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Ana Pontón: “Los problemas de Galicia se solucionan con autogobierno real”

La candidata a la presidencia de la Xunta por el BNG facilitará un gobierno del cambio si el PP no alcanza la mayoría absoluta

Ana Pontón, candidata a la Xunta por BNG-NOG.
Ana Pontón, candidata a la Xunta por BNG-NOG.OSCAR CORRAL (EL PAÍS)

Tras una travesía de cuatro años marcada por las secuelas de su ruptura interna, en el congreso de Amio 2012, el Bloque Nacionalista Galego fió el pasado febrero a Ana Pontón (Sarria, Lugo, 1977), la responsabilidad de liderar la formación. Consumada después de aquel congreso la fuga de sus principales corrientes -entre ellas la liderada por Xosé Manuel Beiras-, la adhesión de buena parte de su antigua militancia a En Marea y una sistemática pérdida de respaldo electoral, Pontón, militante de la UPG (Unión do Povo Galego), partido mayoritario en el Bloque, se propone ahora frenar la sangría de los votos e impedir una nueva mayoría del PP. Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago de Compostela y diputada autonómica desde 2004, se ha convertido en la primera mujer que lidera la formación nacionalista y en la primera de una formación con representación parlamentaria que encabeza una candidatura a la presidencia de la Xunta.

Pregunta. Asume el liderazgo del BNG y la candidatura en un periodo marcado por la ruptura interna en su organización y por una sistemática caída electoral. Las encuestas no le son favorables. ¿Cómo está afrontando la campaña?

Respuesta. Con muchísimo optimismo, con fuerza, porque confiamos en este proyecto y en este país. Veo que la gente está hablando de un nuevo impulso, de un tiempo nuevo y que tiene un brillo en los ojos y eso es ilusionante. Para eso estamos nosotros aquí, porque vivimos tiempos muy grises y ahora es el momento de una Galicia que sonría y para ello es necesaria la estabilidad que te da un empleo con un salario que te permita llegar a fin de mes y una buena sanidad y una buena educación para tus hijos. Respecto a las encuestas, creo que se utilizan, más que para mostrar lo que está pasando, para influir en lo que pueda pasar.

P. Sus propuestas son básicamente coincidentes con las de En Marea [el partido instrumental integrado por Anova, IU, Podemos y las mareas ciudadanas]. ¿Lo que los aleja es la posición respecto a un referendum de autodeterminación que En Marea considera innecesario?

R. Nosotros somos una organización nacionalista. Creo que se está viendo en esta campaña que somos los únicos que decimos que Galicia puede salir adelante con sus propias fuerzas, que tenemos que tener más poder político para solucionar nuestros problemas. Creemos que esa es la clave para que muchos de los problemas estructurales que tenemos desde hace décadas es porque Galicia no ha tenido peso político en el Estado: acabamos siendo la última carta de la baraja. Por poner un ejemplo, no es lógico que podamos viajar de A Coruña a Madrid sin peajes pero la autovía de A Coruña a Vigo nos cueste más de 22 euros.

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P. Y usted no cree que esto se resuelva con más autonomía.

R. Esto se resuelve con más autogobierno real. A veces nos quedamos en un fetichismo de las palabras y, efectivamente, los conceptos son importantes, pero el estado autonómico es anémico y está hecho trizas por esta crisis que dejó todo en una cáscara vacía; era una descentralización administrativa. Aquí somos simplemente gestores, así que no podemos decir que no queremos la LOMCE ni los impuestos a la enfermedad o las leyes que privilegian a los bancos. Cuanto más autogobierno tengamos, mejor nos irá. Y si no, que se lo pregunten a quien lleva años en esa dirección.

P. ¿Se refiere al sistema fiscal del País Vasco?

R. Claro, nosotros defendemos una Hacienda propia para Galicia porque, frente a las teorías que nos quieren presentar como destinatarios de la solidaridad del Estado, resulta que aquí se recaudan 11.000 millones de euros en impuestos y nos retornan 7.000 por financiación. Aunque sumemos las inversiones del Estado, quedan muchos miles de millones que nosotros queremos al servicio de los gallegos.

P. El BNG rechazó confluir en la candidatura de unidad popular para combatir al PP pero ha garantizado usted en esta campaña que facilitará un gobierno del cambio si el día el 25 Feijóo no consigue la mayoría absoluta. ¿Cree que podrá haber acuerdo entre ustedes, PSdeG y En Marea?

R. El BNG no va a cometer la irresponsabilidad en la que incurrieron el PSOE y Podemos en el Estado, que tras decirnos durante meses que lo fundamental era derrotar a Rajoy, lo que ocurrió fue que cuando los ciudadanos lo derrotaron con su voto ellos utilizaron el arma que tenían para entrar en una guerra de Juego de Tronos y le regalaron una vida extra a un cadáver político que al final resucitó. Es curioso que se plantee que no hayamos confluido con En Marea y no, por ejemplo, que no nos hayamos diluido en el PSOE. Parece que se quiere cuestionar que el nacionalismo se presente a las elecciones en Galicia y lo que nos ofrecen es el bipartidismo nuevo y el bipartidismo viejo. Pues yo digo que aunque el bipartidismo se vista de seda bipartidismo se queda.

