil.
El informe de la policía científica señala que el suelo estaba lleno de piezas de cubertería. "Los cuchillos que había eran todos de punta roma, ninguno de cocina", puntualiza el letrado de la viuda, Gerardo Gayoso, que insiste en lo "desproporcionado" de la actuación del agente. Los dos partes médicos que describen las lesiones del agente detallan "una erosión en la zona del entreojo y el tabique nasal" para el que, sostiene Gayoso, se le prescribió betadine, y "marcas en el antebrazo".
El abogado de la viuda insiste en que los agentes acudieron a la vivienda cuando la mujer y el bebé de la pareja, de dos meses de edad, estaban ya fuera "a salvo de cualquier agresión". Gayoso sostiene que la propia mujer informó al médico y a los agentes, en la calle, de que Fernández padecía una enfermedad mental. Así lo reconocieron los sanitarios en su declaración ante la juez. Aseguraron que habían intervenido parapetados tras el guardia civil que disparó al músico y su compañero pero que no tenían instrucciones sobre cómo abordar al enfermo.
"Mientras hablaba con ellos, uno de los vecinos le entregó al bebé, que había sacado de la vivienda", afirma el letrado. Insiste en que cuando uno de los vecinos de la pareja llamó "a emergencias sanitarias, no a la Guardia Civil", a petición de la mujer, "ya indicó que se trataba de un enfermo bipolar con un brote psicótico; no era necesario que el guardia, que llevaba chaleco antibalas, le hubiera disparado". La viuda del músico ha negado en todo momento que su compañero la hubiera tenido retenida en casa y que la hubiese puesto en peligro a ella o al hijo de ambos.
El ministerio público mantiene la petición inicial de archivo de la causa por considerar que la actuación del agente se ampara en la "legítima defensa y la eximente completa de cumplimiento del deber". Entiende el fiscal que los hechos no son constitutivos del delito de homicidio imprudente toda vez que la reforma del Código Penal "ha modificado el sistema de imprudencia del texto punitivo". A lo sumo, sostiene el fiscal, habrían constituido "una falta por imprudencia leve, pero se ha suprimido esta figura y la consideración como delito de la imprudencia menos grave contemplada actualmente no es equiparable".
"Algún día el hijo de Javier preguntará por su padre y habrá que explicarle lo que ocurrió", sostiene el abogado de la viuda de Hal 9000. Su compañera de bufete, María Jesús Sarabia, representará a los padres y al hermano del difunto, y presentará la próxima semana su escrito de acusación en los mismos términos que el de Gayoso.
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