P. El PP insiste en presentarse como la única opción de estabilidad frente al “lío” de un gobierno tripartito.

R. Las mayorías absolutas hay que cuestionarlas. El gobierno más inestable de Galicia fue el del PP en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela con tres alcaldes en cuatro años. Esa es su estabilidad. Yo creo que lo que nos debe de preocupar es la estabilidad de las personas. Feijóo solo ha traído inestabilidad. Nos deja una Galicia con más paro, con más pobreza porque, de esto se habla poco, en el último año en el que nos estaban vendiendo la salida de la crisis en Galicia se incrementó en un 25% la pobreza: aquí hay 700.000 personas que viven con menos de 600 euros al mes.

P. ¿Sería fácil ese entendimiento a tres?

R. No lo puedo decir más claro. En el BNG vamos a tener esa voluntad. Pero también los decimos: ha de ser para cambiar las cosas, no las caras, porque estamos muy cansados de promesas que se quedan en nada y estamos en un momento en que hay que tener alternativas.

P. Lleva años en el Parlamento gallego y sin embargo parece haber sido descubierta por muchos ciudadanos por su confrontación con Feijóo en el debate electoral retransmitido por la Televisión de Galicia.

R. Es que por primera vez hemos podido ver un debate en la TVG, lo que para mí evidencia una de las grandes carencias democráticas. Nosotros defendemos que en campaña los debates deben ser obligatorios y que quien se presente a la presidencia de la Xunta tiene que acudir a ellos no porque sean un derecho ni un privilegio de ningún político sino porque lo son de los ciudadanos, que tienen que saber qué van a votar y poder contrastar. Hasta ahora solo hemos tenido, por parte de los medios públicos gallegos, propaganda y a una oposición amordazada. En el debate de TVG se vio lo que hay y que el BNG es un proyecto vivo, con ideas y alternativas, porque criticar es fácil, pero hay que tener iniciativas. Por eso Feijóo no se ha atrevido a ir a más debates, porque los pierde. A él también le gusta ser un candidato del plasma.

P. Feijóo niega el caciquismo y la corrupción en su gobierno, los aspectos que le recriminaron en ese debate junto con el de su foto con el narcotraficante Marcial Dorado.

R. Yo creo que la fotografía de un presidente navegando en un yate con un narcotraficante tenía que haber provocado ya en su momento la dimisión del presidente, porque es una imagen indigna que nos ofende a todos los gallegos. Ser noticia internacional por eso me parece vergonzoso, sobre todo porque el PP nos quiere dar lecciones de moral: ha pedido en alguna ocasión la dimisión de cargos públicos por comentarios ofensivos en un blog. Y a mí me parecía correcto, pero su doble vara de medir es clara; alguien que escribe algo ofensivo tiene que dimitir pero un presidente que tiene fotos con un narcotraficante puede seguir al frente. Como hace en el caso de José Manuel Baltar [el presidente del PP y de la Diputación de Ourense investigado por haber supuestamente ofrecido un empleo en esa institución a una mujer a cambio de sexo] escudándose en que es una cuestión judicial cuando todos escuchamos en las grabaciones lo que se decía en esas conversaciones. Es indecente. La cuestión aquí es, ¿qué sabe Baltar para que Feijóo no pueda pedirle la dimisión? Me gustaría poder hacerle esa pregunta.

P. ¿El hecho de que sea usted mujer implica mayor compromiso con las políticas de igualdad o es algo circunstancial?

R. Yo soy una persona comprometida con la igualdad. Creo que en un mundo en el que más de la mitad de la población está discriminado no es un buen mundo y se está desaprovechando un capital enorme para que la humanidad progrese. Este es un paso adelante, aunque también creo que se nos tiene que votar por lo que somos y por lo que demostramos día a día, aunque la igualdad debe estar empapando toda la acción de un gobierno, especialmente en dos asuntos cruciales. De una parte, la lucha contra la violencia de género, porque no se puede aceptar con normalidad, que es lo que está pasando; así que si las leyes no valen, tendremos que cambiarlas, por eso defendemos un estatuto del feminicidio y de las víctimas para mejorar la protección. Al mismo tiempo hay que ir a las causas: la lucha contra la desigualdad, por eso creemos que debe haber una ley de coeducación y no puede ser que con dinero público se esté fomentando la desigualdad, primando la financiación a colegios que segregan por sexo. Por otra parte, creemos que es clave la igualdad laboral, a igual trabajo igual salario, porque los techos no son de cristal sino de cemento, muy difíciles de romper.

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